En su primero, llamado “Trianero” noble, pero, saliendo suelto, el sevillano Juan Ortega, nuevo en esta plaza, acarició la arena con su capote en tersos lances a la verónica. Con la sarga, ejecutó pases por alto, seguidos de doblones de gran calidad y temple, llevándoselo de tablas a los medios, para seguir por derechazos de mucha clase y empaque. Al natural lo hizo con torería e intercalando artísticos detalles. Doblones efectivos y estéticos para cerrar. Terminó de soberbia estocada y así cortó una oreja.
Ortega en su segundo, complicado, veroniqueó bellamente flexionando una pierna de forma alternada. Buen puyazo del piquero Efrén Acosta López. Con la tela escarlata, Juan abrió con molinete y el de pecho para seguir por derechazos con disposición, lo mismo que al natural. Labor de aliño para cerrar y acabar de estocada entera perpendicular, siendo aplaudido.
Ortega obsequió un octavo, de San Miguel de Mimiahuápam, de poca fuerza, soso y tardo, al que veroniqueó de forma relevante. Lo llevó al caballo por chicuelinas caminándole. Con la sarga, ejecutó una faena con ayudados por alto y por bajo, con cadencia. Derechazos artesanos con trincherilla. Y otra serie templada y de buen gusto. Al natural le puso torería. Más exposición diestra de calidad y doblones suaves. Labor de aliño. Terminó de certera estocada para obtener una oreja y salir en hombros por la Puerta Grande de “San Marcos”.