LA CRÓNICA DE MEDELLÍN (COLOMBIA)

En tierra de ciegos, el tuerto fue rey


domingo 15 febrero, 2015

Hoy era un día de definiciones y de ganadores, de cerrar ciclos y de sacar resultados. Hoy la corrida se la ganó el menos malo, por momentos pareció un concurso de marcha atlética tras los toros

Hoy era un día de definiciones y de ganadores, de cerrar ciclos y de sacar resultados. Hoy la corrida se la ganó el menos malo, por momentos pareció un concurso de marcha atlética tras los toros

Hoy
la presidencia volvió a sorprenderme, una vuelta al ruedo a un toro que si bien
fue bueno y seguro ganador, no fue un saco de virtudes.

Este año
Medellín no pudo ver al Sebastian
Castella
al que está acostumbrado. En el buen sentido de las palabras, a
Castella este le tocó trabajar de verdad, y no es que los otros ganara de
camiseta, sino que los toros permitían expresar lo que todos conocemos de él,
toreo en redondo, estético con variedad, con trazo largo y fino. No, este año
en sus dos actuaciones vimos a un Castella poderoso, lidiador, mandón, con
raza, con firmeza. Al primero de la tarde un novillo, porque las cosas se
llaman por lo que son, el francés trotó y trató por todos los medios de hacer
que el manso se quedara con la muleta. En segundo turno, salió un toro de
Carolina manso y tedioso, huidizo al que a regañadientes se le hizo entender
que su misión en esta vida era perseguir ese trapito rojo que iba de acá para
allá, trapito rojo que los que entienden del tema le llaman muleta, muleta con
la que el de beziers dio cátedra de mando y torería, de conocimiento de
terrenos, de distancias, muleta con la que de a poquitos fue edificando una
faena muy meritoria al grito de torero torero, después de la ley del silencio
decretada por el señor que se sienta detrás del letreo que dice «presidencia” a
quien para efectos del texto llamaremos «señor” y que el francés remató con 3/4
de espada que fueron suficientes para cortar una oreja y dar una vuelta al ruedo
que bien pudieron ser dos por petición de algunos.

En segundo lugar
del cartel había el que para mi es el mejor torero de este país, Manuel Libardo
no es ninguna sorpresa, es un torero con cabeza, se le nota que antes de
creerse el cuento, prefiere pensar en ganarse el puesto capote y muleta en
mano. Tuvo la cara y la cruz, el toro de Santa Bárbara que hizo primero se
fracturó una mano justo cuando lo iban a dejar en suerte para ir al caballo,
siendo reemplazado por un serio toro de La Carolina que dejó claro el dicho de
«todo manso tiene su lidia”, el de Ubaté entendió perfectamente que el toro
aunque grande era flojo, no tenía fuerza y había que llevarlo muy a su altura
para no ahogarlo, tandas de mucho mérito y mucho valor, al final una certera espada
que le entregó la primera oreja de la tarde al local. En su segundo que iba
marcado con el hierro de Fuentelapeña, un tal Mantalhombro y al que mi
compañero de silla le puso «mansoalhombro” (que buen apunte, Juangui) y el que
es el toro más manso que yo he visto en mi vida, Libardo también trotó y trato,
de salida no se quedó con ningún capote, llevarlo al caballo fue toda una
odisea y matarlo parecía ser tarea para un francotirador. Libardo se quedó con
la puerta entreabierta pero seguro que si hay una próxima se ganó a pulso su
puesto en los, ojalá futuros carteles de Medellín.

El tercer puesto
en el cartel fue para el que muchos consideran triunfador. Iván Fandiño con cada tarde enamora más a la gente, titánica labor
para aquellos que lo reclaman como suyo y que no entienden de la poligamia de
los toreros con las ciudades. Con el menos malo, o mejor toro de la tarde,
Fandiño estuvo variado, entrando en quites con Castella y toreando despacio, novedad
que trajo a la ciudad este año, un torero que iba generalmente con acelerador a
fondo ahora se le ve más pausado y más sereno, a Morgante le hizo una faena en
el nuevo sello de la casa siendo premiada con una oreja que seguramente lo
ratificarán como triunfador. Con el último del Paraíso hubo más de aquello de «trotar y tratar”, tanto
toro como torero se fueron en blanco para cerrar la temporada de los 70 años de
Medellín.

Hablando de
definiciones y de ganadores, a esta hora ya debe estar votado el triunfador de
la temporada yo sólo espero que la gente no se haya dejado deslumbrar del
brillo de las llamadas figuras del toreo y se hayan acordado de votar por el
que mejor hizo las cosas, un torero que no hubo que esperar mucho, un torero
que fue el que primero abrió la puerta, un torero que es … un novillero, que no
cecea, que saluda mirando a los ojos, un torero que estaba toreando en el patio
de su casa… y si, para mi el triunfador de Medellín, no puede ser otro que
Juan de Castilla!

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Macarena (Medellín), Colombia. Feria de La Macarena, última de abono. Tres cuartos de entrada en el tendido. Corrida concurso: Toros de Achury Viejo, Santa Bárbara, Ernesto Gutiérrez, La Carolina, Fuentelapeña y El Paraíso

Sebastián Castella, silencio y oreja. 

Manuel Libardo, oreja y silencio. 

Iván Fandiño, oreja y palmas.