Una corrida de Santiago Domecq se lidiaba en La Real Maestranza de Caballería de Sevilla para una terna compuesta por el extremeño José Garrido, el toledano Álvaro Lorenzo y el sevillano Alfonso Cadaval. Comenzaba por tanto el ciclo continuado de una Feria que se traslada hasta el lunes 1 de mayo. Un festejo que acabó con el corte de una oreja por parte del toledano a un toro con chispa y emoción pero de desiguales embestidas. Festejo que contó con menos de media plaza en los tendidos en un festejo donde Garrido y Cadaval no consiguieron puntual. Corrida desigual en su presentación y con más movilidad que fondo.
Firmeza de Garrido ante el desrazado primero con el que borda el toreo de capa
Labor de entrega de Garrido ante el salinero primero, un toro que embistió con franqueza en el capote, pero que acabó quedándose cortito en la muleta del extremeño. Dibujo el toreo a la verónica en unos lances primorosos de salida. Mentón en el pecho, zapatillas asentadas y siempre toreando con la mano de fuera. La media fue de cristal. Volvió a desplegar su primoroso toreo de capa en un breve, pero muy torero quite por delantales. Ya con la muleta el toro acusó su justeza de raza. Molestó el viendo, de ahí que no se pudiera sacar al animal más allá del tercio. Porfió un asentado Garrido con un animal que embistió más y mejor por el lado izquierdo, por ahí dejó la serie más maciza de su firme actuación. Acertó en torearlo en la media distancia, por ahí a base de imponerse le consiguió sacar muletazos de gran mérito, si te quedabas cerca de él reponía. Muy meritoria actuación la de un torero que no se dejó nada dentro. Tras una estocada algo traserita y dos golpes de verduguillo saludó desde el tercio.
La sosería y la falta de raza del noble segundo condicionan la labor de Álvaro Lorenzo
El segundo de la tarde fue un animal de grandes hechuras de Santiago Domecq, un toro de gran calidad, pero que acabó acusando su justeza de raza. Ya de salida evidenció que iba a tener mejor condición que su hermano anterior, un astado que embistió al capote de Lorenzo colocando la cara e intentando ir hasta el final, pero su discontinua embestida no dejó que Álvaro soltara muñecas. Peleó con bravura en el jaco en dos puyazos dondeempujó con clase. Dejó Cadaval un quite por verónicas donde lo mejor fue la media final. Apretó en banderillas en un tercio donde se desmonteró Raúl Ruiz tras un par de enorme exposición, el mejor de lo que llevamos de abono. Tuvo prontitud y fijeza en la muleta, pero poco a poco se fue apagando como una velita. Lorenzo buscó torearlo en línea recta para no quebrantarlo en demasía. El animal tenía intención de hacerlo bien, siempre embistiendo con nobleza y clase, pero el motor de la casta condicionó su lidia. Las tandas fueron cortas, no aguantaba la exigencia. Dejó con la miel en los labios a un torero que se ilusionó con la condición de un astado que hizo las cosas muy bien en los primeros tercios. Tuvo una nobilísima condición, pero acabo con una embestida demasiada sosa. Tras la estocada, el toledano aprovechó las leves palmas del personal para salir con rapidez a saludar desde el tercio.
Cadaval escucha palmas ante un tercero ovacionado en el arrastre pero que nunca acabó de entregarse
No hizo cosas buenas el tercero de la tarde, un animal más ahogaito de cuello que sus hermanos que acabó pidiendo papeles en la muleta, un toro muy tecloso que siempre estuvo detrás de la mata al que Cadaval le hizo una faena de gran firmeza. Intentó jugar los brazos de salida Alfonso en un recibo donde se le vio más suelto que de costumbre con el capote. Tras pasar por el caballo ya se evidenció que el animal no iba a querer irse tras los vuelos con transmisión. Brindó a El Litri, un trasteo donde Cadaval nos se dejó ganar la pelea por un toro que siempre embistió sabiendo lo que se dejaba atrás. Comenzó con doblones muy mandones y largos por bajo un trasteo voluntarioso donde Alfonso intentó gobernar las embestidas de un animal con exigencia pero sin entrega en los chismes. Un toro muchas veces ingobernable por el molesto viento y por su falta de entrega. Por el lado derecho dejó muletazos sueltos en los que intentó fijar con el toque a un animal al que había que llevar empapado en muleta. A izquierdas aguantó la embestida del de Santiago Domecq en cuatro naturales rematados con una trinchera y un ayudado por bajo muy torero. El toro, de un comportamiento agresivo careció de entrega pese a tener esa movilidad que tanto llega a los tendidos. Molestó el viento cuando menos debía hacerlo, algo que condicionó una labor que tuvo que realizarse en el tercio, ahí sus embestidas se tornaban complicadas algo que al sevillano le pesó. El toro se aguantó la muerte tras la estocada de Cadaval, de ahí la ovación del respetable a un astado que exigió una barbaridad pero que nunca tuvo la intención de buscar los vuelos por abajo. Cadaval escuchó palmas tras finalizar una labor que nunca acabó de tomar vuelo.
Garrido se impone al geniudo y descastado cuarto en una labor de gran firmeza
La tarde tampoco tomó vuelo en el cuarto capítulo de la tarde, un toro colorao que no humilló en el capote de pacense y que siempre embistió midiendo. Garrido, consciente de ello, siempre le abrió el capote hacia fuera para que el animal no se ciñera en demasía a su cuerpo. Un animal que en caballo no hizo buena pelea, embistiendo a arreones con a los capotes. Muy firme anduvo José en unos primeros muletazos donde nos dejó amedrentar por un astado que embistió sin fijeza. La clave estuvo en dar toques fuertes para fijar la embestida de un toro que nunca fue de verdad. Por el lazo izquierdo dejó una rotunda tanda de naturales en el que lo volvió a llevar tapado al se Santiago Domecq. Tiró la moneda ante un toro que embistió a regañadientes, se puso en el sitio para firmar los mejores pasajes de su faena. Garrido viendo que el animal perdía gas, se metió en sus terrenos para finalizar un trasteo que tuvo su momento de susto cuando fue volteado por el animal, afortunadamente sin consecuencias. Se levantó y se metió entre los pitones de un animal que ya no pasaba. Volvió a demostrar el momento de madurez por el que pasa, dejando una tarde de la que debe de estar orgulloso. Falló a espadas, sonó un aviso, saludando una ovación desde el tercio.
Álvaro Lorenzo le corta la oreja a un ‘Camorrista’ de Santiago Domecq ovacionado en el arrastre
La faena más redonda se vio en el quinto de la tarde, un animal, un pelín altito de Santiago Domecq que rompió en la muleta tras no entregarse en los primeros tercios. Tres puyazos, uno de ellos al relance se llevó un animal que hizo cosas de manso. Fundamental fue la gran lidia de Raúl Ruiz, el cual le abrió los caminos al toro en capotazos donde lo pulseó a la perfección. Un tercio de banderillas donde saludaría Curro Javier tras un último par de gran ejecución. ’Camorrista’ fue de esos toros que cuesta analizar por sus complejidades. Pronto en el cite, fijo en la pañosa, pero con las aristas de un animal marcado por ese punto de mansedumbre que evidenció en los primeros tercios. Se la dejó siempre puesta en la cara Lorenzo, enganchando el muletazo siempre delante y soltándolo atrás. Por el pitón izquierdo llevó largo a un toro con recorrido, sometiendo cada embestida de un animal que tuvo buen embroque, único momento donde la tomaba humillado. Un animal con más movilidad que fondo, el cual mientras fue llevado a su altura embistió con cierta armonía, pero que protestaba y se defendía cuando el toledano le exigía por abajo. Este fue un toro complejo el cual siempre la tomó mejor en los primeros muletazos de la serie, acortando su viaje a partir del tercero y orientándose cuando esta se alargaba. Lorenzo tiró la moneda, se puso en los medios y esperó que pasara el tren para gobernarlo. Tiró de inteligencia y bragueta para domeñar una embestida compleja. En los trastos tuvo virtudes, pese a que tendía a arroyar si no iba muy tapado y gobernado. Desenmuñecó a la perfección Álvaro llevando el muletazo, alternando la línea recta y otros muletazos más semicirculares. El quid de la cuestión residió en lo listo que anduvo en el manejo de las distancias y las alturas, ese en el que la colocación también fue básica para que el animal rompiera. Un final muy torero a dos manos y una estocada casi entera le valieron el corte de la oreja tras una faena que le da ese aire que necesitaba para afrontar sus próximos compromisos.
Cadaval no pasa de correcto ante el deslucido y apagado sexto
El sexto de la tarde fue otro animal que hizo coas buenas en los primeros tercios, un animal que la tomó con nobleza en el saludo capotero de Alfonso Cadaval. Siempre enganchándolo cortito y dándole espacio para que viniera con alegría. El burraco de Santiago Domecq siempre la quiso tomar galopando, humillando más y mejor por el izquierdo, fruto de ello fue la enorme costada que se dio antes del tercio de banderillas. Cadaval buscó aprovechar la inercia de un animal con nobleza, pero medido de fuerzas que hacia los medios topaba, tomándola mejor hacia tablas. Cadaval intentó pulirle los muletazos, por un lado, derecho donde se frenaba y soltaba la cara. No se vio cómodo en ningún momento a un torero que dejó naturales sueltos pero sin continuidad. No entró con convicción a la hora de matar y fue finalmente silenciado ante un toro que siempre vino rebrincado y saliendo con la carita a media altura del muletazo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Sevilla, Real Maestranza de Caballería. Corrida de toros.Tercera de abono. Algo más de un tercio de plaza.
Toros de Santiago Domecq. Desigualmente presentada y con más movilidad que fondo. De más a menos el medido de raza primero; De buena clase y gran nobleza el desrazado y soso segundo; De movilidad díscola y geniuda el exigente pero informal tercero ovacionado en el arrastre; Sin entrega ni raza el desigual cuarto; De emotivas pero desiguales embestidas un quinto ovacionado en el arrastre; Con nobleza bobalicona el deslucido y apagado sexto.
José Garrido (Bisón y oro): Ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso
Álvaro Lorenzo (Gris plomo y oro): Ovación con saludos y oreja
Alfonso Cadaval (Verde esmeralda y oro): Palmas y silencio
INCIDENCIAS: Se desmonteró Raúl Ruiz tras parear al segundo de la tarde
GALERÍA: Eduardo Porcuna
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