PABLO LÓPEZ RIOBOO
Este 15 de agosto tenía lugar en La Malagueta una corrida plena de toreros jóvenes integrada por Paco Ureña, Javier Jiménez y José Garrido. Los toros de Fuente Ymbro con seria presencia hacían acto de presencia en el serial andaluz.
El momento por el que pasa el toreo necesita de nuevos baluartes para su continuidad. La afición pide a gritos una regeneración que más pronto que tarde acabará por producirse. Hoy hacían el paseíllo en La Malagueta tres inconformistas, tres toreros en tres situaciones bien diferentes en el escalafón. Ureña sigue tarde tras tarde dando los pasos necesarios para llegar a copar el lugar que se merece en el escalafón. Hoy volvió a dar un golpe sobre la mesa gracias a dos faenas puras y de mucha verdad, en la que primó el temple. Ese temple que a base de mucho sacrificio y trabajo está consiguiendo darle a su toreo Javier Jiménez, el cual hoy en Málaga dejó una tarde seria, de mucho poso y peso. Un torero que no se conforma con ir en ese vagón de las eternas esperanzas, sino que quiere subirse al de las grandes ferias, esas que este año está pisando por primera vez y que gracias a tardes como las de hoy deben repetirse el próximo año. Eso sí, las oportunidades pasan y la espada no está aún afilada. Otro inconformista se acartelaba hoy en Málaga, un torero que enarbola la bandera de la independencia, un torero al que no le han regalado nada. Hoy se topó Garrido con un lote de Fuente Ymbro de nulas opciones, debido a ello no pudo soltar sus muñecas y reivindicarse como otro torero de presente y mucho futuro. Otro inconformista del sistema que lucha por ganarse un porvenir, ese que llegará por lo civil o por lo criminal.
'Bullicioso' llevaba por nombre el primero de la tarde, un toro que mostró nobleza pero cierta sosería en el templado recibo a la verónica de Ureña, la media de cierre tuvo gran sabor. Quitó suavemente Jiménez por delantales ante un toro que embestía en línea recta por el izquierdo, pero que sin embargo por el derecho iba hasta el final. Medida y suave fue su aparición. Inició toreramente Ureña por alto pegado a tablas, los derechazos sacándose al toro al tercio tuvieron la premisa del regusto. Luego vinieron series a diestras largas, profundas, de una gran dimensión. Se encajó en muletazos largos, llevando embebida en la muleta la embestida templada del animal. Pese a no humillar demasiado -era imposible por su vasta constitución- si tuvo nobleza en los trastos un Fuente Ymbro que tuvo mejor inicio que final del muletazo, un animal al que le puso mucho Ureña para cuajar una faena importante. Por el izquierdo el toro pegaba una miradita, le tragó el torero, sacando naturales extraordinarios que en un principio parecían imposibles No fue como toreó, que también, sino como llenó el escenario, como se colocó siempre en el sitio -todo con una enorme pureza-, como salió de la cara del toro…, un trasteo que no hace sino dejar a las claras ese concepto que tiene embelesado a los aficionados. Obra que culminó con una gran estocada en hoyo de las agujas. Era de dos orejas, pero incomprensiblemente el público no demandó la segunda. Ahí debía estar la labor de aficionado del palco y haber sacado los dos pañuelos juntos, se hubiera agradecido ese gesto de buen aficionado, la faena no merecía menos. Ovacionado resultó el toro en el arrastre.
Embistió con las manos por delante el cuarto, con el que no pudo ni estirarse en el saludo capotero. Las dos varas de Pedro Iturralde fueron de las que marcan la diferencia, con dos puyazos en la yema ante un toro que acometió con casta al caballo. Entró en su turno de quites Jiménez, el cual dejó un manojo de chicuelinas de gran temple. Se arrancó el animal de largo a la muleta de Ureña, el cual dejó dos primeras series de toreo profundo y ligado. Lo sometió el murciano en muletazos de mano baja, pero tanta exigencia quebrantó al animal, el cual por otro lado, siempre estuvo en la franja de querer rajarse. Bajó en intensidad la embestida y Ureña aprovechó para torear al natural sin exigirle en demasía, muletazos a media altura que no perdieron belleza y estética. Mantuvo la nobleza el toro, pero esa profundidad mostrada pasó a cara a media altura y falta de emoción. Faena de más a menos, rubricada con una estocada arriba. Tardó en caer y todo quedó en una vuelta al ruedo tras una petición no mayoritaria de oreja.
Se desplazó el segundo en el capote de Jiménez en un recibo en el que intercaló el toreo a la verónica con chicuelinas, para luego el astado acometer con celo y temperamento en un tercio de varas en el que derribó al jaco. Salió ovacionado Agustín Romero por dos interesantes varas. Dejó posteriormente Garrido un garboso quite por chicuelinas con una media a dos manos muy personal. Pulcros y con mucha templanza brotaron los derechazos de un Javier Jiménez que todo lo hizo despacio, con cabeza y sentido del temple. Acertó a dejársela muerta en la cara y tirar del animal. Un toro de Fuente Ymbro con tanta nobleza y clase como falto de poder. Embestía al paso, por lo que era complicado cogerle el ritmo y que no enganchase la pañosa, pero a base de buena colocación y despaciosidad en el muletazo, consiguió por ambas manos sacar pasajes estimables. Labor sincera, madura y de toreo reposado de un Javier Jiménez que rayó buena altura. Se atascó con los aceros, sonó un aviso, saludando una ovación desde el tercio.
En quinto lugar salió un castaño de Fuente Ymbro, galopón pero sin fijeza, el cual evidenció que no iba a tener la gasolina de la casta a rebosar. Quitó Garrido por delantales para más tarde dejar una lidia templada y muy a favor del toro Alejandro Sobrino. Brindó Jiménez a dos amigos y buenos aficionados sevillanos una faena ante un toro noble y con clase pero que acabó rajadito. Las tandas brotaron templadas y muy suaves ante un ejemplar que embistió con un ritmo amexicanado de mitad de muletazo hacia adelante. Faltó quizás mayor ajuste a los muletazos, no por intención del torero, sino por la mansita y abierta embestida del toro. Tanto al natural como con la derecha dejó el torero de Espartinas muletazos hondos, largos y muy cadenciosos. Una obra meritoria ante un toro que acusó su mansedumbre y acabó rajado. Tras la estocada se le pidió tímidamente la oreja, saludando finalmente desde el tercio.
No pudo estirarse a la verónica Garrido debido a la pegajosa embestida del tercero de la tarde, un toro que acudió franco al caballo de un Oscar Bernal que se fue ovacionado por dos puyazos en todo lo alto. Ajustado fue el quite por gaoneras de un estoico Ureña ante un toro que embistió con carbón. Saludando posteriormente Chacón por dos pares que calaron en el respetable. Sacó carácter y cierta aspereza el de Gallardo, ante el cual Garrido le realizó una faena que no llegó a romper. Porfió el extremeño en un trasteo largo, en el que la premisa básica fue el no desesperarse ante un toro vulgar. Dejó pasajes sueltos con cierto temple y limpieza, pero solo pareció tomar cierto vuelo en la segunda fase del trasteo, en la que consiguió dar continuidad a los muletazos en dos series estimables, le apretó al animal, lo llevó largo y pulseado, pero el toro no quiso pelea. Tras una estocada caída y sonar dos avisos fue silenciado.
Cerró plaza un castaño de agrio comportamiento, un animal carente de entrega que no cumplió en ninguno de los tercios de la lidia. Porfió Garrido en un trasteo sin eco debido a la falta de raza del Fuente Ymbro, un toro que nunca quiso ir por derecho, buscando escusas, embistiendo sin clase y soltando la cara. Muy hábil anduvo Garrido en la suerte suprema -ante un toro resevón, el cual se puso complicado para entrar a matar- pese a dejar una estocada caída. Silenciada resultó su labor. Sin opciones el extremeño, el cual se llevo el peor lote.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Malagueta. Cuarta de feria. Corrida de toros. Menos de media plaza.
Seis toros de Fuente Ymbro. Dispares de presentación y juego, nobles en general pero con el fondo y la raza justa.
Paco Ureña (Verde y oro): Oreja y vuelta.
Javier Jiménez (Azul pavo y oro): Ovación con saludos tras aviso y ovación con saludos
José Garrido (Blanco roto y azabache) :Silencio tras dos avisos y silencio
INCIDENCIAS
Salieron ovacionados tras tres interesantes tercios de varas Agustín Romero en el primero, Óscar Bernal en el tercero y Pedro Iturralde en el cuarto. Por su parte saludó tras parear al tercero Antonio Chacón.