«El tercero necesitaba su
tiempo por eso le ha dado sus momentos. El toro no pedía atosigamientos para
aquello estuviera más lleno. Posiblemente de haber hecho lo contrario el toro
se hubiese puesto imposible. He intentado sobre todo mirar por él y por eso le
he dado. Creo que para mi nivel, las ganas y la ilusión no me las quita nadie”.
«El toro protestaba y no
terminaba de pasar. Una pena porque tenía media Puerta Grande abierta y quería
redondear la tarde con un triunfo grande. El toro se ha puesto muy a la defensiva
y sólo he podido demostrar las inmensas ganas con la que he afrontado la tarde.
Desde luego todo el mundo ha comprobado que las ganas nunca las dejo en casa,
después los toros embestirán más o menos. Al menos, me he podido sacar la
espinita que tenía de la tarde de la confirmación”.