JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
Juan Bautista y Paco Ureña se enfrentaban mano a mano esta tarde en la primera plaza del mundo dentro de la última de la Feria de Otoño madrileña. En el cartel, y tras la baja de Ferrera, se lidiaban toros de Adolfo Martín.
Fuertemente ovacionado fue el “Madroño” primero, un animal cárdeno al que Juan Bautista saludó por verónicas. Máxima dulzura imprimió Paco Ureña en su quite por delantales. Despaciosa fue la primera tanda por el pitón derecho, con muchísima quietud por parte del torero de Arles y llegando con fuerza a Madrid. La misma mano fue la de la siguiente serie, calando en el tendido. La cabeza del francés le llevó a pegarle naturales con la mano diestra al animal dada su complicada condición a zurdas. Perfecta fue la ejecución a la hora de la suerte suprema, requiriendo ésta de golpe de verduguillo pero tardó en echarse el cárdeno, lo que enfadó al respetable. Cabeza y corazón en los naturales con la derecha de Bautista al primero, pero sin espada. Silencio.
Aunque pronto y con fijeza, blandeaba mucho de salida el segundo de la tarde, un animal al que toreramente le anduvo hacia atrás Paco Ureña recibiendo bien el tendido su buena proposición capotera. Extraordinaria fue la colocación de la doble puya de Pedro Iturralde, aunque medida por la floja condición del cárdeno. A Antonio Velázquez, actor, fue el brindis del murciano para proponerle el toreo a diestras a media altura por la floja condición del de Martín. De toque preciso fue el trasteo, en el que Ureña intentó exprimir la condición de su enemigo a base de proposición a pies juntos y embroque encajado, metiendo riñones y cruzándose para que fuese del agrado del tendido. De nuevo la expresión cargando la suerte fue clave para la conexión que logró con la afición capitalina. Hubo un momento de apuro cuando el toro hizo por él sin consecuencias aparentes, dejando espada en mano una estocada baja. Ovación con protestas.
Ovacionado de salida resultó el “Malagueño” tercero, otro toro cárdeno claro con las puntas bien en alto segundo del lote de Juan Bautista. El torero de Arles lo saludó por verónicas. Torero fue el inicio de faena del francés, en el que imprimió máxima personalidad en muletazos al paso que llegaron arriba. La sosería del toro impidió el lucimiento final del torero, pues su sosería exigió un toreo a media altura de Bautista que no tuvo emoción para calar en Madrid. Naturalidad y gran toreo del galo para lo que tuvo delante. De nuevo el descabello emborronó el buen gusto de Bautista frente al mediocre animal. Silencio.
“Aviador” llevaba por nombre el cuarto, nº 55, negro entrepelado, 515kg, de la ganadería de Adolfo Martín y segundo del lote de Ureña. El torero murciano lo saludó por verónicas. Le costaba pasar al animal, de viaje corto y al que Ureña intentó sobreponerse desde el inicio muleteril. Lo intentó sin lucimiento por la peligrosa condición del astado. Silencio.
No tuvo lucimiento el cuarto de Adolfo Martín, un animal con el que Bautista anduvo fácil pero no logró fructificar el trasteo ante la sosería evidente del astado. Deslucido astado de Adolfo al que no acertó con el acero Bautista. Leves pitos.
No tuvo opciones de lucimiento Paco Ureña con el sexto del encierro, un animal deslucido que no le prestó ningún tipo de opción desde el inicio muleteril. Astado imposible al que le planteó el toreo cruzándose el murciano sin llegar arriba por la distracción del astado y su cortísimo viaje, lo que hacía imposible la ligazón en las series. A pesar de ello, le sopló algunos naturales jugándosela en el epílogo e incluso haciendo por él el cárdeno. Ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Última de la feria de Otoño. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.
Toros de Adolfo Martín.
Juan Bautista, silencio, silencio y leves pitos.
Paco Ureña, ovación, silencio y ovación.