LA PUEBLA DEL RÍO (SEVILLA)

La Puebla se rinde al futuro del toreo


sábado 18 enero, 2025

Rafael de la Cueva y Manuel Domínguez pasearon dos rabos en un festejo en el que destacó el eral de Garcigrande

Sin Título
Foto: Porcuna

No acabó de irse tras los vuelos el primero de la tarde al capote un eral de Espartaco que tendió a embestir con la carita a media altura al capote de El Gali. Tras brindar la muerte del animal a sus compañeros dejaría una labor tesonera con fases de buen toreo que calaron en los tendidos. Pronto y galopón fue un eral que exigió en las telas, astado que de no venir sometido tendía a embestir con todo. Por el izquierdo se deslizó con ritmo sostenido, exigiendo este en colocación, alturas y distancias. Tras un pinchazo y una estocada algo tendida cortó las dos orejas.

De mayor volumen fue el segundo de Fermín Bohórquez un eral muy medido de fuerzas pero con cierto temple. No pudo soltar muñecas Alejandro González en su recibo capotero, algo que sí haría Rafael de la Cueeva -capote a la espalda- en su turno de quite. No se centró en las telas el rajadito animal de la vacada jerezana, astado que embistió de forma descompuesta, a oleadas y sin emplearse. Firme y decido estuvo Rafael en un trasteo que tuvo que desarrollarse en el tercio debido a la mansedumbre de su oponente. Lo mejor vino en una serie al natural en las postrimerías de su labor, momento en el que dejó dos naturales cadenciosos -a favor de querencia- ante un ejemplar que, ahora sí, la quiso tomar por abajo antes de volver a refugiarse en tablas. Tras un pinchazo y una estocada de rápido efecto paseó también las dos orejas.

De Garcigrande fue el tercero de la tarde, animal bajo como un zapato, fino y con cuello que embistió con franqueza, ritmo y gran calidad al capote de un Rafael de la Cueva que fue capaz de embarcar la embestida del eral en un cadencioso saludo a la verónica. Todo lo quiso por abajo un eral de gran profundidad, ejemplar que se reducía cuando venía enganchado y sometido por abajo. A derechas también embarcó la franca embestida de un novillo de vacas, un ejemplar que sacó muchas de las virtudes que busca Justo Hernández como ganadero. Templado y fresco de mente estuvo el venezolano ante un eral que se abrió una barbaridad en la muleta, ejemplar que nunca perdió el ritmo. Bravo e incansable este de Garcigrande, ese al que canalizó en su muleta un centrado y templado Rafael de la Cueva. Su serie final a derechas con un posterior cambio de mano al ralentí pusieron al público en pie. No se dejó nada un novillero que cerró su labor de hinojos por manoletinas antes de enterrar el acero al primer intento. Rabo para el venezolano y justa vuelta al ruedo al extraordinario ejemplar de Garcigrande.

A portagayola se fue Diego Mateos a recibir al castaño de García Jiménez, animal muy en tipo de la casa pero al que le faltó un punto más de humillación en el capote. Tras una lidia a favor del novillo este fue poco a poco agarrando celo y ganando ritmo, ese que evidenciaría en la pañosa del joven novillero. Quiso acompañar más que someter una embestida que requería de pulso y juego de muñecas. Aprovechó Mateos la prontitud del astado para llevarlo largo en series de toreo reposado y ligado. Bravo también este de la familia Matilla, ejemplar de gran fondo que siempre pidió la muleta arrastrada. Entendió que el animal pedía pulso y distancia , de ahí que buscará alargar un punto el muletazo para aprovechar esa inercia que podía tener el eral salmantino. Se gustó y gustó -por momentos- un novillero que pese a no dejar una labor maciza acabó paseando el doble trofeo tras enterrar el acero al primer intento.

Salió a por todas Vicente Sánchez Bermejo ante el quinto un astado de Macandro que se echaría a los lomos a Manuel Domínguez propinándole una fea voltereta al caer este en la cara del animal en su turno de quite. Se levantó sin mirarse para volver a la cara del animal y cerrar su quite con un remate muy torero. A Morante de la Puebla le brindó una labor donde siempre quiso tratar bien a un astado que mostró nobleza. Pronto también fue este de Macandro, ejemplar que tuvo como mayor virtud la humillación y la repetición. Por el izquierdo colocó excepcionalmente la cara, humillando y yéndose hasta el final. Se la dejó muerta el novillero para cincelar una serie de gran ritmo y pulso ante otro interesante novillo en una tarde de gran nivel ganadero. Su serie final en redondo puso el broche a una labor con sello propio. Dos orejas y justa ovación al novillo onubense en el arrastre tras írsele la mano al primer intento y dejar posteriormente una estocada algo tendida.

Se dañó una pata el sexto de Bohórquez animal que sería reemplazado por un sobrero de Espartaco hondo y con la cara recogida. Con poca luz comenzó su labor Manuel Domínguez ante un eral pronto pero brutote y poco humillador al que poco a poco fue consintiendo hasta conseguir muletazos ligados y de gran plasticidad. Tuvo torería su inicio de faena para más tarde hilvanar un trasteo voluntarioso con fases de toreo reposado pese a la condición poco humilladora del astado. Al natural bajó algo más la cara el eral de Espartaco pese a tender a soltar la cara al final de cada muletazo. Todo lo quiso hacer con gusto, se durmió en varios muletazos de figura asentada y muñecas rotas. Poco a poco fue puliendo los defectos del novillo a base de buena colocación y sentido del ritmo. Cierto es que fue una faena con dientes de sierra pero también con muletazos toreados con todo el cuerpo. Tuvo gusto y cadencia un final de faena donde dejó patente su personal concepto. Tras enterrar el acero al primer intento paseó los máximos trofeos cerrando así una tarde triunfal.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Puebla del Río, Sevilla. Primera de feria. Novillada sin picadores. Lleno.

Erales, por este orden, de ESPARTACO, F. BOHÓRQUEZ, GARCIGRANDE (vuelta al ruedo), HNOS G. JIMÉNEZ, MACANDRO, F. BOHÓRQUEZ (devuelto) y ESPARTACO.

El Gali, dos orejas

Alejando González, dos orejas

Rafael de la Cueva, dos orejas y rabo

Diego Mateo, dos orejas

Vicente Sánchez Bermejo, dos orejas

Manuel Domínguez, dos orejas y rabo

FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA

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