Una corrida de Juan Pedro Domecq se lidiaba, este domingo, en el cierre de la Feria gala de Istres, en un festejo en el que hacían el paseíllo Enrique Ponce, David Galván y Clemente.
Galván se gana la salida en hombros tras su templada faena al segundo
El primero de la tarde fue un animal bajo de agujas y bonito de cara de Juan Pedro, un astado que ya de salida se quedó cortito en el capote de un Ponce que no pudo estirarse a la verónica. Pese a derribar al jaco este fue un animal de poco celo y muy medido en su raza, el valenciano apostó por torearlo a media altura dentro de un trasteo donde las tantas fueron cortas. La afición que llenaba hasta la bandera la plaza estuvo metida en su labor pese a no alcanzar cotas importantes. Porfió por ambos pitones antes de finalizar su labor con sus características poncinas. Falló con los aceros sonó un aviso y saludó una ovación.
Galván se gana la salida en hombros tras su templada faena al segundo
Ya en el segundo de la tarde Galván se había asegurado la salida en hombros tras una templada y aseada faena a un astado sosito de Juan Pedro, un animal que no se dejó torear de capa y al que cuidaron en el jaco. Tuvo que ponerle mucho el gaditano en una labor muy torera, un trasteo donde el de Juan Pedro iba y venía sin emplearse al embestir a media altura. Anduvo fresco de mente, firme y templado ante un torero que no aguantaba el sometimiento. David porfió en una labor de buen corte, esa que había brindado a Ponce y con la que sintió el cariño de la afición de Istres. Tras un final genuflexo de gran cadencia y torería enterró el acero pese a quedar este delantero. Dos orejas algo generosas las concedidas a un espada que sacó todo lo que llevaba dentro el noble pero sosito astado sevillano.
Clemente no le va a la zaga a Galván y pasea las dos orejas del tercero
Tampoco se dejó torear de capa el tercero, un toro parado de Juan Pedro al que le costó un mundo empujar por abajo. Ya en la primera tanda perdió las manos con las consiguientes protestas del respetable. Consciente de ese problema Clemente optó por no apretarle y torearlo a media altura y en línea recta. El francés dibujó por ambas manos buenos pasajes ante un animal al que siempre le costó repetir. Faena donde dejó patente su corte clásico con buenas tandas por ambos pitones que calaron en el respetable. Volvió a caldear el ambiente con una serie en redondo ya en los terrenos del animal. Tras una estocada sonó un aviso siéndole concedidas las dos orejas, esta última protestada por el respetable.
Ponce indulta a un enclasado «juampedro» en su última tarde en Istres
Precioso de hechuras fue el animal que hizo cuarto, un ejemplar de pelo colorao al que el de Chiva ya saludó con templadas verónicas. Se le midió en el jaco antes de plasmar un cadencioso quite por chicuelinas que sorprendió al respetable. Consciente de las virtudes del de Juan Pedro, Ponce fue poco a poco haciendo a un animal que no andaba sobrado de fuerza. Pese a esa calidad y nobleza faltaba chispa en la embestida de un ejemplar que se dejó hacer todo aquello que quiso el valenciano. Por ambos pitones exprimió a un toro que a base de temple fue poco a poco rompiendo. Lo toreó sobre la cintura en pasajes que calaron una enormidad en los tendidos. Acertó en terrenos y alturas en un trasteo marca de la casa. Todo lo hizo con suavidad ante un toro con virtudes, ese que le vino como anillo al dedo a un espada que lo disfrutó de principio a fin. Con el público puesto en pie finalizó su labor con sus clásicas poncinas antes de ver salir del palco presidencial el pañuelo naranja para un astado de Juan Pedro que si bien tuvo buena condición, estas no fueron tan excelsas como para ser indultado.
Galván reafirma su momento paseando la oreja del interesante quinto
El segundo del lote del gaditano fue un toro importante del hierro de Juan Pedro Domecq, un ejemplar al que recibió por delantales un Galván que cerraría dicho recibo con una gran media. Tras un puyazo donde no se empleó el animal este llegó con movilidad a la muleta. Pese a perder las manos el astado se vino arriba embistiendo con entrega y humillación a la templada muleta del de San Fernando. Por ambos pitones dejó pasajes de gran toreo un espada que entendió aquello que pedía el ejemplar sevillano. Hubo profundidad y mano baja en un trasteo de gran calado en los tendidos, ese que remataría nuevamente con poncinas antes de enterrar la mano y pasear una oreja de peso.
Clemente pasea una oreja de peso del importante sexto
El sexto de la tarde fue otro toro importante de Juan Pedro Domecq, un animal al que saludó rodilla en tierra un espada que no se dejó nada dentro. Brindó a Ponce un trasteo que tuvo fases de gran calado en el respetable. Por el lado derecho cuajó al astado en dos series iniciales donde siempre empujó al astado hacia adelante. Un ejemplar con prontitud, buen tranco, clase, entrega y transmisión, virtudes que aprovecho el francés para canalizar en su muleta y exprimirlo de principio a fin. Al natural enganchó la embestida de un toro a más llevándoselo la embestida tras la cadera. Su toreo clásico volvió a evidenciar que este corte de toreros siguen estando de plena actualidad, ese que buscó el triunfo por la vía del temple y la caricia, sometido al toro en el momento justo. Tras sonar un aviso pasearía una oreja de peso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Istres, Francia. Última de Feria. Corrida de toros. Lleno de «No hay localidades»
Toros de Juan Pedro Domecq. El cuarto de nombre «Broncista» fue indultado.
Enrique Ponce, ovación tras aviso y dos orejas simbólicas
David Galván, dos orejas y oreja
Clemente, dos orejas tras aviso y oreja
INCIDENCIAS: Los tres espadas saldrían en hombros junto a Juan Pedro Domecq y el mayoral de la ganadería sevillana.
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FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ