CRÓNICA, CÓRDOBA

Enrique Ponce dicta una nueva cátedra


sábado 27 mayo, 2017

Cortó dos orejas al cuarto de Juan Pedro Domecq y dictó cátedra en el Coso de los Califas. Finito regaló perlas de su gran calidad y Cayetano, elegante y enrazado paseó una oreja del sexto.

Cortó dos orejas al cuarto de Juan Pedro Domecq y dictó cátedra en el Coso de los Califas. Finito regaló perlas de su gran calidad y Cayetano, elegante y enrazado paseó una oreja del sexto.

TEXTO: EMILIO TRIGO / FOTOGALERÍA: F.I.T.

La tercera de la Feria de la Salud de Córdoba se celebraba esta tarde en El Coso de
los Califas
de Córdoba: Ponce, Finito y Cayetano hacían a las siete y media en punto el paseíllo. Para la
ocasión una de Juan Pedro Domecq.

Decir que Enrique
Ponce
está atravesando un gran momento es quedarse corto en tal afirmación.Lo cierto, es que Ponce vive plenamente
en ese periodo de felicidad constante delante del toro.
El maestro
valenciano, que se juega la vida cada tarde, hace de esa exposición obras de
artes inigualables, imborrables para los mortales. Su toreo es estratosférico, universal, galáctico, basado en una afición
colosal y una inteligencia sin parangones terrenales.
La dimensión
alcanzada ha sido tal, que suena a tópico el decir «imposible de enjuiciar”
porque casi nadie «Yo voy por delante” sería capaz de hacerlo a la misma cota.
Lo de Enrique Ponce es de leyenda,
puesto que con el paso de los años, prosigue
en una renovación constante en su tauromaquia que no otea horizonte ni techo
alguno. Sus tardes se dictan por lecciones y las lecciones son cátedras de
tauromaquias. 

Como si de
un novel se tratase Enrique Ponce enjaretó una larga cambiada en el tercio de bellísima ejecución, y una vez en
pie, toreó templadísimo a la verónica. Ponce
durmió el lance que duró una eternidad. Sensacional Enrique con el percal 
que levantó al público de los asientos. Tras la primera vara, del cuarto, que
empujó de verdad en el peto, Ponce
volvió a lucir su autoritario capote con un quite por chiquelinas magistral
.
Tremenda dimensión del valenciano con la tela rosa. El de Chivas realizó un
faenón de principio a fin. El maestro
muy motivado brindó a Finito, firmando una labor para la historia, donde el
temple cimentó la exquisita obra.
Dominio absoluto de la enclasada
embestida del Juan Pedro Domecq al que toreó con toda su alma y una
muleta a modo de pincel. Cada muletazo
era un cuadro que homenajeaba a Manolete y que volvía loca a la plaza. 
Una de las grandes obras de Ponce en los últimos años que innovó con la ‘bianquina’ en homenaje a su hija Bianca. Estocada
ligeramente desprendida y dos orejones para el ‘Cum Laude’ del toreo. Bonito toro de Juan Pedro Domecq que abrió
plaza.
El primero de la tarde manifestó pocas fuerzas y el maestro lo
recibió con suavidad capotera. Ganó terreno en cada lance e hubo variedad en el
percal. Se cuidó en el caballo y durante la lidia el astado apretó para dentro
por el derecho. Ese defecto lo corrigió Ponce nada más empezar su trasteo. Le puso la muleta en el hocico y le enseñó el
viaje aunque ciertamente el toro colocaba bien la cara. El maestro todo suavidad nunca pegó un tirón y todo fue compostura y
estética. Hubo temple y el ritmo que le faltó al toro lo puso el valenciano. 
Convenció a su oponente a tirar para adelante, quitándole la franela y
poniéndosela otra vez como quien tiende la mano para saludar. El Juan Pedro tuvo calidad pero le faltó
poder.
Buena faena pero entre el aviso y el descabello menguaron el
resultado. 

Finito echó una tarde en su tierra
muy importante a pesar de no tocar pelo.
Juan Serrano continúa en la senda de la alta solera y
calidad suprema. ‘Fino’ volvió a dar esa
dimensión del toreo eterno, el de las muñecas rotas y el trazo interminable. Juan
plasmó sus sentimientos con el capote y con la muleta ante un lote venido
a menos. Está claro que las orejas suman para las estadísticas, pero después de
lo saboreado queda en menor importancia. Muy similar la estampa del segundo a
su hermano primero. Otro bien hecho y con dulzura en su embestida al que Finito le enjareto un saludo muy personal.
Lució la verónica es su máximo esplendor
y se escucharon muy fuertes las
palmas de los paisanos. Este cumplió en varas sin emplearse. Bien la cuadrilla
en el tercio. Finito se puso a torear de
verdad sin probaturas iniciales. Juan
coció a su oponente con la diestra
con varios derechos de muñeca rota y extraordinaria ejecución. Obligó
al dócil Juan Pedro acariciando la muleta en cada trazo.
Se le vio muy a
gusto al cordobés que también refrendó sus buenas cualidades por el pitón
izquierdo. Por ahí, los interpretó de uno en uno, pero con suma delicadeza. De mitad de faena hacia delante el astado
quiso rajarse
bajando un poco la intensidad del distinguido metraje. Dos
pinchazos con un toro aculado en tablas lo enfriaron todo. Juan perfiló el lance al recibir al quinto. Jugó los brazos con prestancia y estalló
la verónica eterna en los Califas.
El que cerraba el lote de Finito se
empleó en varas y llegó con la movilidad justa al último tercio.
El de Córdoba ofreció la barriga de la muleta, con el palillo vertical, pero el
toro se quedó sin fuelle. Finito
intercaló perlas, dosis del toreo de siempre y además un sincero arrimón ante
un animal que nunca descolgó.
Lástima que no hubiera continuidad y
poca transmisión, por la falta de material, porque se le vio muy entregado.
Pinchazo y estocada. Ovación. 

Cerraba
cartel Cayetano. El menor de los Rivera Ordóñez se
reivindica cada tarde y suma enteros en
su vitola de gran figura. Cayetano
se crece cada tarde y no deja escapar
cualquier escenario para mostrar su estatus. Todo lo que hace lo plasma con
autenticidad, con sinceridad, con verdad y con toda la raza de los genes en
ebullición. Cayetano se ha subido al
triunfo, manifiesta sus extraordinarias cualidades y va directo sin lugar a
dudas, a ser uno de los grandes nombres de la temporada.
La oreja llegó en
el sexto bis. El titular, fue muy descarado de pitones. Ofensivo el cierraplaza
con dos buenos leños que fue devuelto tras echarse y no levantarse más. Hubo
que apuntillarlo. Alto el sobrero que tuvo una embestida desclasada con un
molesto cabeceo y marcó con rajarse varias veces. Cayetano muy metido en la tarde, ofreció el pecho y prestancia en el
embroque para componer estéticamente.
Rivera pasajeó muy suave, con dulzura
por el pitón derecho, por donde le endosó un trasteo personal, equilibrado y
ligado. A zurdas, con medias distancias, con más espacio que ha diestras
y con el mismo acento personal. Notable
faena de Cayetano con un toro venido a menos.
Estocada en buen sitio y
oreja al buen toreo. Con el tercero, algo desigual de pitones pero
morfológicamente bien conformado. Cayetano
se expresó a la verónica rematando su compuesto saludo con una larga
cambiada en los medios.
Desde el principio quiso rajarse haciendo cosas de
mansito. Así transcurrió la lidia en todos sus tercios con un toro amagando con
rajarse. Empujaba por el izquierdo
haciendo rectificar en cada encuentro. Muy templado estuvo Cayetano por el
pitón derecho componiendo series ligadas y estéticas.
Sin embargo, por el
otro enseñó el toro era distinto. Lo mejor llegó con la muleta en la diestra
en una faena de más a menos por desinflarse el Juan Pedro. Un manejable a
menos con un Cayetano muy dispuesto
. Ovación. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de
Los Califas, Córdoba. Tercera de la feria de la Salud. Corrida de toros.

Entrada: Media plaza

Seis toros de Juan Pedro Domecq. Bien presentados, nobles, manejables aunque
les falto más poder en el tramo final. Destacó el gran cuarto por transmisión y
duración. El sexto bis de Parladé se dejó.

Enrique
Ponce;
ovación y dos orejas.

Finito de
Córdoba;
ovación
y ovación.

Cayetano; ovación y oreja.