SANTIAGO ROMÁN / FOTOGALERÍA: ALFONSO PLANO
Esta tarde se ha lidiado la primera de abono del
ciclo oliventino de 2016 con la también primera de la doble presencia
méxico-peruana en la feria. Han actuado los novilleros Joaquín Galdós, Leo
Valadez y el extremeño David Bolsico, otro fruto de la ya afamada escuela de la
Diputación de Badajoz. Se las han tenido que ver con un encierro de «El
Freixo”.
Los astados de El Juli fueron de más que discutible
presencia, eso sí todos potables para la lidia aunque exentos de emoción y con
variedad de fuerzas.
En gran masa acudió el público a la plaza a pesar
del tiempo, de ser una novillada y de haber sido televisada. Pero es que hoy en
día la feria oliventina tiene un gran tirón y sobre todo si, como este año
sucede, hay presencia de caras nuevas. Público que terminó aguantando la lluvia
y la poca emoción vivida durante la tarde-noche.
El peruano Joaquín Galdos lanceó con gusto a la
verónica al primero de la tarde una vez que fijó la embestida. Recibió una puya
por quien guarda puerta. Lo brindó al empresario, José Cutiño. Con la muleta lo
obligó mucho de inicio. El animal humilló a rabiar durante dos tandas de
derechazos, siendo la tercera la que llegó más al respetable al correr el
novillero más la mano. Soso resultó al natural, continuando con varios
derechazos. Más técnico que estético estuvo Joaquín que pasaportó al burel de
un estoconazo tras escuchar un aviso. Obtuvo saludos tras petición. Con
suavidad capotera recibió al cuarto instrumentándole un quite por chicuelinas.
Una buena serie en redondo en el inicio capoteril. Fue faena intermitente de
más a menos, aunque desarrollando por momentos buenos conceptos. Espada
defectuosa pero eficaz. Cosechó silencio.
El primero
que le tocó al mexicano salió algo brusco de toriles y amagó con saltar al
callejón. Leo Valadez realizó un quite por gaoneras. Puso él mismo banderillas,
estando práctico, seguro y firme. Con la muleta se fue a los medios para
empezar con el pase cambiado por la espalda. Novillero que enseguida se le notó
muy placeado, estuvo más que aseado con su enemigo a pesar de pecar un poco de
falta de más mando a un toro que iba largo en la embestida. Mal a espadas, y
tras un aviso obtuvo silencio. Capote de manos bajas en el saludo del quinto.
Tras un quite por lopecinas de nuevo cogió los rehiletes, de colocación dispar
y pasando apuros en algunos momentos. Brindó al ganadero, El Juli. Desarrolló
un toreo inteligente, entendiendo a la perfección al novillo. Nos ofreció la
mejor izquierda de la tarde. Un poco de confianza pudo costarle un disgusto.
Remató con arriesgadas bernardinas de rodilla. Pinchazo y estocada en el famoso
rincón. Se le concedió la única oreja de la tarde.
Con media docena de gaoneras recibió a su primero el
pacense David Bolsico, las cuales fueron muy jaleadas por el público. Sin picar
prácticamente se quedó al derribar al caballo sin consecuencias. Brindó la
faena a todos los responsables de la escuela de la diputación. Fue el novillo
más exigente del encierro y precisamente le tocó al más verde de la terna.
Muchos pases sin sentimiento alguno. Le faltó gustarse más y sin estar del todo
mal le faltó tranquilidad y alguna cosa más, en otra plaza lo hubiera pasado
peor. Con una serie de verónicas y sin cargar la suerte recibió al último. Con
el capote se fue a los medios para recibirlo con estatuario por alto, no lo
consiguió pues en el primer arranque lo arrolló por entero, gracias a un toque
a destiempo y no rectificar en su momento. A partir de ahí mucho arrojo,
pundonor, valentía, ganas… pero poca torería. Ovación tras petición fue el
premio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Olivenza. Primera de la
Feria del toro. Novillada con picadores.
Seis novillos de El Freixo.
Joaquín
Galdós, ovación y silencio.
Leo
Valadez, silencio tras aviso y oreja.
David
Bolsico, que debutaba con picadores, palmas y silencio.