JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO
Una novillada matinal acogía hoy la Feria de San Julián de Cuenca en la que debutaba con caballos y se retiraba al mismo tiempo el novillero Marcos Pérez. Lo hacía en mano a mano junto a la máxima promesa novilleril de la provincia de Cuenca en la actualidad: Aitor Darío «El Gallo». A las doce daba comienzo el paseíllo.
El primero fue devuelto tras partirse una mano en el encuentro con el jaco. Del mismo hierro era el animal que lo sustituyó, al que El Gallo le echó con buen tino el capote en verónicas en las que el respetable respondió. Mantuvo la duración el animal durante toda la faena tras el brindis al público de Aitor, mostrando facultades por el derecho el de Vázquez y aprovechándolas el conquense. Conectó por momentos con sus paisanos a sones de «Chiclanera», dejando momentos aislados con la zurda y en unos ayudados finales que tuvieron su punto de torería. Pinchó en cinco ocasiones y escuchó palmas tras aviso.
Con dos cambiadas en el tercio y suprema colocación en las verónicas siguientes recibió Marcos al segundo,que recibió una buena vara y se dio una voltereta antes del qute por chicuelinas y tafalleras del debutante. Brindó a su hermano para irse a pies juntos a iniciar trasteo y plantársela firme por el derecho en las dos siguientes series. Al natural vio y aprovechó Pérez la buena condición del novillo, sacando grandes momentos por ese lado. El final por luquesinas con la calidad del animal aún intacta fue clave para que, tras la estocada, de le concediese el doble premio.
Con hasta cinco faroles de rodillas recibió El Gallo al tercero, un novillo que se partió un pitón en el burladero que escupió tras el tercio de varas y sorpresivamente no fue devuelto. Mantuvo la invalidez a lo largo de toda la lidia, intentando sacar faena Aitor por ambas manos con un público dispar en su opinión. Dejó media estocada trasera pero bien agarrada que fue suficiente para que el animal cayese. Oreja.
«Azaroso»con 472 kilos era el cuarto, un novillo que fue mimando en la lidia la cuadrilla y que tras las verónicas iniciales de Marcos presagió buenos augurios. Brindó el novillero al respetable para ir sacando al de Vázquez con dulzura a los medios. Allí supo enjaretar su concepto clásico por derechazos para aprovechar la buena embestida del novillo de inicio. Pero vio en la siguiente serie que su pitón era el izquierdo, por lo que dejó encajados naturales para, cuando se le acabó el gas a su oponente, cruzarse por ese lado y exprimirlo por circulares. Dejó una estocada un punto trasera final de la que tardó en caer y requirió de descabello. Oreja.
A portagayola se fue El Gallo a recibir al quinto, tras la que dejó un ramillete de aisladas pero compactas verónicas. Tras brindis se cambió al animal por la espalda y comenzó a repetirle el de Vázquez por el derecho con humillación y largura. Le aguantó cinco series, tres a diestras y dos a zurdas, en la que la técnica se impuso al sentimiento. El final por manoletinas preludió al pinchazo y, tras éste, llegó ka estocada que tumbó al animal. Dos orejas.
De rodillas se hincó Marcos para recibir al sexto, incorporándose para seguir toreando pulcro de capa. Trasero fue el puyazo, sin que rectificase el puyazo. De rodillas inició faena destacando una tremenda arrucina también de hinojos que llegó calando al tendido. Por ambos lados derrochó su pureza para exprimirlo especialmente al natural, donde humillaba e iba abajo el noble de Vázquez. Se lo pasó cerquísima por circulares en el último tramo. Ahí fue el epílogo y, tras una media que escupió, un pinchazo y media final cayó el novillo. Palmas.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuenca. Segunda de la Feria de San Julián. Novillada con picadores. Algo más de media plaza.
Seis novillos de José Vázquez. Con duración un primero un punto rajado; bueno el segundo por ambos lados; inválido el tercero, que se partió un pitón; de buena condición por el izquierdo el cuarto; de ferviente humillación hasta que se rajó el quinto; noble y manejable el sexto.
Aitor Darío «El Gallo», palmas tras aviso, oreja y dos orejas.
Marcos, dos orejas, oreja y palmas.
FOTOGALERÍA: JULIO PALENCIA
