La Real Maestranza sevillana acogía, este 20 de octubre, el Homenaje a Curro Romero a beneficio de la acción social de la Hdad. de Los Gitanos y Nuevo Futuro, un festival en el que se lidiaban reses de Núñez del Cuvillo, Fuente Ymbro, Zacarías Moreno, El Parralejo, El Vellosino y Jandilla para Diego Urdiales, Manuel Jesús ‘El Cid’, Daniel Luque, Oliva Soto, Pablo Aguado y Javier Zulueta.
Urdiales se duerme al natural en una faena de gran cadencia al primero
’Portugués’ llevaba por nombre el primero de la tarde, un jabonero de Núñez del Cuvillo al que saludó de forma templada a la verónica Diego Urdiales. Lanceó con las palmas de las manos a un ejemplar con cierta nobleza, pero al que le faltó humillación y recorrido en el recibo capotero. Poco a poco fue agarrando celo y ritmo en el capote pese a mansear claramente en su paso por el caballo. Brindó Diego a un Curro Romero sentado en la primera fila del 2, la cerrada ovación al camero fue el preludio de un torero inicio de Urdiales sacándose al animal al tercio. Corrió la mano para cincelar una serie al natural de gran cadencia ante un ejemplar al que había que llevar siempre empapado en la muleta. Pese a no tener excesivo eco en los tendidos, la segunda serie tuvo cadencia, gusto y empaque. A derechas el toro tendió a quedarse cortito y embestir por dentro. Volvería a la zurda para dibujar otra serie de su personal concepto, siempre toreando con la panza de la muleta para llevarse al toro detrás de la cadera. Toreo de muñeca y cintura, ese que siempre profesó un Curro Romero del que siempre bebió Diego Urdiales. Faena para aficionados, una labor paciente y armoniosa ante un animal tardo y con buen embroque, pero al que le faltó un punto de entrega. Su toreo al natural, siempre asentado en los riñoñes, regaló a la maestranza un ramillete de muletazos de esos que se saborean. Tras una estocada delanterita saludaría desde el tercio tras tardar en caer basto ejemplar de Cuvillo, propiedad este de Carlos Zúñiga.
El Cid pasea dos orejas del interesante segundo de Fuente Ymbro
’Señorío’ fue el segundo de la tarde, un utrero de Fuente Ymbro bajito y fino de cabos que embistió muy por dentro en el saludo a la verónica de Manuel Jesús ‘El Cid’. Pese a ser pronto en el cite, este fue un animal que embistió con todo y sin querer entregarse por abajo durante su lidia. Al igual que Urdiales, Manuel también brindó a Curro Romero una labor donde buscó pulir los defectos del animal a base de buena colocación y temple. Poco a poco fue ganando ritmo un utrero de embestida a media altura, ejemplar al que no se le podía apretar al dolerse en el sometimiento. Acompañó por fuerita la embestida del astado el torero de Salteras, dejando este derechazos en redondo que llegaron a los tendidos. A zurdas se empleó algo más el utrero, queriendo tomarla siempre con clase. A más fue el de Fuente Ymbro, aprovechando Manuel su templada y bondadosa embestida para volver a sentirse en dos series de buen metraje. No se cansó de embestir el astado de Ricardo Gallardo en una labor que no fue rotunda, faltándole a esta un punto de mayor rotundidad. Pese a ello, y tras dejar una estocada en buen sitio su labor sería premiada con dos generosas orejas por parte de Gabriel Fernández Rey. Ovacionado se fue ‘Señorío’ tras sacar ese fondo de bravura que tiene una vacada tan contrastada como esta.
Luque exprime las virtudes del tercero en una faena de gran capacidad y lo desoreja
’Ginebrita’ de Zacarías Moreno fue el toro que hizo tercero, un astado bajo y con cuello que no descolgó en el saludo capotero de Daniel Luque. Le dio sus tiempos el de Gerena durante la lidia antes de llevarlo al caballo, siempre buscando abrirle los caminos a media altura para hacer que el animal ganara en confianza. Bien estuvo Jabato hijo en un tercio de varas donde el astado madrileño realizó una pelea de menos a más, empujando con los dos pitones en el segundo puyazo. Tras el protocolario brindis al Faraón de Camas, Daniel inició su labor por alto. Consciente del buen ritmo a zurdas del cuatreño, Luque se echó la mano a la izquierda para dibujar tres naturales de fino trazo ante un ejemplar que se redujo en la embestida pese a no tener excesiva fortaleza. El de Gerena sabía que debía jugar con las alturas y las distancias, y así lo hizo. Nuevamente con la zocata volvió a dejar volar su muleta para traerse al de Zacarías tras los vuelos de la pañosa. A derechas le faltó continuidad al astado, pese a ello Daniel dejaría derechazos de su personal corte. Le buscó las vueltas a un toro con nobleza y buen estilo, pero al que le faltó mayor poder. Se metió en sus terrenos en un final de obra apabullante debido a su dominio. El de Gerena ve toro en todos lados, algo que quedó demostrado ante un ejemplar que en la distancia corta tuvo una embestida más seca. Tras pasaportarlo le fueron concedidas las dos orejas de un cuatreño ovacionado en el arrastre.
Oliva Soto le pasea el doble premio a un gran cuarto toro del El Parralejo
Poco le faltaba a ‘Ultrajado’ para cumplir los cinco años, un astado de El Parralejo bajo, armónico y rematado al que Oliva Soto saludó por verónicas. Galleó por chicuelinas el camero para llevarlo al jaco, no empleándose en demasía un ejemplar que hizo sonar el estribo pese a dejarse pegar. De torero a torero, ese fue el bonito brindis de Oliva Soto a Curro Romero. El de Camas tuvo delante a un gran ejemplar del hierro onubense, un toro que se fue tras los vuelos de la muleta con prontitud y ritmo. Oliva le dio distancias y dejó que este se arrancara al galope para dejar dos primeras donde se le vio suelto y despejado de mente. En redondo llevó largo a un astado que se reducía cuando lo apretabas por abajo. Al natural acompañó más que sometió su embestida, algo que hizo que su labor no llegara con tanta fuerza a los tendidos. Se le vio dispuesto, siempre queriendo, pero bien es cierto que a su labor le faltó mayor rotundidad ante un ejemplar de tanta importancia. Se gustó en los de pecho, las trincheras tuvieron sabor, todo lo hizo en torero, pero no siempre remató por debajo de la pala del pitón las francas y profundas embestidas de un toro con grandes virtudes. Volvió a tomar vuelo su actuación con un final muy torero que remataría con una estocada algo tendida pero de rápido efecto. La plaza pidió con insistencia el doble trofeo para un torero que necesitaba como el comer un triunfo así en su plaza. Fernández Rey se sumó a la fiesta y premio con dos benévolas orejas la personal labor de un diestro que fue todo corazón y entrega en una tarde muy emotiva para él. Ovacionado se fue un ‘Ultrajado’ que volvió a reeditar triunfos pasados de esta joven vacada en el coso hispalense.
Aguado despide su temporada paseando la oreja del quinto
Aprovechó Aguado la nobleza del quinto para cincelar un recibo capotero de gran cadencia y torería. ’Jaranero’ la tomó con ritmo y el sevillano dejó volar su capote en lances a media altura con el percal cogido muy en corto. Por delantales fue su posterior quite en el centro del ruedo, ese donde volvió a torear sobre la cintura dejando pasar al animal en torno a ella. Todo lo hizo con cadencia y armonía, virtudes que repetiría en un nuevo quite; este por chicuelinas, con el animal ya cada vez más parado y desentendido. Breve fue el brindis a Romero, torero al que le une una gran amistad. Aguado siempre fue consciente de la bondad del astado, pero también de su fragilidad, de ahí que todo lo hiciera a media altura. Le puso expresión a cada muletazo, todo lo quiso hacer despacio, como la trinchera de remate, esa que dibujó en un final de serie que duró una eternidad. Tuvo ritmo y buen embroque el astado salmantino, virtudes que el hispalense supo aprovechar en muletazos con sello de autor. Si bien es cierto que algunos fueron medios pases, estos fueron dibujados con esa personalidad que tiene este espada. Labor de pasajes sueltos, de pinceladas de un toreo con personalidad propia. Con el astado muy a menos buscó ponerle broche a su obra con una serie a pies juntos por naturales, pero el animal ya salía desentendido de la suerte. Tras enterrar el acero le sería conceda una cariñosa oreja tras la petición de una afición que valoró todo lo bueno que hizo el diestro sevillano en su cierre de temporada.
Zulueta pincha su templada labor ante el buen sexto de Jandilla
Cerró plaza ‘Profesor’ un utrero de Jandilla que acusó las tres volteretas sufridas en los primeros tercios. Pese a las protestas del respetable el animal se mantuvo en el ruedo tras no volver a perder este las manos. Brindó Zulueta a Romero una faena basada en la media altura. El sevillano quiso hacerlo todo con temple a un ejemplar pronto y fijo. Buena fue la tercera serie a derechas, esa donde dejó un cambio de mano de gran cadencia y gusto. Este fue otro novillo de gran condición, un utrero que se ralentizó cuando el novillero le cogió el ritmo. Eso se pudo ver en una tanda a zurdas donde acertó a llevarlo enganchado, ahí brotaron los pasajes más importantes de una labor que finalizaría con una serie a pies juntos también al .natural. Fueron de uno en uno, pero estos calaron rápidamente en unos tendidos que no perdieron ojo de un novillero que esta temporada ha sumado un número importante de festejos. Pero al contrario que sus compañeros, a Zulueta le falló la espada, perdiendo este un triunfo mayor a la ovación con la que Sevilla premió su labor.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Festival con picadores a beneficio de la acción social de la Hdad. de Los Gitanos y Nuevo Futuro. Casi lleno.
Novillos-toros de Núñez del Cuvillo, Fuente Ymbro, Zacarías Moreno, El Parralejo, El Vellosino y Jandilla. Con buen embroque el noble pero mansito primero de Cuvillo; a más un interesante segundo de Fuente Ymbro que sacó fondo en las telas; de buena condición un tercero de Zacarías Moreno que acusó su falta de poder; de gran profundidad y entrega el enclasado y a más cuarto; con nobleza y buen ritmo un quinto de escaso poder; con fondo un sexto que se entregó al sometimiento.
Diego Urdiales, ovación.
Manuel Jesús ‘El Cid’, dos orejas.
Daniel Luque, dos orejas.
Oliva Soto, dos orejas.
Pablo Aguado, oreja.
El novillero Javier Zulueta, ovación.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA