JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA:
LUIS SÁNCHEZ-OLMEDO
David
Mora se colaba esta tarde en un cartel muy levantino. Parecía que Enrique Ponce
le había cogido el gusto a eso de confirmarle la alternativa a un matador de
los suyos en San Isidro: el año pasado ocurrió con Román, y este con Varea. Tomaba
antigüedad el hierro de Domingo Hernández.
«Rocoso”
se llamaba el primero de la tarde, toro de la confirmación de alternativa de
Varea, un castaño nacido en noviembre de 2012 con 615 kilos de peso, que se
dejó torear en el capote de Varea, dejando el levantino tres capotazos de
encaje pero sin calado en el tendido. Algo trasero fue el primer puyazo de
Santiago Pérez, midiéndolo en el segundo. Miguel Ángel Sánchez fue el encargado
de la lidia del animal, dejando un buen primer par Raúl Martí. Diego Valladar
entró en segundo lugar, que se quedó sin toro en la primera entrada y acertó a
la segunda. Galopaba el animal de Domingo Hernández, escupiendo la banderilla
en el tercer par de Martí, entrando de nuevo sin demasiada suerte tampoco. Tras
un distendido discurso de Ponce en la confirmación de alternativa, comenzó Varea
su faena sacándose con gusto al animal hasta los medios por la mano diestra. En
ese lugar, se puso directamente a torear por la misma mano ante un animal con
mejor embroque que salida. Le repitió pero ya con tranco mortecino en la siguiente
serie, yendo a menos el animal. Mató de espadazo atravesado.
«Libertino”,
número 50, se llamaba el segundo, con 618 kilos, más bajo que el toro anterior.
Genial fue el saludo de Enrique Ponce a la verónica al animal. Tras probarlo
con gusto por ambas manos y ver que salía suelto, acompañó perfectamente para
sacárselo a los medios con gran sutileza. Manuel Quinta ejecutó el primer
puyazo. Por chicuelinas con máximo temple fue
el quite de Enrique Ponce, rompiéndose el público a aplaudir por su manejo de
la seda. Medido fue el segundo puyazo de Quinta. Se echó David Mora el capote a
la espalda para torear con el envés por gaoneras al de Domingo Hernández. Lidió
Jocho al animal, ante un efectivo par en primer lugar Mariano de la Viña que
completó con un fácil tercero, aunque dejó en este último sólo uno de los
pares. Después de la devolución de trastos, lo templó muchísimo en un torero
inicio de faena que ya puso en aviso a Madrid. Vertical y desmayado, tras el
prólogo, fue el toreo de Enrique Ponce, que encadenó y ligó con cadencia y
compás los muletazos por la mano derecha. A media altura fue la segunda parte
del trasteo, en el que el toro cogió un punto más de sentido. Extraordinario
fue el epílogo de trasteo, en el que el torero de Chiva se lo pasó genuflexo
por bajo destacando un muletazo larguísimo en cambio de mano. Un metisaca
previo a un estoconazo. Oreja.
«Inclusero”
se llamaba el tercero de la tarde, de Domingo Hernández, primero del lote de
David Mora, que le dio un gran susto de salida. Le apretó una barbaridad al
caballo de Mario Herrero, que le aguantó en el mismo olivo. Gran par le sopló
Ángel Otero en primer lugar, y una vez más emocionó a Madrid en ese segundo
par, sin dejar que le diesen un capotazo de más al animal y entregándose de
pdoer a poder con el toro. Buen inicio de faena tuvo el toro, al que Mora le
dejó buenos muletazos de salida. Se fue diliyendo el trasteo con un toro con
calidad y humillación, pero siempre a menos. Tuvo ritmo el animal. Hubo series
buenas, pero le faltó estructura al trasteo. Metió la espada algo trasera y
desprendida, pero tardó en caer el toro, que tuvo mucha duración. Ovación.
«Rumbero” era el negro
salpicado cuarto, un animal aplaudido de salida, un toro con menos chispa que
el animal del lote anterior que Enrique Ponce. Dos velas lucía en todo lo alto
el de Domingo Hernández, que fue protestado mientras Palomares ejecutaba un
efectivo tercio de varas. Lidió Mariano de la Viña a un animal que tenía
inercia de entrar largo, pero no tenía una buena ni bonita salida del capote. Hizo
ademán de humillar en los primeros compases del trasteo de Ponce, que le dio
medicina lidiadora a su embestida bruta en el prólogo del trasteo. Hizo a base
de tesón que se los tragara el toro aprovechando la inercia de la media
arrancada del animal. Madrid de su mano. Trincherillas de auténtico lujo dejó
en el final del trasteo, pinchando al animal a la hora de la suerte suprema,
matando a la segunda y apuntillando certero Jaime Padilla. Oreja.
«Armador”
se llamaba el quinto, segundo del lote de David Mora, al que dejó una buena
media abelmontada el torero madrileño. Israel de Pedro se encargó del tercio de
varas del astado, al que acercó por chicuelinas al paso Mora. Ahora el que
anduvo soberbio fue Antoñares, que consiguió convencer a la afición de Madrid
en banderillas haciendo vibrantemente la suerte. Vio clara desde el principio
David Mora la calidad del de Domingo Hernández, pero se apagó pronto el animal,
no pudiendo sino dejar detalles Mora ante un toro ya afligido. Además, lo cogió
de fea forma aunque sin consecuencias a la hora de la espada.
Detalles
de salida dejó Varea frente al sexto de Domingo Hernández, segundo toro de su
lote y último de la tarde. Francisco Ponz «Puchano” le aguantó muchísimo en la
primera vara y también en la siguiente, ante un animal que se arrancó de lejos
y ante el que dieron la cara también los hombres de plata en el tercio de
banderillas. Mantuvo la emoción el toro desde que se le vino de largo al
castellonense desde inicio, diluyéndose el trasteo del levantino ante la
encastada condición del astado salmantino. Pero le molestó mucho el viento a
Varea, que no entendió la condición del animal.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza
de toros de Las Ventas. Vigésimo tercera de la feria de San Isidro. Corrida de
toros. No hay billetes.
Seis
toros de Domingo Hernández.
Enrique Ponce, oreja y oreja.
David Mora, ovación y palmas.
Varea, que confirmaba su alternativa, silencio y silencio.