Llegaba el gran día de Francisco
José Espada, el día en que se hacía matador de toros con una corrida de El Tajo
y La Reina en plena Feria de San Julián. Morante de la Puebla hacía de padrino
mientras que José María Manzanares hacía las veces de testigo ante un grandioso
ambiente en el corazón de La Mancha.
Una
oreja cortó Francisco José Espada en el toro de su alternativa, de nombre
Duque, número 95, que no se empleó en ningún momento con un tranco soso. Le
cuajó su trasteo entre los pitones, a milímetros de ellos, permaneciendo muy
dispuesto durante toda su labor. Tras el espadazo, el de Fuenlabrada paseó la
oreja.
El
segundo Lo recibió con bellas verónicas y una media gustosa. Cuando llegó el toro
a la muleta, estaba desinflado, soso en su embestida y, aunque Morante anduvo torero
y quiso pero no pudo. Marró reiteradamente con la espada, hasta en cinco
ocasiones, quedando su labor en división de opiniones. Fue un toro deslucido, soso y sin emplearse.
Fue el
tercero el toro más encastado del encierro, con movilidad anuque tardo en su
embestida. No estuvo a gusto con él Manzanares porque era muy pegajoso. Tuvo un
inicio soso de faena el de El Tajo pero a raíz de ahí el toro comenzó a sacar
movilidad y un tranco pegajoso. Manzanares no terminó de estar cómodo con él. Después
de pinchazo, estocada y dos descabellos recibió una ovación del público.
Al
cuarto Morante lo recibió con media docena de verónicas rematadas con una
gustosa media. Fue un toro con clase pero sin fuerza, viniéndose abajo en el
caballo para que cuando llegara a la muleta del de La Puebla se viniera abajo.
Perdía las manos constantemente, por lo que no pudo cuajar faena. Tras tres
pinchazos, estocada y descabello escuchó ovación.
El
quinto fue un toro noble, con clase pero sin transmisión y muy justo de
fuerzas. Bien lo recibió a la verónica, pero al llegar a la muleta no se enceló
en los trastos del alicantino. Selló un trasteo a media altura, sin transmisión
a los tendidos marrando su labor con un pinchazo, una estocada y tres
descabellos para escuchar palmas.
El
sexto fue el mejor del encierro, un toro noble y con clase con el que Espada
anduvo torero en larga y corta distancia. Cuando el toro le pidió larga
distancia toreó ligado y a la perfección, y cuando éste acortó su viaje se
metió entre pitones y en circulares ganándose al respetable conquense. Mató de
un espadazo, lo que le valió la oreja con fuerte petición de la segunda no
atendida.
Vídeo Cuenca 24-8-2015 por Cultoro
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuenca. Tercera
de la Feria de San Julián. Corrida de toros.
Seis toros de El Tajo y La Reina.
José Antonio «Morante de la Puebla”, división de opiniones y ovación.
José María Manzanares, ovación y palmas.
Francisco José Espada, que tomaba la alternativa, oreja y oreja con fuerte petición de la segunda.