La corrida de este domingo tuvo fundamento en el poso y torería de principio a fin de un torero que está en un gran momento, que ratificó que lo del año pasado no fue pasajero, que lo de la temporada en España no es espejismo alguno. Ha cuajado a placer ambos astados que cupo en suerte por la mañana, a tal punto de salir de la plaza en loor de multitudes, extasiado el público y aficionados de la actuación más rotunda de la feria, vamos, que la tienen difícil más no imposible lo que la tarde final de este lunes vaya hacer delante de los pitones.
La foto muestra la salida en compañía de El Fandi, a quien el presidente del festejo, no sé en qué estado onírico se encontraba, concedió par de orejas (una en cada toro) ante unas faenas de una valoración totalmente distinta. Más dado a la galería, sin lidia ordenada, y en especial irregular desempeño con la espada, le han “regalado” dichos apéndices auriculares, que por vergüenza propia y a esta plaza no debió ni siquiera pasear. Es que es el colmo de un palco presidencial, el cual dejo más que en evidencia, no sabe diferenciar y valorar el conjunto de una labor cuyo complemento básico es la suerte suprema. Una aberración y cáncer que padece lamentablemente la Plaza de Toros de Mérida de un buen tiempo a la fecha, que le quita respeto y seriedad a lo que se realiza en su ruedo.
Ha sido lo de Francisco de Manuel todo un compendio de toreo bueno, de aroma caro, de seguridad y en sazón, como lo dejo evidente ante el burraco primero de su lote, animal de una nobleza y recorrido sedoso desde que el certero puyazo recetado le dejaría preparado para una labor preñada de inspiración, limpieza y parsimonia, en tandas por la diestra y zocata de un mando y temple para enmarcar. Merito entender a la perfección a un animal, al que se le supo dosificar, llevar a la distancia y altura para hacerle ver toda el manantial de bravura para una gran obra, que requirió de estocada entera, ligeramente tendida, para el corte unánime de las dos orejas, y la vuelta al ruedo al toro cuando ya casi entraba al destazadero, en el caso que igualmente era un premio a reconocer de “anteojitos”.
Pero la gran obra vino con el que cerró plaza, un hermoso y guapo ejemplar al que templaría en manojo de delantales, que remataria en los medios con acaderada media revolera. Lo cuidada y ordenada de la lidia dio pie a que en la muleta, la faena por alto iniciara en el tercio, para en los medios ambos, toro y torero hacer y dejar en la retina una actuación modélica, llevando y mandando por la derecha y zurda los inspirados muletazos, esos mismos que contaron con la entregada embestidas de un toro que fue a más en su larga y profunda lidia que ofrecería el espigado torero madrileño. La petición de indulto era unánime cuando llevábamos poco más de siete a ocho tandas, lo que hizo que Usía, en la persona de Frank Castillo Salazar, hasta los pañuelos se le cayeran de la pajarera presidencial ante la lección de toreo ofrecido, vaya saber por qué…
Lo de El Fandi viene a ser la antítesis de lo que aquí hemos comentado del diestro mencionado anteriormente. Bien es cierto que no fueron toros de tales condiciones válidas para el toreo modélico de Manuel, pero más vulgar y trapacero no se podía estar, aparte de ello, realizando la suerte suprema de una manera tal que hasta de espadazo atravesado que hizo guardia en el costillar izquierdo en su primero se le premiara con una oreja, tan impropia y risible que sonrojó de pena a más de uno cuando la paseaba en la vuelta al ruedo; o en su segundo, tras pinchazo y estocada tendida y trasera, nuevamente se le concediera otro apéndice, que rayaba casi en lo inexplicable, luego de una faena de adornos y desplantes más a la galería. Sin duda alguna una falta de respeto de las propias autoridades de plaza a lo que es este coso así como de los aficionados serios que vienen a disfrutar del toreo, y no la conversión a pachanga lo que se haga en el ruedo, como ocurrió en ambas labores.
Y sí de mala suerte hablamos, lo del lote de Alexander Guillén es casi rayar en lo inexplicable, ante el mal fario de este torero con los toros que le corresponden en esta plaza, pero es que así mismo, se vio falto de ideas y poco resolutivo a las malas ideas y bruscas arrancadas de su primero, que ya había envía a la enfermería al banderillero Diego Guillen y el picador Luis Quintana. El trance le dejó en evidencia, en su intento por justificarse, el poco rodaje, lo que fue evidente que no trascendiera al tendido el esfuerzo que venía haciendo, agradeciéndosele en parte el haberlo pasaportado de bajonazo para ser silenciado tras aviso.
Con su segundo, se acrecentaría más aun su anodino y bucólico estado de ánimo del torero del Barrio Andrés Eloy, ante un toro corto de viaje y áspero por ambos pitones, lo que aunado a las serias hechuras del animal hiciera que su trasteo fuera un plano tramite que incluso se le aguantara el tercer aviso tras irse con cautela con el acero, previo espadazo envainado, para no dilatar más de lo debido un bucólico momento de quien la paso mal y se dejó ver, intentando resolver lo imposible. Silencio tras dos avisos sería el dictamen de quienes fuimos testigos de una de las actuaciones más lúgubres del mencionada espada merideño en este ruedo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental de “Román Eduardo Sandia”.
Domingo 19 de febrero de 2023
III corrida de la Feria del Sol.
Con poco menos de media plaza (aproximadamente 7500 personas), en tarde soleada, calurosa y por momentos ventosa, se han lidiado toros de CAMPOLARGO (Carmen Rosa Campolargo), el 2º con el hierro de RANCHO ALEGRE, correctos de presentación, con cuajo y edad, variopintos, nobles pero a menos, incluso desarrollando genio el más complicado 2º, a excepción del gran 6º, bravo y a más, indultado, de nombre «Caramelo» N° 331 de 534 kilos, castaño oscuro, capirote, y el 3º, «Buenmozo» N° 287 de 447 kilos, premiado con la vuelta al ruedo.
Pesos: 463, 450, 447, 435, 526 y 534 kilos.
EL FANDI (Nazareno y oro con cabos blancos) Oreja en ambos.
ALEXANDER GUILLÉN (Rosa y azabache) Silencio tras aviso y silencio tras dos avisos.
FRANCISCO DE MANUEL (Pizarro y azabache) Dos orejas y dos orejas simbólicas tras indulto.
INCIDENCIAS: Bien en la brega Gerson Guerrero, en las banderillas Francisco “Chico Paredes”, Ramón Contreras y Salvador Moreno, y en la vara Guillermo Guimerá, Carlos Álzate y Miguel Camacho. *** En la lidia del 2º toro fue empitonado el banderillero Diego Guillén, quien en la enfermería fue valorado de herida por asta de toro en cara interna del muslo derecho, (Triángulo de Scarpa), sin lesiones vasculares destacadas, siendo trasladado a centro de referencia para complementar exploración y reparaciones de planos cutáneos. Así mismo en la lidia del mismo astado recibiría tumbo el piquero Luis Quintana, con traumatismo simple no complicado en brazo izquierdo y pierna derecho, pendiente de valoración radiográfica, a cargo del Dr. Luis Alfonso Molina, Cirujano Jefe de la Enfermería de la Plaza de Toros de Mérida.