El festival en ayuda de los damnificados por la terrible DANA que arrasó Valencia hace un mes era realidad en Vistalegre con un lleno de ‘No hay billetes’ de unas gentes del toro que no quisieron dejar de colaborar con con la causa. Enrique Ponce, Sebastián Castella, José María Manzanares, Talavante, Fernando Adriñán, Roca Rey y la novillera sin picadores Olga Casado se acartelaban en el festejo que quería ver todo el mundo en el día de hoy.
Antes de iniciarse el paseíllo se vivió uno de los momentos más emotivos, al interpretar Francisco el himno de la Comunidad Valenciana junto a una banda de música que tenía como trompeta solita al maestro Vicente Ruiz ‘El Soro’, también valenciano y partícipe de este homenaje. Un minuto de silencio solemne fue el que precedió al inicio de un festejo que se inició a los acordes del Himno Nacional Español.
El utrero de Garcigrande que abrió plaza embistió con tanto temple con fuerza justa en el capote terso y bien manejado de Enrique Ponce, que lo saludo con cuatro verónicas y media para no quebrantarlo. Fue una faena compacta, bien construida por el valenciano, que supo aguantar en pie a un novillo con tanta clase como flojedad de fondo. Estético, vertical y correcto, cumplió hasta el pinchazo previo a una estocada que le facilitó una vuelta al ruedo.
También tenía clase el segundo, también con el hierro de Garcigrande, y se deslizó con largura en el capote de Castella, más en el quite de cordobinas y larga que en el saludo por verónicas, todo muy bien ejecutado y con la mano por abajo. Al cielo fue el brindis del francés, que firmó un brillantísimo inicio por abajo y ganando el paso con elegancia a un toro que se la quería comer, con empuje y con mucho ritmo. Engolosinado de temple, el francés lo apretó pronto y el novillo lo acusó tanto que tendió a rajarse en adelante. Logró pasajes de belleza formal en su toreo, pero siempre tratando de que no se fuera el toro tras las tablas que miraba. Una oreja fue el botín, en un festival ávido de presenciar triunfos.
La elegancia de Manzanares salió a relucir en las verónicas del saludo a un colorao de Jandilla que casi no tenía manos, pero sí voluntad para tomar la tela ligerito y con ritmo. Pero fue tornándose en exigente a medida que avanzaba la lidia, obligando a Josemari a ponerse serio con él, después de una gran serie diestra que sintió el animal y tras la que no volvió a ser el mismo. Siempre compuesto y sin apuros, no pudo Manzanares culmunar la actuación, al hacerle guardia el estoque en el primer encuentro.Ovación.
El cuarto, de El Freixo, ya tenía los cuatro años cumplidos, y se encontró con un Talavante que tiró de espontaneidad para saludarlo y rematar con una media afarolada. También quitó con saltilleras y gaoneras que tuvieron su rúbrica con una larga. Brindó al público asistente, por la colaboración prestada a la causa. Tuvo personalidad el inicio, empeñado en pasárselo cerca y en corto, pero le faltaba al toro de Juli un poco más de empuje para lucir más. Fue Talavante el que puso la intensidad al dejar que volase la mano zurda para conducir la embestida, con más exigencia de la que parecía que podía asumir el animal, pero la justa para que no claudicase. La estocada fue extraordinaria, entrando muy despacio para dejar el acero arriba. Dos orejas para el extremeño y vuelta al ruedo para el animal.
El quinto de Domingo Hernández ya tenía cumplidos los cinco años, pero se abrió mucho en un saludo delicioso de Fernando Adrián a la verónica, que culminó con una media verónica deletreada, muy ovacionada en los tendidos. Fue magnífico el inicio de Fernando con la muleta, de rodillas en los medios y arrastrando la muleta despacito para meter los riñones y que el animal hiciese lo propio detrás de la muleta. Formidable el torero y magnífico el animal, codicioso y con la clase a la altura del toreo de mano diestra del madrileño, que hasta le dejó un pase de pecho de 360 grados, con cambio de mano y sin mover los pies del suelo. El tendido en pie, rendido a la profundidad de Fernando, cuya intensidad terminó haciendo que se rajase el tremendo toro de Domingo. Pero aún embistió con la misma codicia en un hermoso final de doblones hacia adentro tras el que firmó un formidable volapié que le puso en la mano las dos orejas.
El saludo de Roca Rey al sexto, de Núñez del Cuvillo, tuvo más altibajos, pero también una quietud acusada y un remate de media maciza. Más irregular fue el quite, con toda la voluntad y el valor en las gaoneras, pero más tropezado con la irregular embestida del Cuvillo. El brindis buscó la arena en señal de respeto, y el inicio se ciño mucho al cuerpo las pasadas de un animal que humillaba con claridad. Con la mano diestra anduvo seguro y suave en los muletazos, sin demasiada apretura hasta que se lo llevó a los medios para comenzar a exigir, sin que el animal lo aceptase con boyantía. Terminó parado, momento en que comenzó Andrés a meterse en su terreno y alardear de valor en la distancia corta. Pinchó de mala manera en el primer intento, pero lo corrigió de un certero espadazo a la segunda que sirvió para saludar una ovación.
A Olga Casado, que se enfrentaba a su primer novillo con picadores en público, la obligó el tendido a saludar antes de comenzar su actuación. Pero cuando salió el de Garcigrande, abriñéndose mucho en el capote, le sopló verónicas perfectamente compuestas y con mucha sensibilidad, conquistando al tendido. La lástima fue en el quite, cuando intentó el quite de oro y se le fue el novillo debajo, desluciendo un poco lo que iba para deslumbar a la plaza. Brindó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y comenzó con un inicio de cambiados sin mover los pies que pasmó a la concurrencia por quietud y seguridad. Pero fue después, con la ligazón de las series con la mano derecha, vertical y entregada, conduciendo con profundidad la gran embestida del animal para conquistar el tendido repleto. Todo limpio, todo inmaculado, pero con un lío muy gordo formado al animal. Epilogó con la personalidad suficiente para pegarle poncinas delante de Enrique Ponce al animal, y manoletinas antes de pegarle una estocada contundente y pasear las dos orejas.
FICHA DEL FESTEJO
Palacio de Vistalegre, Madrid. Festival con picadores a beneficio de los damnificados por la DANA de Valencia. Lleno de ‘No hay billetes’.
Astados -por este orden- de Garcigrande (de buena clase y fuelle escaso); Garcigrande (enclasado y con temple el rajado segundo); Jandilla (exigentón y temperamental el colorao tercero); El Freixo (bravo y a más, de vuelta al ruedo); Domingo Hernández (de extraordinaria clase y codicia, que terminó rajado); Núñez del Cuvillo (noblón y sosote) y Garcigrande (extraordinario el enclasado animal).
Enrique Ponce: vuelta al ruedo tras aviso.
Sebastián Castella: oreja.
Manzanares: ovación.
Talavante: dos orejas.
Fernando Adrián: dos orejas.
Roca Rey: ovación tras aviso.
La novillera sin picadores Olga Casado: dos orejas y rabo tras aviso.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO