JORGE RAÚL NACIF
Pasajes de toreo reposado dibujó Juan Pablo
Sánchez la noche de hoy en la Plaza México ante el primer ejemplar de su lote y
a la postre cosechó una oreja valiosa, sobre todo porque impregnó su labor con
ese especial temple que brota naturalmente de sus muñecas.
Por supuesto que torear de esta manera implica
pulsear muy bien las embestidas de los toros, en una conjunción que desencadena
el poder ralentizar el trazo. Así lo hizo por momentos el hidrocálido ante el
único ejemplar de Marco Garfias que acudía humillado y con clase a los engaños.
Si bien es verdad que el derecho era el mejor
perfil del toro, y que por ahí vinieron los mejores fragmentos, Juan Pablo hizo
el esfuerzo para endilgar naturales de bella factura. Quizá a la faena le faltó
un punto de mayor redondez para el triunfo gordo, en buena medida porque el
ejemplar vino a menos hacia la recta final del trasteo. Con todo se fue tras el
acero y consiguió una bien colocada estocada, misma que fue de efectos rápidos
para conseguir una oreja ganada con justicia.
En cambio, el sexto de la noche no iba del
todo embebido en la muleta y tendía a espiar al torero, desarrollando sentido
conforme avanzaba la lidia. Sánchez no logró meterlo en vereda, por lo que
decidió cortar por lo sano a su debido tiempo y resolvió la situación con
decoro, sobresaliendo la estupenda brega que le dio al toro en el primer
tercio.
Con su característica espectacularidad cubrió
el segundo tercio Juan José Padilla delante del que abrió plaza, salvo un
primer par que no quedó debidamente en su sitio. Con la muleta mantuvo el
interés de la concurrencia y por momentos alargó el trazo para torear con
sabor, mientras que en otros lo hizo más para la galería.
El toro, que de salida saltó al callejón y
casi llega a las barreras, fue un manso toreable, liquidado de certera estocada
por un Juan José al que se le pidió la oreja. Finalmente, y al no otorgársele
el trofeo, dio la vuelta al ruedo para agradecer los aplausos de su público.
Hizo bien en no colocarle los palos a su
segundo, pues poco se prestaba para ello. Ya en el tercer tercio, el jerezano
le tomó el ritmo a las acometidas y comenzó a correr la mano, aunque el trasteo
tuvo algunos altibajos y no terminó por despegar, mientras que el de Marco
Garfias perdía recorrido y comenzaba a sosear. Ovación desde el tercio para
Padilla, luego de volver a existir petición de apéndice.
La tarde no fue sencilla para José Mauricio,
pues sorteó dos toros de los llamados a «contraestilo” para su personal toreo
de clase. El primero sabía lo que iba dejando atrás y protestaba,
defendiéndose, y ante el que intentó fajarse para imponer su ley. A destacar un
buen quite por gaoneras y algunos muletazos en los que «le tragó” al toro, así
como su bien aprendido toreo por la cara, para saludar finalmente una ovación.
El quinto de la función taurina nunca se
entregó y acudía a los cites con la cabeza a media altura, soltando incluso
derrotes, acostándose por el izquierdo, resultando así un enemigo complejo para
un José Mauricio que inició con un par de péndulos mostrándose siempre
tesonero, pero al que le costó colocarse entre pase y pase, sin conseguir
remontar. Así, con detalles por parte de actuantes y el ya proverbial temple de
Juan Pablo, concluyó una tarde que tuvo pasajes de interés y otros tantos en
los que parecía se diluían las emociones
FICHA DEL FESTEJO
México, D.F. Plaza México.- Quinta corrida de
la Temporada Grande. Menos de un cuarto de entrada (unas 7 mil personas en
noche fresca con algunas ráfagas de viento).
Seis toros de Marco Garfias, bajos, reunidos,
muy en tipo, astifinos, pero de escaso juego en su conjunto. Sobresalió el 3o.
por su nobleza. Pesos: 482, 478, 488, 483, 480 y 475 kilos.
Juan
José Padilla (negro y oro): Vuelta tras petición y
ovación tras petición.
José
Mauricio (azul noche y oro): Ovación y silencio tras
aviso.
Juan
Pablo Sánchez (granate y azabache): Oreja y silencio.
Incidencias:
Juan José Padilla se retiró de la plaza a la muerte del cuarto, previo permiso
de la autoridad, porque tenía que viajar rumbo a Ecuador. Sobresalió en varas César Morales,
que sufrió un tumbo.