PAMPLONA

El premio al natural para Moral, la entrega con sangre de Caballero y el toreo bajo la lluvia de Eugenio


sábado 8 julio, 2017

Una difícil corrida de José Escolar no se lo puso fácil a un inteligente Eugenio de Mora, un Pepe Moral encajado al natural y un corneado Gonzalo Caballero

Una difícil corrida de José Escolar no se lo puso fácil a un inteligente Eugenio de Mora, un Pepe Moral encajado al natural y un corneado Gonzalo Caballero

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ

La cuarta de la feria del Toro de Pamplona planteaba este
sábado un cartel pleno de justicia para toreros que se lo habían ganado en el
ruedo: Eugenio de Mora, Pepe Moral y Gonzalo Caballero haciendo a las seis y
media en punto el paseíllo frente a la corrida de José Escolar.

«Bravucón”,
número 40 con un peso de 565 kilos era el imponente primero de José Escolar,
también primero del lote de Eugenio de Mora. El torero toledano lo recibió a la
verónica pero le hizo un extraño venciéndose por el pitón izquierdo. Al relance
acudió al caballo que guardaba Álvaro Rodríguez, empujando el animal con la
cara alta en todo momento y sin hacer las cosas por derecho. Lo probó en dos
ocasiones más sin que terminase de romper el astado. Fernando Téllez se encargó
de la lidia de un toro correoso hasta que De Mora tomó la muleta. Fácil fue el
primer par de banderillas de José Ignacio Rodríguez «Puchi”, entrando en
segundo lugar el tercero Víctor Cañas. Le apretó el toro a los adentros a José
Manuel Pérez, que le hizo el quite a Cañas en el segundo par. Aunque consiguió
sacarle una primera tanda de tragar mucho, luego el animal esa condición
correosa la transformó en peligrosísima, embistiendo siempre por dentro y no
permitiendo estar delante de su cara en ningún momento. El torero toledano le
metió a la segunda la espada como pudo. Toro zorrón que lo finiquitó de
descabello. Silencio.

«Cocinero”,
número 35, fue el segundo de la tarde, nacido en octubre de 2012 con 505 kilos
de peso.
Francisco Romero le ejecutó dos varas largas al astado. Le
humilló aunque le faltó la fuerza al peto. En el tercio de banderillas, Vicente
Varela pasó en falso en la primera entrada. Juan Sierra lidió al animal. José Manuel
Pérez dejó una sola en la segunda entrada. Correoso y mirón se mostró el toro
durante todo el trasteo del torero de Los Palacios, que a pesar de las
evidentes dificultades que mostró el de José Escolar tuvo valor para ponerse al
natural y soplarle algunos compases de buen trazo. No fructificó su labor por
la mala condición del animal, metiendo el acero y requiriendo de varios golpes
de verduguillo. Silencio.

«Voluntario”
se llamaba el tercero de la tarde, primero del lote de Gonzalo Caballero. Se le
escurrió un punto la puya en el primer encuentro a Agustín Navarro, guardando
la puerta Manuel José Bernal. José Mora le dejó el primer par de banderillas
ante la lidia siempre efectiva y suave de Miguel Martín. El tercero Javier Gómez
Pascual entró en segundo lugar. Al público de Pamplona fue el brindis de
Gonzalo Caballero, que comenzó a domeñar el tranco a zurdas de un toro zorrón
igual que sus hermanos anteriores, al que había que poderle desde el primer
momento. Se puso de verdad el madrileño, que le sopló muletazos también a
diestras buscando en todo momento la colocación. El momento dramático llegó a
la hora de entrar a matar, cuando el toro lo prendió por la chaquetilla en unos
angustiosos instantes. Fue conducido rápidamente a la enfermería por su
cuadrilla y por Miguel Abellán, presente en el callejón. Al llegar a ella,
pidió que le quitaran la chaquetilla y salió de nuevo a finiquitar al animal,
matando de estocada que requirió de varios golpes de verduguillo. Por su propio
pie pasó a la enfermería.

Intentó
bajarle la mano en todo momento Eugenio de Mora a las dos imponentes velas que
lucía el cuarto de la tarde, el «Diputado” que se dio la vuelta en el encierro.
Marcial Rodríguez le propinó un fuerte primer puyazo. Sólo un palo pudo dejar
Víctor Cañas en su entrada, siendo habilidoso Puchi en la lidia. Cayó la
monumental de agua mientras Eugenio de Mora le planteó el toreo por la mano
izquierda a un toro humillador que le faltó un punto de viveza en su viaje. Se
cruzó de verdad el torero toledano, sacando su oficio ante el despoblamiento
general de los tendidos de sol por el agua que caía en ese momento. Toreo por
abajo del que no se enteró lo que quedó de plaza. Ovación tras petición.

 

Sevillano,
cárdeno oscuro, segundo cinqueño de la tarde, se llamaba el quinto, con 580
kilos de peso. Juan Antonio Carbonell se encargó del tercio de varas del
animal. Vicente Varela llevó a cabo la brega, dejando el primer par Juan Sierra
ante un astado que le cortó violentamente. José Manuel Pérez entró en segundo
lugar. Se convenció Pepe Moral del lado izquierdo del animal, llevándolo suave
y largo por la mano zurda, consiguiendo buenos momentos. Mejor fue ese lado que
el derecho, más ingrato. Volvió a la zurda el palaciego para soplarle muletazos
de mucho mérito, también en el epílogo destacando por ese pitón. Mató de
metisaca y estocada entera. Oreja.

 

Se
revolvía en el capote de Eugenio de Mora el sexto de la tarde, «Sentido”,
número 42, negro entrepelado nacido en noviembre de 2012. Por la cornada de
Gonzalo Caballero Álvaro Rodríguez se encargó del tercio de varas del sexto, guardando
la puerta de nuevo Marcial Rodríguez. Se le cayó trasero y abajo el puyazo a
Rodríguez, pero no rectificó la vara. Fernando Téllez lidió al animal,
exponiendo en el primer par Miguel Martín pero dejando tan sólo un palo porque
el otro se cayó. Javier Gómez Pascual entró como tercero y destacó también el
tercer par de Martín. Hizo lo que pudo muleta en mano el toledano con una
auténtica alimaña. Silencio tras meter como pudo la espada.

FICHA DEL FESTEJO

 

Plaza de toros de Pamplona. Cuarta de la feria del Toro. Corrida de toros. Lleno.

Seis toros de José Escolar, bien presentados y muy en el tipo. Correoso y sin entrega el complicado primero; de ásperas complicaciones pero buen fondo el segundo; con poder y humillación el enrazado tercero; con entrega, raza y cierta calidad el cuarto; obediente y con entrega el exigente pero agradecido quinto; orientado, medidor, peligroso y manso el defensivo sexto.

Eugenio de Mora (blanco y oro): silencio, ovación y palmas.

Pepe Moral (tabaco y oro): silencio y oreja. 

Gonzalo Caballero (blanco y plata): palmas y herido.