Enrique Ponce, José Antonio
«Morante de la Puebla” y José María Manzanares hacían el paseíllo en Bilbao en
la quinta corrida de la Feria de la Aste Nagusia ante un encierro de Juan Pedro
Domecq. Sobre el papel, la primera corrida de figuras de la Feria.
Mucho kilo tenía el jabonero abreplaza, que le
empujó a Manuel Quinta en el caballo. Cortaba a los de plata en banderillas,
especialmente a Mariano de la Viña, que le hizo estar a disgusto en el
embroque. Reponía y se quedaba corto en el inicio de faena muy suave de Enrique
y, en cuanto le bajó la mano y no lo llevó hasta el final, perdió las manos el
de Juan Pedro. Tuvo muchísima suavidad Ponce para ir encelando la embestida de
un toro de Juan Pedro al que se inventó el valenciano. Nadie veía el toro pero
sí lo hizo Enrique, gustándose por la mano derecha y templado la embestida a
media altura del jabonero. Muchísimo gusto del de Chiva, toreando despacio. Dos
pinchazos finales evitaron el premio.
Salía suelto el segundo de Juan Pedro, un toro
que no dejó a Morante lucirse de capa. Soplaba en ese momento el viento, que
molestaba a la lidia del toro. Lo fue templando Carretero, bajándole la mano
para intentar que templara su condición y no se descompusiera. El susto lo
sufrió Lili al ser prendido por la taleguila en el tercer par sin consecuencias
aparentes. Se quedaba corto en el inicio muleteril el toro de Juan Pedro, aun
así le sopló una trinchera Morante que levantó el olé de Bilbao. Le faltaba
clase al toro, con el que lo intentó por ambos lados José Antonio, por lo que
acortó faena y se enfadó el tendido. No acertó a espadas.
Se gustó Manzanares por verónicas en un
ramillete de templadísimas acercando el toro a los medios para dejar una
excelsa media que levantó el olé de Vista Alegre. Lo lidió de forma perfecta el
capote de Rafa Rosa, a pesar de perder una mano,
y se gustó en sus pares Curro Javier. Muy despacio lo llevó en la primera tanda
José María. Era un toro para entender y, a pesar de ello, sonó la banda de
música para que Manzanares lo entendiera templado a diestras. Le debió dar
tiempos el alicantino sin obligar al toro para que no se cayera. Envolvió en
muletazos de regusto Manzanares el final de faena, aunque no terminó de
conectar con el tendido. Se puso largo y marró con el acero su faena.
Flojísimo fue el cuarto, un toro que se mostró
blandón en los primeros tercios y que se empeñó el presidente en no cambiar. Sí
es cierto que no se caía claramente, pero sí que no embestía. Ponce lo probó
pro ambas manos y, tras intentarlo, fue a por la espada. Dejó una estocada.
Huesudo y alto era el quinto de la tarde,
estrecho de sienes y que lucía 580 kilos. Cristóbal Cruz picó a un toro al que
Morante le dejó pegar. Del mismo modo en banderillas tomó mal los aires
capoteros de los de plata, al igual que en el inicio muleteril de Morante, más
pendiente del torero que de la muleta. Acortó de nuevo faena Morante para no
acertar con los aceros.
Pasaba el sexto sin demasiado ritmo ante el
capote de Manzanares. Fue otro toro que no ilusionó de salida y que mostró una
embestida para nada humillada en los pares de Luis Blázquez y Rafael Rosa. La
primera tanda, Manzanares fue desarmado partiéndole el toro el estaquillador en
dos. Las primeras embestidas fueron bruscas. Ilustró momentos importantes
posteriormente, lo mejor de una tarde casi vacía hasta el momento. Se desplazó
con suavidad y ritmo por el pitón izquierdo el toro. De mucho valor fueron los
finales, que tras la estocada le valió la oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Vista Alegre,
Bilbao. Quinta de las Corridas Generales. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada.
Seis toros de Juan Pedro Domecq, gordo pero de templada embestida el abreplaza.
Enrique Ponce, ovación y silencio.
José Antonio «Morante de la Puebla”, pitos y pitos.
José María Manzanares, ovación y oreja.
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ