Interesante Desafío Ganadero en la segunda de la Feria del Aficionado que organiza anualmente 3Puyazos, con un encierro con los hierros de Prieto de la Cal y Herederos de Celestino Cuadri para una terna formada por Luis Gerpe, Juan de Castilla y Cristóbal Reyes, dispuestos todos a lucir los toros como se demanda siempre en este ciclo.
Juan de Castilla se llevó la tarde en la segunda de la Feria del Aficionado, en San Agustín del Guadalix (Madrid). Un Desafío Ganadero entre Prieto de la Cal y Cuadri, en el que la divisa que pasta en Comeuñas se llevó el gato al agua. Dos toros, segundo y, sobre todo, sexto, bravo de verdad, para no perder la ilusión, para seguir peleando por mantener este encaste contra viento y marea como acostumbra Fernando Cuadri. Más ásperos, incluso alguno con peligro, fueron los de Prieto de la Cal. Como casta tiene también el torero colombiano, que cortó una oreja merced a una faena repleta de verdad y aplomo. Se fueron de vacío Luis Gerpe, que dejó muestras de solvente oficio, y Cristóbal Reyes, al que se le vieron más las costuras de su falta de rodaje en ese último, premiado con la vuelta al ruedo.
Oficio de Gerpe con un primero de alegre pelea en varas, pero áspero y complicado en la muleta

Abrió plaza un jabonero sucio de Prieto de la Cal, de morrillo astracanado, con cuajo y amplio de cuna, mostrando las puntas, que repitió con celo pero sin entrega de salida en las buenas verónicas de Luis Gerpe. Se acostó ya en el viaje por el derecho en varios de los lances. Propició, pese a ello, un vibrante tercio de varas, arrancándose de lejos hasta en cuatro ocasiones. Se arrancó con mayor alegría que entrega tuvo luego en el caballo, especialmente, en el último puyazo, del que salió suelto. Eso sí, qué manera de dejarse ver, de mover la montura y la vara, de llamar al toro… En definitiva de torear a caballo del galo Gabin Rehabi, que fue obligado a quitarse el castoreño. Se dejó en banderillas. Sin embargo, no dio una facilidad en la muleta de Gerpe que, aunque le dio buen trato e intentó hacerle las cosas bien, no pudo más que mostrar oficio. Toro áspero de embestida fuerte, violenta, muy vencido en ocasiones. En una de esas coladas, sin siquiera levantar del ruedo a Gerpe le abrió la taleguilla de cadera a rodilla. Certero, aunque por fortuna, el pitón no encontró carne. Gracias al oficio y siempre perdiéndole pasos, logró arañarle algún muletazo suelto meritorio, pero sin eco arriba. La estocada, atravesada, fue suficiente.
Juan de Castilla, importante oreja de un notable ‘Vendedor’, de Cuadri

Hondo y badanoso, aunque le cabían todavía más kilos, el entipado segundo abría lo suyo la cara, con las puntas mirando al cielo. No pudo lucirse de capa Juan de Castilla, que le puso de punta a punta luego en el caballo. Tres varas en las que el “Cuadri” algo tardo, mostró buen tranco, pese a estar muy medido de motor. Buen tercio de Iván García, en banderillas, sobrado de facultades. Juan de Castilla estuvo luego muy de verdad en la faena. Otorgándole sitio, citando siempre de frente, atacando el pitón contrario… Logró así ligarle varias tandas importantes, más rotundas al natural, en las que el de Cuadri se vino arriba y embistió por abajo por derecho. Con transmisión. Buen toro y bravo también el colombiano, queriendo siempre, con aplomo. Cobró una estocada entera contraria y algo suelta y paseó una justa oreja. Ovación para “Vendedor” en el arrastre. Oreja para Juan de Castilla.
Sin opciones Cristóbal Reyes con uno de Prieto de la Cal muy vacío y sin embroque

Con mazorca, acodado de pitones, casi playero, el jabonero claro, casi melocotón, tercero, de Prieto de la Cal, con volumen y kilos, remató con saña de salida en los burladeros. Fue un “Veragua” complejo y muy deslucido para Cristóbal Reyes. Costoso de poner en suerte tanto en el caballo, pues le costaba irse mucho de los engaños y echó la cara a la altura de la montura de Helder Pires, como en banderillas, donde la cuadrilla pasó las de Caín, porque apenas tenía embroque. Reservón también en la franela de Cristóbal Reyes, porque nunca pasaba. Cada vez más a la defensiva, fue un animal muy vacío y la faena no pasó de probaturas. Lo mató de pinchazo y una estocada corta muy baja. Silencio.
Silencio para Gerpe, que se zafó de milagro, con un cuarto, de Cuadri, con teclas

El cuarto lució el pial de Cuadri, con esqueleto y romana, le cabían aún así 50 kilos más. Abierto de cuna y acapachado, también en el tipo, repitió de salida en el percal de Luis Gerpe. Cumplió en varas, donde empujjó con fijeza en las cuatro varas que le administró Antonio Peralta. Buen tercio de banderillas de Manuel Gómex, que se desmonteró, y mejor aún la lidia de Joao Pedro. Gerpe comenzó por bajo y el “Cuadri” pareció tomar bien la pañosa por el derecho. Sin embargo, luego tuvo muchas teclas. Le costó irse de los vuelos, reponiendo siempre, había que tragarle mucho para lograr ligarle. De hecho, llegó a prenderle en una de las ocasiones que le hizo hilo. El pitón viajó por zonas delicadas y lo tuvo a merced en el suelo, pero no hizo más que olisquearlo. Volvió a la cara y el animal pareció haberse orientado aún más, por lo que su quehacer no tuvo brillo. Lo mató con eficacia. Silencio.
Juan de Castilla, ante una quimera con el precioso, y peligroso, berrendo en jabonero quinto

El quinto era una lámina. Un precioso berrendo en jabonero capirote largo, rematado, con alzada, de seria mirada y expresión, de amplísima y abierta cuna. Una cosa fue la fachada y otra el interior. Sin celo en el recibo de Juan de Castilla. Ya en el caballo, pese a las ganas del tendido de ver al toro, el de Prieto de la Cal no se empleó. Se lo pensaba, se repuchaba al sentir el acero y en cuanto podía, huía. No le puso nada sencilla la lidia a un torero de plata de primera línea como Iván García y menos facilidades aún proporcionó al colombiano. Una prenda de cuidado. Siempre detrás de la mata midiendo, siempre buscando al torero. Cada arrancada, que no embestida, era una tarascada buscando siempre el pecho de Juan de Castilla. De taquicardia. El sudamericano abrevió sin poder siquiera estirarse, siempre sobre las piernas. Incluso estuvo a punto de echarle mano en el macheteo para cuadrarlo. Lo “cazó” con habilidad al tercer intento.
Cristóbal Reyes no termina de entenderse con un ‘Bronceado’ de Cuadri de vuelta al ruedo

Cerró plaza un torazo de Cuadri. Un auténtico cetáceo con romana, caja, alzada y pitones. Astifinos pitones desde la mazorca, con acapachada arboladura. Toro muy encastado, que metió la cara e hizo el avión en los capotes, tomó cuatro puyazos, dos de ellos de punta a punta, en los que el animal empujó y cumplió. Buena culpa tuvo también Javier Ortiz, que toreó a caballo. Se desmonteró con el público en pie. Emotivo tercio, que encontró refrendo en banderillas, donde también saludaron Yelco Álvarez y Víctor Pérez. Brindó Cristóbal Reyes al público y todo parecía venir rodado hacia el triunfo. El de Cuadri, franco por ambos, tenía un magnífico pitón izquierdo y Reyes incidió por ahí en las primeras tandas, sin terminar de cogerle el pulso a una embestida por abajo y con transmisión. Se pasó a la diestra y entonces se diluyó aún más el trasteo. Tras coger la tizona, volvió a la zurda y el toro le regaló dos tandas más en las que hubo algún natural de buen trazo, pero sin redondear, que mostraron aún más las virtudes del toro.Tras la estocada, el público tomó claro partido por el Cuadri premiando a “Bronceado” con la vuelta al ruedo. Pitos para Reyes.
FICHA DEL FESTEJO
Sábado, 26 de abril de 2025. Plaza de toros de San Agustín del Guadalix (Madrid). Feria del Aficionado, segunda de abono. Corrida de toros.
Toros de Prieto de la Cal (primero, tercero y quinto) y Herederos de Celestino Cuadri (segundo, cuarto y sexto), desiguales, pero bien presentados y con cuajo. Pronto en varas, áspero, violento y sin entrega, el primero; el segundo, medido de motor, su bravura le hizo romper en la muleta, con clase y transmisión; el tercero, muy deslucido, reservón, no pasaba en la muleta; el cuarto, con muchas teclas, pegajoso y reponiendo mucho; muy orientado y peligroso, no tuvo un pase, el quinto; gran toro el sexto, bravo en varas y también en el último tercio, con clase y codicia, en especial, por el pitón izquierdo.
Luis Gerpe (malva y oro): silencio y silencio.
Juan de Castilla (blanco y oro): oreja y silencio.
Cristóbal Reyes (marino y oro): silencio y pitos.
Incidencias: Tras el paseíllo, se anunció por megafonía que en el desembarque se astillaron los pitones el primero y quinto de la tarde, pese a lo cual, «por el esfuerzo de los ganaderos en criarlos», se optó por lidiar ambos toros. Saludó en varas Gabin Rehabi con el primero. En el cuarto se desmonteró Manuel Gómez en banderillas.En el sexto, también saludó castoreño en mano Javier Ortiz, tras el tercio de varas, y después en banderillas Yelco Álvarez y Víctor Pérez, en banderillas. Al acabar el festejo, se designó como mejor picador a Gabin Rehabi y Javier Ortiz, compartido, mientras que el premio al mejor torero de plata fue para la lidia de Joao Pedro y las banderillas de Víctor Pérez.
FOTOGALERÍA: PABLO RAMOS
