El Fandi, Manuel Escribano y Curro Durán hacían el paseíllo, este 29 de marzo, en la localidad sevillana de Morón de la Frontera, donde se enfrentaban a un encierro de Julio de la Puerta.
El Fandi le pasea la oreja a un interesante primero de Julio de la Puerta
Tuvo virtudes el primero de la tarde, un astado de Julio de la Puerta al que recibió rodilla en tierra El Fandi con tres largas cambiadas en el tercio. Se le cuidó en el jaco antes de compartir tercio de banderillas el granadino y Manuel Escribano. No le apretó en ningún momento David a un toro con virtudes pero medido en su fortaleza. Tuvo prontitud, fijeza y clase el astado ursaonense, ese al que David buscó siempre torear con pulso para que este no perdiera las manos. Siempre quiso más que pudo un astado que nunca negó una embestida. Buscó este siempre citar al animal en la media distancia para traérselo empapado en la pañosa. Al natural le costó más tomarle el pulso a un toro que exigió más por ese pitón. Tras un final de faena en la corta distancia pasearía la oreja -tras hacer uso del verduguillo- de un astado justamente ovacionado en el arrastre.
Un firme Escribano le pasea la oreja al encastado segundo
Le costó emplearse en el capote de Escribano al segundo de la tarde, astado que tendió a arrastrar la pata derecha debido a un posible calambre. Se dolió en la única vara que tomó antes de mostrar movilidad en un tercio de banderillas compartido con El Fandi, ese en el que destacaría un ajustado para al quiebro por parte del hispalense. Aprovechó Manuel la pronta embestidas del astado para pasárselo por la espalda en la primera serie. El de Gerena entendió aquello que pedía un astado con carácter, un animal que exigió en distancias y alturas, ese que pedía venir siempre enganchado y sometido, de lo contrario tendía a soltar la cara al final del muletazo. Manuel buscó torearlo con suavidad, teniendo este que perderle un par de pasos al hacer el hilo el de Julio de la Puerta. Cierto que hubo muletazos largos y profundos, pero no es menos cierto que faltó mayor estructura a un desigual trasteo. Conforme fue perdiendo movilidad el toro comenzó a acortar su viaje embistiendo a media alturita y con menor fijeza. Tras enterrar el acero tuvo que hacer uso del descabello paseando una oreja tras aviso.
Durán somete la encastada embestida del tercero y le pasea la oreja
El tercero de la tarde fue otro toro interesante astado de Julio de la Puerta, un animal encastado y con mucho que torear al que había que hacérselo todo perfecto para que rompiera en la muleta. Pese a embestir con cierto genio en el capote y empujar con un único pitón en el jaco, el toro evidenció humillación y largura durante la lidia de Lili. Un tercio de banderillas donde destacó el asentamiento con los palos de Fernando del Toro. Acertó Durán en apretarle por bajo en una primera serie donde siempre buscó abrirle los caminos al astado. Se acopló más a la embestida del de Julio de la Puerta por el lado derecho, a zurdas le costó más someterlo. Asentó zapatillas y le corrió la mano a un ejemplar enrazado y humillador. A mayor sometimiento, más entrega por parte del ejemplar venido desde La Valdivia. Anduvo inteligente el vaciar siempre el muletazo por debajo de la pala del pitón, por ahí ganaba mayor tranco si iba enganchado. Con el toro bajando revoluciones se acopló a este en una buena tanda al natural antes de dejar dos nuevas series a derechas. Tras pasaportar al animal pasearía la tercera oreja de la tarde de un animal ovacionado en el arrastre.
El Fandi pasea los máximos trofeos del importante cuarto
Se metió El Fandi al público en el bolsillo tras un variado tercero de banderillas al cuarto del festejo, astado que se había dejado pegar en el peto tras el recibo capotero del granadino. Berreón como su hermano lidiado en tercer lugar este de Julio de la Puerta también se movió con transmisión en las telas. Apretó el toro en la pañosa de un espada que poco a poco fue alargándole el muletazo hasta conseguir que el animal ganara medio metro más de muletazo. Al natural lo pulseó con gran suavidad, por ahí se fue a los vuelos colocando la cara de una forma extraordinaria. Inteligentemente dosificó al ejemplar con muletazos en línea recta y a media altura para posteriormente volver a apretarle por abajo. El granadino realizó una labor seria, templada y variada ante otro toro con profundidad y entrega, un astado que lógicamente se fue apagando como una velita tras tanta entrega. Tras una primera parte de toreo fundamental acortaría las distancias haciendo el granadino las delicias de los tendidos. Un trasteo que cerraría rodilla en tierra antes de enterrar el acero y pasear los máximos de otro gran toro del hierro ursaonense.
Escribano le pasea la oreja al garbanzo negro del festejo
De mayor volumen fue el quinto del festejo, astado que se frenó de salida impidiendo que Escribano se soltase de capa. Al igual que sus hermanos, este ejemplar acometió con movilidad durante un tercio de banderillas en el que el torero dejó patente su dominio de este tercio. Ya con la muleta el de Gerena le intentó buscar las vueltas a un animal que siempre se lo pensó una enormidad, ejemplar de medias arrancadas que sabía aquello que se dejaba atrás. Manuel se la dejó siempre puesta y lo llevó empapado de muleta para que esta no se quedara a mitad del muletazo. A zurdas le robó algún natural dentro de un trasteo que nunca rompió por la deslucida condición del toro. Ya en la distancia corta demostró que era él, y no el de Julio de la Puerta, quien mandaba en el ruedo. Pese a costar un mundo cuadrarlo Manuel conseguiría una estocada de mérito que le valdría el corte de una oreja.
Durán no da un paso atrás y pasea la oreja del complicado sexto
Tampoco se entregó de salida el último de la tarde, un toro que topó más que embistió en el capote de Curro Durán. Tras pasar por el jaco volvió a evidenciar ese comportamiento en el capote de Fernando del Toro. Una vez en la muleta Durán buscó no atacarlo desde el principio llevándolo a media altura. Este fue un toro muy justito de raza, un ejemplar que siempre tendió a soltar la cara al final del muletazo, algo que dificultó la ligazón. Al natural siempre hizo hilo apretando cuando menos lo esperaba el torero. Fue a mitad de faena cuando el astado soltó la cara golpeando en el rostro del torero. Afortunadamente únicamente fue un golpe, volviendo Durán a la cara del animal para mostrar al público que no iba a dar un paso atrás. Tras una estocada en buen sitio y varios descabellos pasearía la oreja que le abría la puerta grande.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Morón de la Frontera (Sevilla). Corrida de toros. Media plaza.
Toros de Julio de la Puerta.
El Fandi, oreja y dos orejas y rabo.
Manuel Escribano, oreja tras aviso y oreja.
Curro Durán, oreja y oreja.