Adiel Armando Bolio/Foto: Francisco Vargas
El coso Monumental registro más de media entrada en tarde de clima agradable, dentro de la tercera corrida de la Feria Nacional local, resultando como triunfador André Lagravére al cortar dos orejas y, por ello salir en hombros. En tanto, a Octavio García “El Payo”, el juez de plaza le negó la salida en volandas y sólo obtuvo un apéndice y, el debutante en esta plaza, Arturo Gilio le “tumbó” trofeo auricular a un ejemplas de regalo.
Cabe señalar que el festejo se retrasó 30 minutos por causas ajenas a la empresa.
Se lidiaron seis ejemplares, uno de ellos como regalo, de la dehesa jalisciense de La Concepción, de poca fuerza en general, siendo buenos el primero, el segundo y el tercero y, regulares, fueron el cuarto, el sexto y el séptimo de obsequio. Y uno, el quinto, de San Mateo, complicado.
Al toro que abrió plaza, que, por error de los torileros, echaron el primero del lote del yucateco André Lagravére «El Galo», segundo de la tarde, llamado «Insurgente», de buen juego, protestado por el público, lo capoteó voluntarioso. Cubrió el segundo tercio entre aplausos y, con la muleta, en los medios, de rodillas, dio dos cambiados por la espalda y el de pecho y, ya de pie, ligó un molinete y otro forzado de pecho para seguir por derechazos templados y estéticos, continuando por naturales, previa serie de molinetes, haciendo todo con ritmo y buen trazo. Más toreo diestro de calidad. Lo hizo en redondo por los dos pitones gustando a las alturas. Joselillinas para cerrar y matar de media estocada para ser aplaudido y cortar una oreja.
A su primero, «Abanderado», débil y noble, el queretano Octavio García «El Payo» lo lanceó empeñoso y lo bregó mejor. Con la sarga empezó, inteligente, caminándole estéticamente de las tablas a los medios con lances artísticos, siguiendo por naturales atemperados y de mucha clase. Con la diestra, largó tela de la buena y evidente profundidad, además, de ligar en un palmo de terreno. Molinete al canto y más dosis derechista artesanal. Se recreó en más naturales y acortando distancias. Todo hecho en el marco de una faena talentosa, pues, entendió a la perfección las condiciones del astado. Culminó de pinchazo y estocada para obtener un apéndice.
El coahuilense Arturo Gilio, en su primero, de poca fuerza, pero, noble, veroniqueó con clase. Tras una buena vara, aparatoso tumbo sufrió el piquero David Vázquez. Con la pañosa, Arturo se dio a realizar un empeñoso y torero trasteo con matices de arte y asentamiento llevando bien el engaño al pulsarlo por las dos manos, destacando su quehacer derechista, además, de reducir espacios y de ligar en un palmo de terreno. Acabó de estocada entera y caída para ser aplaudido.
A su segundo, «El Payo», débil y soso, poco pudo hacer manejando el capote. Con la franela, tras brindarle al director general de la empresa «Don Bull Productions», el licenciado Pedro Haces Barba, Octavio lo probó, lo sintió y se dispuso a cuajar una más que esmerada faena, haciéndolo todo el torero, sobre todo, por el perfil derecho, incluyendo molinetes y los de pecho. Finiquitó de estocada trasera y desprendida, efectiva, para hacerse ovacionar en una vuelta al ruedo tras fuerte petición de oreja que no quiso conceder el juez Armando Esparza y por lo que fue seriamente abroncado.
«El Galo» a su segundo, de San Mateo, “Aguamiel”, áspero, lo recibió en tablas, de hinojos, con una larga cambiada y, de pie, instrumentó chicuelinas en los medios. Intentó lucirse llevándolo al caballo sin mucha limpieza. Buen puyazo del piquero Alejandro Martínez. Cubrió André el segundo tercio entre aplausos y, con la tela escarlata, luego de que el toro rematara en el burladero de aviso, fracturándose el pitón izquierdo, le ejecutó una labor entusiasta y torera por ambos perfiles a pesar de lo rebrincado que le iba el burel, pero, la voluntad del espada peninsular nunca decayó. Mató de estocada trasera y tendida para serle concedida, utilizando el juez un racero diferente, una oreja.
En su segundo, de poca fuerza, pero, dejándose, Gilio lanceó bien a pies juntos y mejor se vio en un quite por chicuelinas. Buen puyazo y tumbo del picador César Morales. Con la manta en grana, Gilio de rodillas, en los medios, dio derechazos valientes y, de pie, igual, ligó pases diestros, pero, el astado perdía las manos. Así fue el tenor de la faena, entre caídas del burel y los buenos derechazos del lagunero, además, de su empeño al natural. Acortó distancias y le puso valor en manoletinas. Falló al matar y recibió aplausos.
Gilio decidió entonces regalar un séptimo burel, de la dehesa titular, como primera reserva, «Charro» de nombre, que se dejó torear gracias a su lidiador, quien de inicio lo bregó empeñoso. Con la muleta, poco a poco lo metió en el engaño para hacer una esforzada y entusiasta faena por los dos pitones e intercalando toreros adornos. Terminó de certera estocada para hacerse de una oreja. Al final, fue paseado en hombros André Lagravére «El Galo».
FICHA DEL FESTEJO
Zacatecas, Zacatecas. Tercera corrida de la Feria Nacional de Zacatecas. Monumental. Más de media entrada en tarde de agradable clima.
Seis ejemplares, uno de ellos como regalo, de La Concepción, de poca fuerza en general, siendo buenos el primero, el segundo y el tercero y, regulares, fueron el cuarto, el sexto y el séptimo de obsequio. Y uno, el quinto, de San Mateo, complicado.
Octavio García «El Payo»: Una oreja y vuelta al ruedo.
André Lagravére «El Galo»: Una oreja y una oreja, con salida en hombros.
Arturo Gilio: Palmas, palmas y una oreja en el de regalo.