MADRID

La sangre y el toreo de Talavante le llegan al corazón de Madrid


miércoles 24 mayo, 2017

Buena corrida de Cuvillo con la que el extemeño paseó una oreja del quinto, siendo corneado; ovacionado Bautista y pleno valor de Roca Rey, al que el inválido sexto le fastidió completar su tarde

Buena corrida de Cuvillo con la que el extemeño paseó una oreja del quinto, siendo corneado; ovacionado Bautista y pleno valor de Roca Rey, al que el inválido sexto le fastidió completar su tarde

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS
SÁNCHEZ-OLMEDO

Un cartelazo acogía la decimocuarta de la Feria de San
Isidro este miércoles en la plaza de toros de Las Ventas. Juan Bautista,
Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey hacían el paseíllo frente a un encierro
de Núñez del Cuvillo. A las siete en punto arrancaba el paseíllo.Buena corrida de Cuvillo con la que el extemeño paseó una oreja del quinto, siendo corneado; ovacionado Bautista y pleno valor de Roca Rey, al que el inválido sexto le fastidió completar su tarde. 

«Tobilita”
se llamaba el primero, un salinero número 76 con un peso de 576 kilos. Alguna
verónica suelta dejó Bautista pero no logró encelar la embestida del basto toro
de Cuvillo. Alberto Sandoval se encargó del tercio de varas del animal, al que le
recetó dos varas en el sitio. Efectivos estuvieron los hombres de plata del
francés. Poco a poco fue entendiendo el de Arles la condición buena de un
animal al que había que enseñarle los caminos desde el principio. Por ambos
lados le sonsacó momentos importantes Bautista, especialmente logrando que al
natural cuajase su labor en el tendido. Calidad tuvo el de Cuvillo, que rompió
a mejor y a más paulatinamente. Entró la espada arriba.

Jabonero
era el segundo, «Tistón”, número 29, con 519 kilos de peso y fuertemente
protestado por el tendido de salida por su presencia. No logró encelarlo a la
verónica mientras que Miguel Ángel Muñoz se encargó del tercio de varas del
animal, estando a punto de derribar al piquero en la primera vara. Metió
riñones en la segunda vara, entregándose en una suerte bien ejecutada por
Muñoz. Recibió otra vara más. Fácil e inteligente anduvo Valentín Luján en el
primer par, dando juego también el animal en el resto de tercio. Directamente
se puso a torear Talavante por el lado derecho, con un animal enrazado
repitiéndole en la muleta al torero pacense, que remató con una trincherilla
esa buena tanda. Al natural lo intentó en la siguiente serie Alejandro,
pudiéndole y templando su embestida además de conectar con la plaza. Bien por
la derecha fue la siguiente tanda, con el animal aguantándole y repitiéndole al
torero, entregado con la afición de Madrid. Fijeza siguió teniendo el toro
cuando Talavante le planteó el toreo más en cercanías, cruzándose con la mano
derecha. Un pinchazo preludió a una estocada entera y en el sitio. Ovación.

Colorado
chorreado y con 516 kilos de peso era el tercero, número 24, un toro sueltecito
de salida y en el caballo sí se empleó con fijeza. En el primer puyazo embistió
con un pitón, estando más tiempo en el peto, y luego sí metió los dos. Por estatuarios comenzó labor el limeño. El toro
se fue viniendo a menos conforme Roca Rey iba avanzando en su faena, pero no
elímpetu y las ganas de hacer toreo del peruano. Cuando vio que no había opción
alguna, lo intentó en un soberano arrimón por cercanías, logrando que la
emoción de su valor calara. Por detrás se lo pasó en el epílogo. Mató de
estocada baja.

«Relatero”
y número 110 era el cuarto de la tarde, colorado chorreado que se estrelló en
un burladero tras salir como una bala de toriles. Bajo y con manos cortas,
Bautista lo templó en tres verónicas que tuvieron, además, mucha suavidad.
Francisco Pons «Puchano” se encargó del tercio de varas del de Cuvillo, que le
romaneó en la primera vara en la que el piquero logró con valor encelarlo. Por un
quite variadísimo y creativo fue el quite del francés, que levantó al público
antes de una segunda vara que fue leve por parte de Puchano, con el toro
doblando las manos a la salida del peto. Rafael González lidió un toro que protagonizó
un tercio de banderillas en el que la fuerza le faltó a raudales. Pronto y
repetidor fue el toro en la faena, por lo que esa distancia que le gusta a
Madrid le dio Juan Bautista. Aunque no le sobraban las fuerzas al animal, sí lo
supo medir y llevarlo a media altura para intentar que aguantase el de Cuvillo.
Arrojó la ayuda con la mano derecha y al natural con la diestra finiquitó
labor. Recibiendo fue la estocada del galo, en buen sitio. Ovacionado.

531
kilos tenía el quinto, segundo del lote de Alejandro Talavante, un animal que
empujó en la primera vara y se creció en el castigo en el caballo de Manuel
Cid. Caleserinas dejó en el quite Roca Rey. En el tercio de banderillas a punto
estuvo de coger a Juan José Trujillo, al que le hizo hilo hacia los adentros: Francisco
Durán «Viruta” hizo un quite de oro al subalterno en un momento de sobresalto. Con
la mano izquierda directamente se puso a torear Talavante, destacando un gran
remate por abajo con un toro que se movía. Le pudo en la segunda serie, en la
que a punto estuvo de llevárselo por delante tras hacerle la zancadilla el
animal con el cuarto trasero derecho, estando ágil el pacense para levantarse
en la misma cara del animal y salir ileso. En la siguiente serie ya sí le echó
mano y le metió el pitón a Talavante, reponiéndose enseguida con la ayuda de
los miembros de su cuadrilla y negándose en rotundo a llevar un torniquete. Con
la sangre brotando de su herida, prosiguió la faena en dos soberbias tandas de
naturales que llegaron a Madrid, vibrando y levantándose ante el toreo por la
zurda del torero. Espectacular fue el final de faena, con un cambio de mano
eterno. Mató de estocada recibiendo u punto desprendida y contraria, pero
efectiva. Oreja.

«Hoacino”
se llamaba el sexto, segundo del lote de Roca Rey, con el que ya apostó de
salida el peruano. Menos fijeza, más suelto y más desentendido del tercio de
varas fue el toro, en el que se dañó una mano. Por chicuelinas fue
el quite de Juan Bautista y por saltilleras la respuesta de Roca Rey. Le esperó
mucho en banderillas a Juan José Domínguez un animal al que le cambió el viaje
en un espeluznante péndulo el peruano en el inicio muleteril. Prosiguió
emocionando al tendido, pero se partió definitivamente la mano el toro en la
siguiente serie y sólo pudo matarlo con dignidad. Ovación.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Decimocuarta de la Feria
de San Isidro. Corrida de toros. Lleno de no hay billetes.

Seis toros de Núñez del Cuvillo, justos en la presencia, de buena estampa y variada pinta. De movilidad manejable sin clase el salinero primero; de codicioso, emotivo y humillado pitón diestro el bravo segundo; entregado y bravo el exigente y humillado tercero; noble y con duración el Franco cuarto; informal pero emotivo el humillador y e rajado quinto; inválido de las manos el sexto.

Juan Bautista, silencio y ovación. 

Alejandro
Talavante, ovación y oreja. 

Andrés Roca Rey, silencio y ovación. 

 

PARTE MÉDICO DE TALAVANTE

Herida por asta de toro en tercio inferior
cara interna muslo derecho, con una trayectoria hacia arriba y hacia dentro de
20 cm. que produce amplio despegamiento de tejido celular subcutáneo sin
afectación de plano muscular. Es intervenido quirúrgicamente en la enfermería
de la plaza de toros. Se traslada al hospital San Francisco de Asís con cargo a
la Fraternidad.

Pronóstico: Reservado.

Firmado: Dr. García Padrós.