VALENCIA

El compromiso de un tío y un encierro de examen


domingo 10 marzo, 2024

Los toros de la encerrona supusieron una dura prueba de la que salió Román dolorido y magullado, pero con el reconocimiento de aficionados y profesionales

Sin Título
Román a hombros.

El valenciano Román se encerraba en su plaza para conmemorar su 10º aniversario de alternativa, una tarde muy especial para un diestro que tenía un reto importante junto a sus paisanos. A las cinco en punto de la tarde trenzaba el paseíllo en solitario para estoquear toros de El Parralejo, Fuente Ymbro, Pedraza de Yeltes, Victorino Martín, Domingo Hernández, y Luis Algarra.

Un pinchazo priva a Román del premio con el exigente Parralejo que abrió plaza

El de El Parralejo que abrió plaza era un señor de planta y una declaración de intenciones de Román, que decía que no venía a aliviarse de nada, pese a que el toro no terminase de empujar hasta el final su intención de embestir en el capote. Fue duro el encuentro con el caballo, de más protesta y cabeceo que fijeza en el animal. Lo mantuvo después, en la muleta, siempre que Román levantó la mano para aliviarle la exigencia, porque había que llevarlo muy sometido, muy dominado, y no dejarlo pensar. A pesar del vendaval que descubría al rubio torero, la convicción de Román podía más que la intención renuente del toro de El Parralejo. Un pinchazo antes de la estocada entera final dejó el premio en ovación.

La seguridad de Román por abajo basta para arrancarle una oreja al temperamental segundo

El trapío del Sacacuartos de Fuente Ymbro que hizo segundo estaba fuera de toda duda. Como la decisión de Román, que lo recibió con una larga cambiada de rodillas antes de lancearlo a la verónica, variar el saludo con una chicuelina y una media de mucho sabor. Tenía buen aire el animal, y lo mantuvo en banderillas, donde saludó Antonio Chacón. Pero tampoco era una madre de la Caridad, y el viento que flameaba la muleta de Román descubría lo que había detrás, poniéndolo difícil al torero. A peor en los finales a zurdas, fue a más, sin embargo, en la reposición y en la exigencia, dando mucha más importancia al aguerrido final de faena. Y fue entonces cuando llegaron los mejores momentos de un Román siempre seguro, siempre por abajo. Hubo una vez más para jugársela ante el de Fuente Ymbro por bernadinas antes de despenarlo de una estocada hasta las cintas. Oreja.

El castaño tercero de Pedraza se aburre de pelea antes que Román, que tiene que perseguirlo

El tercero, de Pedraza devueltas, era un castaño largo y basto, muy entripado en Aldeanueva y con verdadero empeño en la pelea en varas con Alberto Sandoval. Allí quiso quedarse empujando abajo en el primer encuentro, y se distrajo más en el segundo, en el que lo puso lejos Román para lucirlo en varas. Y volvió a empujar. Pronto y fijo en banderillas, donde saludó Ángel Otero tras dos pares muy comprometidos. Acudió el castaño a la cita con la muleta en el inicio, pero con cierto recelo que exigía seguridad, por un lado, y que amenazaba con rajarse, por otro. Pero supo Román dejarle la muleta puesta y tirar de ella sin que la tocase el funo, para convencerlo de acudir a los cites. Así lo hizo a zurdas, por donde el defecto era más el corto viaje que marcaba el toro. Por eso se fue apagando en la chispa poco a poco hasta al ir con la cara perdida y sin celo. La estocada entera quedó suelta, pero no lo suficiente para volver a entrar.

El empeño de Román se estrella con la falta de intención y el peligro del cuarto, de Victorino

El larguísimo Victorino que hizo quinto tardó poco en centrarse en el capote que le ofreció un genuflexión Román, y acometió con humillación, pero con temperamento de corto viaje y final protestado. De hecho, desarmó al torero al colocarlo en el caballo, y apretó abajo en el peto mientras le tapaban la salida. Fue. Generoso Román, y lo puso largo hasta en dos ocasiones, pero le faltó franqueza al temperamento del de Victorino Martín. Lo brindó a Vicente Ruiz ‘El Soro’, que fue el encargado de tocar el cambio de tercio con la trompeta. Uy bien lidiado por abajo en el inicio, genuflexo y paciente, se decidió Román por la mano izquierda para comenzar faena y ver que no tenía ni uno. Pero tampoco al natural, por lo que decidió buscarle las vueltas al cárdeno sin mucho éxito. No había nada que hacer y había que acabar con brevedad. Pero lo pinchó varias veces, haciendo el trámite más largo de la cuenta.

La renuencia del rajado quinto, de Domingo Hernández, le arruina el acto a un tesonero Román

El quinto acto quiso empezarlo Román de rodillas y el el portón de los sustos, por donde salió un castaño de Domingo Hernández para llevarse una larga cambiada, primero, y un manojo de verónicas, mejor pensadas que puestas en escena, antes de que salieran los picadores. Cuando salió el toro del penco para llevarse las chicuelinas del quite ya estaba sangrando hasta la pezuña. Soberbio anduvo en la brega Antonio Chacón, y también Fernando Sanchez en banderillas, pero quiso Román poner un par -un quiebro que terminó con los palos en el brazuelo- e invitar a Raúl Martí a poner otro, lo que no sucedió por falta de atención del toro en el banderillero valenciano. A los medios se fue Román a ponerle la muleta en la distancia, y acudió el animal, pero al tercer muletazo ya estaba marcando tablas. Completamente rajado antes de empezar faena, hubo que fijarlo con el toque fuerte al marcar la salida, el paso ganado para no permitirle pensar y la paciencia en la repetición para buscar cuatro o cinco arrancadas seguidas. Puso tesón y empeño, el valenciano, que hasta se llevó una voltereta de muy fea caída. Pero no merecía la pena. Mientras lo partía en dos de una estocada fulminante, el toro lo enganchó por los machos de muy mala forma. Una ovación le dio ánimo para ir a por el sexto.

Una oreja del sexto de Algarra abre finalmente la puerta grande a Román

Estaba Román visiblemente mermado cuando apareció por la puerta de chiqueros el amplio, amplísimo toro de Algarra, que le humilló despacio, sin embargo, en el saludo de verónicas genuflexas rematadas con la revolera. A este lo pusieron en corto al penco y le midieron bien el castigo antes de que intentase Román un quite por crinolinas que quedó inconcluso, pero con el toro de nuevo en el peto. Tenía ritmo el animal en el inicio, porque acudía a los toques que le dejaban un tiempo entre pases. Más a su aire al ligarlo, que fue lo que intentó pronto Román. Al natural le tomó el aire pronto el valenciano, que le añadió la media distancia para aprovecharle las inercias. Y fue así como consiguió que repitiese el negro salpicado, con dos petacos de pavor por delante, con el que siempre fue a más un Román visiblemente dolorido, haciendo un esfuerzo titánico por terminar en triunfo. De ahí las pausas, que le vinieron bien al toro, y la búsqueda de los circulares al final, siempre muy metido. Unos doblones muy estéticos epilogaron la obra, junto con una estocada defectuosa que necesitó del descabello. Una oreja fue el colofón a una tarde de máxima entrega.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas. Segunda de abono. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.

Toros de El Parralejo, Fuente Ymbro, Pedraza de Yeltes, Victorino Martín, Domingo Hernández, y Luis Algarra. Con fondo de humillación, exigente si no iba apretado, el primero de El Parralejo; exigente pero importante el temperamental segundo, de Fuente Ymbro; de poca raza y duración el castaño tercero, de Pedraza; reponedor, incierto y tobillero el peligroso cuarto, de Victorino; rajado y remiso el castaño quinto, de Domingo Hernández; obediente pero informal el amplio sexto, de Algarra.

Román (único espada): Ovación, oreja tras aviso, ovación, silencio, ovación y oreja.

INCIDENCIAS: Se guardó un minuto de silencio en memoria del veterinario Julio Soriano Mestre.

FOTOGALERÍA: LUCAS SANZ

Fotogaleria Valencia 10 3 2024