Emilio de Justo dio un golpe más en Acho este domingo en el marco del cierre de la Feria del Señor de los Milagros, logrando una nueva puerta grande en su campaña americana. Así fueron sus actuaciones:
Oreja a la autoridad de Emilio de Justo en el segundo
Se llama Peruanito el corrido en segundo lugar, del hierro de El Olivar, y es devuelto a los corrales por su condición. Aturdido de Paiján es el segundo bis, y Emilio de Justo lo lleva hasta los medios en una ajustada serie de verónicas con la pierna flexionada, rematando de enjundiosa media. Fran Diaz se agarra en un buen puyazo, empujando el de Paiján. Cubren con exposición las banderillas Morenito de Arles, que saluda y Nilton Canales. Brinda de Justo a Roca Rey y con regusto abre su faena de muleta, acompañando posteriormente los derechazos en series que calaron pronto al tendido, con muletazos ralentizados, rematados por elegantes pases de pecho. Suena la música y con la muleta al natural torea relajado el diestro, siendo reconocido el desmayo que le imprime y encajándose más en las dos series posteriores con la izquierda, cerrando vertical y a pies juntos su labor, acompañado de profundos olés y colocando un estoconazo como colofón y otorga un trofeo la autoridad.
Otra oreja a una firme actuación de Emilio de Justo ante el quinto
Pequeño de San Pedro es el quinto de la tarde, que tarda mucho en fijarse con las telas, lidiando sobre las piernas Emilio de Justo en su afán de hacerlo romper. Es también sobre las piernas el inicio con la muleta, haciéndose poco a poco de la embestida el extremeño, extrayendo de uno en uno los primeros derechazos. Buscando constantemente la colocación y presentando plana la muleta empieza a construir el trasteo, basado en la mano diestra, ante un oponente que tardea y repone, yendo a más el torero y la conexión con el público. Al natural se le viene por dentro, por lo que enmienda de mano y obliga al de San Pedro que ha perdido ya el recorrido. Toma el estoque y receta una gran estocada que hace rodar sin puntilla de manera casi inmediata al su oponente, poniendo en sus manos un trofeo.