SORIA

Borja Jiménez se vuelve a erigir como icono de Soria: tres orejas, a hombros con De Miranda, que sella una faena de firmeza


domingo 29 junio, 2025

Un encierro de Antonio Bañuelos bajaba el telón del ciclo soriano con Emilio de Justo, que paseó una oreja a su raza frente al sexto, un Borja Jiménez en plenitud que cortó tres orejas (y que volvía tras ser triunfador el pasado año) y David de Miranda, que desorejó al tercero en una faena de personalidad.

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Borja Jiménez y De Miranda a hombros. Foto: Info David de Miranda

La ganadería burgalesa de Antonio Bañuelos es la escogida para bajar el telón del ciclo soriano con Emilio de Justo, Borja Jiménez y David de Miranda, en el cartel. Estos dos últimos, anunciados por la vía de la sustitución en lugar de Morante de la Puebla y Marco Pérez.

Emilio de Justo, buenos derechazos sin acero ante el desrazado primero

El primero de la tarde, de nombre Maquinista, correspondió a Emilio de Justo. Lo saludó con un buen recibo a la verónica, templado y con gusto. El toro empujó sin demasiada entrega en la muleta, pero permitió una labor de porfía especialmente por el pitón derecho, el más potable del animal. La faena, de gran calado entre los tendidos, se vio deslucida por la escasa raza del astado. Lástima los dos pinchazos en todo lo alto antes de dejar una estocada trasera pero efectiva, que puso fin a una actuación que mereció mayor premio.

Borja Jiménez sella una faena de suma importancia al segundo, de vuelta al ruedo, y lo desoreja

El segundo de la tarde, Estragón, de 470 kilos y perteneciente al hierro de Bañuelos, fue recibido por Borja Jiménez con un saludo a la verónica de gran cadencia, rematado con una media de cartel que levantó los primeros oles. El toro tomó una buena vara, medida y bien ejecutada, que auguraba lo que vendría después. Inició faena el sevillano con pases cambiados por la espalda en el centro del ruedo, que remató mirando al tendido hasta en dos ocasiones, metiéndose a la plaza en el bolsillo desde el primer instante. Con raza y duración por parte del astado, Jiménez cuajó una obra de toreo puro y estético por ambos pitones, especialmente al natural, donde se rompió en muletazos de gran expresión y profundidad. Culminó su actuación con una estocada entera que requirió de un preciso golpe de descabello. El público, entregado, pidió con fuerza los trofeos: dos orejas para el torero de Espartinas y vuelta al ruedo para Estragón.

David de Miranda aprovecha las virtudes del tercero y lo desoreja

Con 460 kilos, el tercero de la tarde, también de Bañuelos, correspondió a David de Miranda. Lo recibió a la verónica con buen gusto, y el toro tomó un gran puyazo, que fue justamente ovacionado por los tendidos en reconocimiento a la labor del picador. En el tercio de banderillas destacó con brillantez Fernando Sánchez, que dejó un gran par que encendió al público. Miranda brindó la faena al tendido, consciente de la calidad que tenía delante. El de Bañuelos mostró entrega, cualidad que el onubense supo aprovechar con su personal estilo, caracterizado por el hieratismo, la verticalidad y la quietud. Por ambos pitones cuajó al toro, dejando muletazos de trazo limpio, que llegaron con fuerza a los tendidos. La faena, medida, la rubricó bien con el acero y paseó doble premio.

Oreja a la raza de De Justo con el cuarto

El cuarto de la tarde, también de Bañuelos, resultó muy justo de poder y de entrega. Sin embargo, Emilio de Justo volvió a tirar de oficio y raza para imponerse a la condición del astado. Con firmeza y temple, el extremeño construyó una faena de mérito, basada en el conocimiento de los terrenos y en su capacidad para extraer muletazos limpios a un toro que se apagaba pronto. Pese a la escasa colaboración del de Bañuelos, De Justo mantuvo el pulso de la faena con inteligencia y voluntad, logrando momentos de conexión con los tendidos. Tras una estocada efectiva, fue premiado con una oreja.

Borja Jiménez, otro premio del manso quinto, que brindó a José Luis Palomar

El quinto, de 496 kilos, lució una gran presentación para una plaza de segunda y fue ovacionado de salida por su estampa. Fue picado en el caballo que guardaba la puerta y Borja Jiménez brindó la faena al maestro soriano José Luis Palomar, gesto que fue correspondido con cariño por el público. Comenzó la faena con sabor y elegancia, pero pronto el toro, de Bañuelos, evidenció querencias claras hacia las tablas, complicando la labor del sevillano. Borja tiró de recursos, tesón y firmeza para imponerse por ambos pitones, logrando conectar con los tendidos a base de insistencia y entrega. Culminó su labor con una estocada entera y efectiva, lo que le valió una nueva oreja y rubricó una tarde de solvencia y madurez torera.

De Miranda se topa con otro manso sexto

El sexto de la tarde fue un animal medido de fuerzas que fue cuidado en el caballo. David de Miranda brindó la faena a sus dos compañeros de cartel, Emilio de Justo y Borja Jiménez, en un gesto torero. Inició la faena a pies juntos, con firmeza, pero pronto el toro mostró su falta de raza, acortando sus embestidas y refugiándose en tablas, donde se tornó más deslucido y manso. Pese a ello, el onubense porfió con entrega, intentando sacar muletazos por ambos pitones y mantener el interés de la faena. Tras una estocada, fue ovacionado por su disposición y esfuerzo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Soria. Último festejo de la Feria de San Juan. Casi lleno.

Se lidiaron toros de Antonio Bañuelos.

Emilio de Justo: silencio y oreja.

Borja Jiménez, dos orejas y oreja.

David de Miranda, dos orejas y ovación.