Enrique Ponce se despedía de Francia este sábado con el toro «Cuarteto», de Garcigrande, en la Goyesca de Arles, que compartía mano a mano con Sebastián Castella. El festejo comenzaba condicionado por un tremendo vendaval que obligó a no poder colocar la tradicional decoración goyesca sobre la arena del coso, ya que había rachas de hasta 70 kilómetros por hora de viento; no obstante, los burladeros sí que estaban colocados.
El primero echa la persiana tras la primera tanda y el viento también condiciona la obra de Ponce
El primer toro, de Garcigrnade para Enrique Ponce, número 126 de diciembre de 2019, fue un negro de 518 kilos, toro hondo y cuajado, en el tipo de la casa. No se entregó en el capote del valenciano, siendo abanto. Recibió dos varas sin entregarse, metiéndose por dentro el animal y cortando a los toreros de plata en banderillas. Inició faena por abajo el toro, que se dejó en la primera serie por la derecha, pero fue imposible plantearle faena con el viento. Le faltó humillación y más recorrido al astado, parándose en la primera serie. Falló con el acero, dejando tres pinchazos, y se echó el animal, descabellándolo finalmente sin el acero. Silencio.
Castella se impone a la transmisión del segundo y al vendaval para cortar la primera oreja de la tarde
El segundo toro, «Veraneante» de nombre, número 85, negro de capa, de enero de 2020, fue un astado más fino de cabos y con hechuras más armónicas. Buenas verónicas y media de Castella para recibirlo, empujando correctamente el toro en los puyazos, dejándolo entero Sebastián. Inició faena por doblones rodilla en tierra, y por la diestra lo entendió en seguida el francés. Fue un toro con prontitud y transmisión, al que le dejó cuatro series iniciales importantes, con ritmo y mano baja. Empujó menos el toro por el pitón izquierdo, teniendo más complicaciones la lidia en la segunda parte de la faena por el aire. Dejó medio espadazo en buen sitio y cortó una oreja.
Oreja para Ponce, que deja verónicas y derechazos a ralentí y un final por poncinas al noble tercero
El tercer toro, de 515 kilos, de febrero de 2020, negro de capa, fue un toro muy bien hecho, que midió los engaños de salida y no pudo lucirse Ponce. Empujó con la cara a media altura el animal de forma correcta, castigándolo en las dos varas el piquero. Dos verónicas y una media a cámara lenta dejó Enrique en el quite, con calado arriba. Lo brindó a Sebastián Castella. Fue un toro muy noble en la muleta, que embestía al paso, y hubo derechazos de auténtico cartel de toros; dejó tandas despaciosas, rematados con pases de pecho de categoría. Con la muleta siempre puesta en la cara, aprovechó Enrique la clase del animal, rematando obra por poncinas. Pinchazo y espadazo casi entero pero un punto trasero y caído. Oreja.
Castella pincha una faena de mérito al complejo cuarto, de codicia inicial y luego venido abajo
El cuarto toro, para Castella, «Olivo» de nombre, número 18, de marzo de 2020, de 542 kilos, hondo y cuesta arriba, con poco cuello y negro de capa. Lo saludó con delantales y luego varias verónicas. Empujó más con violencia que con bravura en las dos varas. Quitó el de Béziers por chicuelinas ajustadas y acortó terreno el animal en banderillas, poniendo arriesgados pares José Chacón y Luis Blázquez, este último cogido sin consecuencias aparentes contra el burladero. Inició la faena con tres muletazos por alto, sin mover un ápice; fue un gran animal de inicio, con largo viaje, humillación y codicia por la derecha, pero luego se paró por el pitón izquierdo. Se defendió el astado en la segunda parte de la faena, y lo atacó mucho Castella por el lado derecho. Remató en la corta distancia con un animal muy parado, dejando un pinchazo y un espadazo trasero. Silencio.
Ponce, oreja tras dos avisos y emotivas dos vueltas al ruedo en su último toro en Francia
El quinto toro, «Cuarteto» de nombre, para Enrique Ponce, fue un animal de octubre de 2019 de 525 kilos y negro de capa. Fue a su aire de salida, un toro negro con menor cara que sus hermanos; tampoco pasó nada en los puyazos. Inició la faena con doblones y trincherazos con sabor. Se dejó el toro, que fue noble, pero le faltó clase y rebozarse en la embestida. Lo cuidó mucho Ponce, pero duró poco el animal; dejó detalles de mucho sabor por las dos manos, pero no pudo cuajar al animal por su condición. Poncinas ante el animal, ya rajado. Espadazo trasero y cariñosa oreja con dos vueltas al ruedo como premio a su impecable trayectoria en Francia.
Castella cuaja al sexto y lo desoreja
El sexto, «Rimbombante», de octubre de 2019 y de 532 kilos, fue un toro negro listón bragado. Distraído y sin humillación de salida, no pudo lucirse Castella; sí conectó en las chicuelinas finales del saludo, antes de dejarlo crudo en varas. Comenzó faena con dos péndulos por la espalda y un tercero con la mano izquierda. Toro con fijeza y movilidad, al que Castella lo cuajó en cuatro series profundas sobre la diestra. Lo cuajó a lo grande Sebastián, siendo importante el de Garcigrande. Dejó circulares invertidos de mucho calado y valor en el final de obra, con los pitones tocando la taleguilla, antes de cuatro bernadinas de mucha quietud. Espadazo y dos orejas tras aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Arles. Primera corrida de la Feria del Arroz. Festejo goyesco. Lleno.
Toros de Garcigrande.
Enrique Ponce, silencio, oreja y oreja con dos vueltas al ruedo.
Sebastián Castella, oreja, silencio y dos orejas.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ