FINAL CASAS IBÁÑEZ

La entrega de José Fernando Molina y el buen concepto de Villita


sábado 8 mayo, 2021

La raza de José Fernando Molina y el buen gusto de Villita destacan en una tarde en la que Tomás Rufo se fue de vacío pese a sellar dos serias actuaciones

La raza de José Fernando Molina y el buen gusto de Villita destacan en una tarde en la que Tomás Rufo se fue de vacío pese a sellar dos serias actuaciones

FOTOS: MANU CORROCHANO 

Tomás Rufo, José Fernando Molina y Juan José «Villita» se enfrentaban, en la tarde de este 8 de mayo, a una novillada de Alcurrucén en la localidad conquense de Casas Ibáñez. A las seis de la tarde arrancaba el paseíllo.

Palmas escuchó Tomás Rufo en el abreplaza, una pintura de Núñez de nombre Jaboncito, con el que estuvo digno y correcto durante toda la faena, siempre por encima de su oponente. 

José Fernando Molina ya demostró en el quite por saltilleras que recetó al segundo su intención de triunfar en Casas Ibáñez. Molestó el viento en el inicio de faena, lo que no impidió al albaceteño salirse a los medios con el de Alcurrucén, que embistió con prontitud y repetición, arrollando por momentos. Molina lo toreó por abajo, pero sin llegar a templar la embestida, tarea nada fácil por el viento y la condición del animal. Se fue a por la espada y la enterró al segundo intento. 

Persiguió las telas con obediencia y recorrido, pero con la cara a media altura el tercer novillo en el inicio de faena. Lo toreó Villita con gusto, sellando muletazos de interés sobre todo en los primeros compases del trasteo. Bajó el pistón el de Alcurrucén, queriéndose desentender de muleta en unas últimas tandas en las que se perdió la emoción por la condición huidiza del animal. Cerró su labor el novillero toledano con ayudados por bajo para cerrar al novillo en tablas. La labor con la espada se complicó. 

De rodillas y con una larga cambiada recibió Tomás Rufo al cuarto. Siguió toreando con el capote por un quite por tafalleras que remató con una media que derrochó torería. Con determinación se fue a los medios el de Pepino para iniciar faena de rodillas. Con genio y arrollando, embistió el de Alcurrucén en la franela de un Rufo que toreó con el mando y el gobierno que requería el astado. Le bajó la mano especialmente por el pitón izquierdo, haciendo el toreo con la figura vertical y abrochando las series con rotundidad. Se pegó el arrimón en el final de faena, cerrando por ajustadas manoletinas, pero se atascó con la espada. 

A porta gayola se fue José Fernando Molina a recibir al quinto, que le volteó frente a la puerta de toriles de manera fea y violenta. Se repuso el albaceteño con raza y le recetó un quite ceñido y con mucha personalidad. Lejos de amedrentarse, inició faena con un pase cambiado por la espalda e intentó templar y ordenar la arrolladora embestida del novillo. Haciendo hilo y reponiendo en ocasiones, pero con nobleza persiguió las telas el de Alcurrucén ante un José Fernando Molina entregado y que demostró quietud y aguante. El uso de los aceros no fue el más ortodoxo. 

Por delantales y rematado con una media recitó Villita un quite al último de la tarde, replicando a Tomás Rufo que no dejó pasar su turno y quitó por verónicas. Se salió a los medios con el novillo con torería el de Manzaneque para abrir la faena. Con gusto y muy asentado toreó Villita al novillo, que embistió con franqueza y repetición en la muleta. Al natural toreó con expresión, abriendo el compás y conectando con el tendido. Las trincheras y los remates tuvieron sabor torero. La espada entró al segundo intento. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Casas Ibáñez, Albacete. Novillada picada. Nobles, con franqueza, pero faltos de ritmo, a veces inciertos, muchos de ellos arrollaban en sus embestidas. Destacó el sexto, que recibió el premio de la vuelta al ruedo. 

Novillos de Alcurrucén. 

Tomás Rufo, Palmas y ovación. 

José Fernando Molina, Oreja y oreja. 

Juan José «Villita», Silencio y dos orejas.