PAMPLONA

El toreo grande de Ferrera no lo premia San Fermín


jueves 13 julio, 2017

Se lidió una corrida de Núñez del Cuvillo de la que destacó el buen cuarto para Antonio Ferrera, que dejó un faenón; una oreja paseó Talavante del segundo y detalles ante un mal lote dejó Ginés Marín

Se lidió una corrida de Núñez del Cuvillo de la que destacó el buen cuarto para Antonio Ferrera, que dejó un faenón; una oreja paseó Talavante del segundo y detalles ante un mal lote dejó Ginés Marín

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO /
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ

La novena de la feria del Toro de Pamplona planteaba este
jueves un cartel pleno de justicia para toreros que se lo habían ganado en el
ruedo: Antonio Ferrera, Alejandro Talavante y Ginés Marín, que sustituía al
herido Andrés Roca Rey, haciendo a las seis y media en punto el paseíllo frente
a la corrida de Núñez del Cuvillo.

Altísimo
era el primero de la tarde, un animal con las manos muy largas, con los pitones
mirando al cielo. Sin terminar de humillar fue en el capote de Antonio Ferrera.
José María González le recetó las varas a este abreplaza. Largo fue el primer
puyazo y un punto trasero el segundo, debiendo rectificar. Se movió pero con
condición meramente pasadora en el capote de Javier Valdeoro. Torerísimo fue
el tercio de banderillas de Antonio Ferrera, dejando también unos toreros
muletazos en el inicio de su faena. Toro que mostraba una falta de humillación
tremenda y que intentó bajarle la mano para arrancar muletazos con calidad.
Faena para profesionales la del extremeño. Bueno fue el toque seco que le dio
abajo antes de meterle la espada ante un toro engallado y dejar una estocada
fea que escupió. A la segunda entró bien y efectivo el acero.

La
virtud de la humillación tuvo el segundo toro de la tarde en el capote de
Alejandro Talavante. Miguel Ángel Muñoz fue el protagonista del tercio de varas
del de Cuvillo a los sones de «la chica yeyé” y «El rey” de los tendidos. Con
el toro colocando la cara en el capote de Talavante acercó el extremeño el
astado al caballo de Muñoz, durmiéndose el de El Grullo en el peto y sacándolo
Juan José Trujillo para evitar que mermase su condición. Buena fue la medida
que Muñoz le dio en la segunda vara. Valentín Luján entró por delante en banderillas,
intentando fijar la atención del toro Trujillo por la lidia. Efectivo anduvo
Julio López, tercero de la cuadrilla de Talavante. Intentó Talavante ligarle el
ritmo al animal, consiguiendo tandas en las que permaneció hierático con ese
punto de magia que caracteriza su concepto. Le dio tiempos al astado,
consiguiendo conectar con Pamplona. Sin puntilla derrumbó al animal.

«Rosito”, número 122, era el tercero de la tarde, con un
peso de 525 kilos, abriendo mucho la cara, al que le dio mucha dulzura de capa
Marín. Trasera fue la primera vara de Agustín Navarro mientras Guillermo Marín
guardaba la puerta. Se lo dejó crudísimo el oliventino. Jesús Díez «FIni” se
encargó de una lidia en la que se distrajo el toro en los llamados antes del
primer encuentro con José Antonio Carretero, que entró por delante. Por
estatuarios comenzó el extremeño su faena de muleta justo en el momento en el
que el viento comenzaba a arreciar en los medios. Pero a pesar de las condiciones
climatológicas, el toro tampoco rompió. Brusco animal, al que mató bien. Silencio.

Castaño era el cuarto, de nombre «Galiano”, nacido en
octubre de 2012, cuatreño, con un peso de 595 kilos de peso. Buen puyazo le
ejecutó Antonio Prieto, centrado y arriba, ante el gran toreo de capa a la
verónica de Ferrera. Importantísimo fue el tercio de varas de Ferrera,
especialmente un segundo par en el que se dejó llegar cerquísima al animal
hasta tomar el olivo y en un quiebro final de espanto. De lejos y viniéndose al
galope, muy presto, se fue por la mano zurda a pegárselos Ferrera ante el
evidente recorrido del animal. Hasta el final la llevaba el torero por la
zurda, corriendo la mano a base de domeño y consiguiendo hilvanar un trasteo en
el que el público estaba en el letargo de la merienda. Al natural por la mano
derecha llegaron los detalles más importantes del extremeño, que mató y al
descabellar el toro le propinó una fea voltereta de la que cayó de forma fea.
Se le pidió la oreja pero el palco no la concedió. Vuelta al ruedo.

 

Algunos
capotazos de tanteo dejó Talavante en el saludo veroniquil al quinto.
Manuel
Cid le ejecutó un primer puyazo al quinto en el que el toro se arrancó de lejos
pronto. Marró en el primer par Juan José Trujillo, clavando Julio López ante la
lidia de Valentín Luján. Brutote se mostró el animal en el inicio de la faena
de Alejandro Talavante, consiguiendo el extremeño atemperar las embestidas del
toro. En cuanto tocaba los trastos de Talavante, el toro se descomponía. Pinchó
hueso Talavante. 

 

También
una estampa seria tenía el sexto. Protestó el toro en el peto del caballo que
montaba Guillermo Marín en el sexto, que dejó una primera vara que se le fue
desprendida.
Salía suelto del capote de José Antonio Carretero el
animal, torero que le imprimió máximo temple en su quehacer con la seda. Se
puso a torear directamente al natural Ginés Marín ante el tranco desagradecido
de un animal que no tuvo la virtud de sus hermanos anteriores. A media altura,
con poco empuje y desrazado le embistió el toro a la muleta de Marín. De
estocada baja mató Marín.

 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Pamplona. Novena de la feria del Toro.
Corrida de toros. Lleno.

Seis toros de Núñez
del Cuvillo, bien presentada en líneas generales, de la que destacó el buen aunque geniudo cuarto. 

Antonio Ferrera, silencio y vuelta. 

Alejandro Talavante, oreja y palmas. 

Ginés Marín, silencio y palmas.