EL DETLLE

Ferrera de ‘Maestro a Mago’


viernes 9 junio, 2017



EMILIO TRIGO

Se esperaba mucho de una tarde a la medida del aficionado más exigente y al
final ese aficionado se va de la plaza abatido por la falta de casta, el desánimo
y el pobre juego de una ganadería admirada. Estos pupilos tuvieron enfrente
tres profesionales que intentaron salvar la tarde pero que poco pudieron hacer con
tan decepcionante encierro.

Destacó magistralmente Ferrera que en su cuarto hasta corrió la mano con temple y mando,
en lo más importante de ayer. Se inventó una faena que nadie presagiaba. Ni un
alma de Las Ventas apostaba por sacarle partido a un manso peligroso, que
además se defendía con mucha guasa cada vez que iba al embroque. El extremeño siempre
bien plantado, tragó quinina y demostró que le ‘pesan las pilas del traje de
luces una barbaridad’. Sometió por abajo con su vocación de torero. Se le jugó ante el cuarto que hacía hilo y buscaba las
femorales, pero Antonio no rehuyó el encuentro, arriesgando a sabiendas de que
allí no había donde rascar ni un muletazo decente.

Sin duda, el maestro dejó más que acreditada su madurez
profesional, lealtad, seriedad y sensibilidad con la que lidió al ‘marrajo’ que
tenía enfrente. Una creación grande, sin la estética de otras veces, pero con
la inteligencia de la sabiduría por bandera. Un torero crecido en cada pase, confiado en su sapiencia y
jugándose los muslos en cada muletazo. El toro pasaba oliendo a cloroformo. La faena
del cuarto, fue para enmarcarla y debería ser un verdadero ejemplo para los que
quieren ser toreros y confían en sus posibilidades. Se palpó el peligro
constante, pero se masticó la seguridad del trasteo. El mago Ferrera, fue dominador
absoluto de su enemigo y de haber estoqueado bien, hubiera cortado una de las
grandes orejas de peso de San Isidro.