ZAMORA

El indulto de Gironero por Castella culmina una tarde magnífica


sábado 1 julio, 2017

Sólo los aceros impidieron a Ventura y Ferrera acompañar al francés en su salida en hombros con un gran encierro tanto de Guiomar como de El Puerto de San Lorenzo

Sólo los aceros impidieron a Ventura y Ferrera acompañar al francés en su salida en hombros con un gran encierro tanto de Guiomar como de El Puerto de San Lorenzo

TEXTO Y FOTOS: EMILIO MÉNDEZ

Antonio
Ferrera y Sebastián Castella sustituían esta tarde a Roca Rey y Alejandro
Talavante en Zamora, que aún estaban convalecientes de sus perances. A las
siete en punto de la tarde arrancaba un paseíllo encabezado por el rejoneador
Diego Ventura. Se lidiaban toros de Cortés de Moura para rejones y Puerto de San
Lorenzo para lidia a pie.

El primero fue un toro con recorrido y con calidad de María Guiomar Cortés de Moura que aprovechó muy bien Ventura desde el inicio. Dos rejones de castigo prologaron una faena muy a su estilo; siempre de frente, muy al estribo en el toreo fundamental, preciso en los quiebros y espectacular en las cortas. Sin embargo falló con el acero y dejó escapar una oreja que tenía bien ganada por lo expuesto en la arena. 

El primer trofeo de la tarde lo cortó Antonio Ferrera al segundo, un toro de El Puerto de San Lorenzo que tuvo calidad y que le embistió humillado en el saludo a la verónica. Sobresalió el extremeño en un quite muy sentido, por chicuelinas, con las muñecas desmayadas y saboreando cada gesto. La faena fue de detalles toreros, de muleta baja y mucha torería en los remates, siempre haciendo gala de un gusto exquisito y de una forma de torear muy pausada que caló mucho en el tendido. Mató de una estocada que le puso en la mano el primer trofeo de la tarde.

Muy en el comportamiento de su estirpe Atanasio salió el tercero, que no se centró con Sebastián Castella hasta llegar a la faena de muleta, a pesar de que brilló el galo en un quite por chicuelinas con una media para recordar. Trasteo que comenzó Castella por estatuarios para ir metiendo después al animal en la muleta con largura y con mucho temple con la mano derecha. Arrimón de mucha sinceridad después, cuando le fueron fallando al animal las fuerzas y tuvo que meterse el francés entre pitones. Mató de una media estocada para pasear también una oreja.

En el cuarto llegó la apoteosis de Ventura, que le cuajó un faenón a un buen toro de Guiomar. Evidenció buen ritmo y movilidad el animal, al que le colocó Diego dos rejones de castigo antes de meterse con él en banderillas. Lo cosió siempre a la barriga en dos vueltas al anillo, metiéndose por los adentros a nada que le dejaba un palmo el toro. Espectacular en los quiebros y en las cortas, con violines que pusieron al tendido de pie. También emocionaron las rosas al violín en una faena que siempre tuvo a la gente muy metida. Pero el rejón definitivo le cayó desprendido, tuvo que descabellar -con varios doblones de muleta antes del trance- y se le pidieron las dos orejas, de las que el palco sólo concedió una.

Al frío quinto lo fue metiendo Ferrera poco a poco en el capote, donde ya mostró cierta calidad. Cumplió en el caballo el animal, al que sacó Antonio del peto en un quite muy vistoso. Muy a su estilo en banderillas el extremeño, dominando muy bien la escena para iniciar en tablas una labor muletera que siempre fue viniendo a más. Muchos fueron los detalles de torería y de poso de Ferra con el buen toro de El Puerto, al que toreó con tanto sentimiento como muleta baja y exigencia plena. Desafortunadamente, falló con la espada después de las sanjuaneras de epílogo y tuvo que conformarse con una ovación.

La traca final del interesante festejo llegó en el sexto toro, un espléndido ejemplar de El Puerto de San Lorenzo, Gironero de nombre, que fue premiado con el indulto después de una soberbia faena de Sebastián Castella. Desde el principio se dejó ver la suavidad y la clase del animal, que embistió con codicia en el capote de Castella en verónicas de supremo temple y una media acrisolada. Empujó el toro en el caballo con empleo y con voluntad de meter la cara abajo y con fijeza. Péndulos de Sebastián para comenzar la faena de muleta y un francés que anduvo tan poderoso como gustoso y con sentimiento. Largo, firme ante la codicia, templado ante la brava embestida y sin cometer un error. Fue acrecentándose la petición de indulto hasta que la concedió el presidente, para que Gironero regresase al campo y Castella pasease las dos orejas y el rabo simbólicos.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Zamora. Segunda de feria. Corrida de toros. Media entrada en los tendidos.

Dos toros de María Guiomar Cortés de Moura para rejones y cuatro más de Puerto de San Lorenzo para la lidia a pie. Buenos en general. El sexto, Gironero de nombre, premiado con el indulto.

Diego Ventura, ovación y oreja.

Antonio Ferrera, oreja y ovación.

Sebastián Castella, oreja e indulto.