EMILIO MÉNDEZ
Este
jueves tenía lugar en el coso del Bibio la segunda de la Feria de Begoña 2016 y
primera corrida de toros del ciclo. Un encierro santacolomeño de La Quinta era
la materia prima para la ocasión en la que Fernando Robleño, Manuel Jesús
«El Cid” en sustitución del herido Manuel Escribano y el aquicalidense
Joselito Adame hacían el paseíllo a las seis y media en punto de la tarde.
El
primero de la tarde tuvo mucha calidad y retazos bravos. Se exhibió El Cid a la
verónica con verónicas muy toreras. Remató con una media para cumplir el toro
en el peto. En faena, El Cid se gustó, mostrando el momento que vive, bajando
por momentos la mano al natural. Por el lado derecho también hubo momentos
largos, templados y detalles muy toreros. Desafortunadamente la faena, que fue
buena, la malogró con la espada. Dejó una media final que remató con
descabello. Escuchó una ovación.
El
segundo fue un toro también con retazos bravos, con cierta calidad. Bien toreó
Robleño a la verónica, dejando una media buena. Puso al toro en los medios dos
veces, yendo al caballo con emotividad y bravura. Con la muleta, el torero
madrileño comenzó por bajo doblándose hasta los mismos medios. Mostró oficio
aunque le faltó confiarse. Dejó muletazos buenos a diestras, aislados al
natural. Al final el trasteo no rompió, fallando en el primer intento con la
espada, acertando en el segundo y siendo ovacionado finalmente.
El
tercero fue un toro incierto de salida. Dejó Adame capotazos de tanteo. El toro
salía desentendido, huyendo de los embroques. Fue al caballo y Joselito le hizo
un quite en las tablas por chicuelinas bajando mucho las mulecas. Brindó al
respetable, que hizo una labor muleta en mano con mucho poder y oficio, fue de
menos a más por ambas manos, metiendo al toro en el engaño y domeñando hasta
lograr grandes momentos de calado, destacando los pases de pecho. Las ajustadas
manoletinas finales y el estoconazo le valieron la primera oreja de la tarde.
El
cuarto, un toro cárdeno claro, fue devuelto tras algunas verónicas de buen
gusto y una media. Empujó fuerte en el caballo y, en el momento del derribo, la
puya le hirió en un costado, aparatosa. Regresó a los corrales y salió un
sobrero de Conde de Cabral. El sobrero resultó un toro complicado, con genio.
Hizo El Cid el esfuerzo pero el toro nunca se prestó, siempre con peligro. Al
final, metió la espada en el segundo intento para ser silenciado.
El que
le correspondió a Fernando Robleño en quinto lugar fue un gran toro de La
Quinta. Desde inicio salió con emotividad, cuajándolo a la verónica el
madrileño. Cumplió bien en el peto el toro, yendo a más con calidad y codicia.
A base de oficio, Fernando le cuajó una muy buena faena, con momentos de
torería. Le faltó profundidad y transmisión a su toreo, pero le metió la espada
y cortó una oreja.
En el
sexto, Joselito Adame cortó una oreja. Muchísimo oficio y poder demostró el
torero aquicalidense, cuajando a un buen toro por ambos lados. Lució en los
remates torerísimos de pecho y por bajo. Al final del trasteo, clavó la espada
en la arena y llenó de olés los tendidos con muletazos por ambos manos. Mató de
espadazo tendido que requirió de descabello para salir en hombros con un nuevo
trofeo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de El Bibio, Gijón. Segunda de la Feria de
Begoña. Corrida de toros. Media entrada.
Seis toros de La
Quinta.
Manuel Jesús «El
Cid”, ovación y silencio.
Fernando Robleño, ovación y oreja.
Joselito Adame, oreja y oreja.