VILLASECA DE LA SAGRA

La sorpresa de Reyes y la desilusión con Dolores, Flores y Solera


miércoles 5 septiembre, 2018

El jerezano Cristóbal Reyes arruina sus buenas formas con la espada mientras que Fernando Flores y Máxime Solera dan una pobre imagen ante el deslucido encierro de Dolores Aguirre.

El jerezano Cristóbal Reyes arruina sus buenas formas con la espada mientras que Fernando Flores y Máxime Solera dan una pobre imagen ante el deslucido encierro de Dolores Aguirre.

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Arrancaba este miércoles la Feria del Alfarero de Oro de la localidad toledana de Villaseca de la Sagra, en la que se lidiaba una seria novillada de Dolores Aguirre. Fernando Flores, Maxime Solera y Cristóbal Reyes hacían el paseíllo.

Plaza tenía un abreplaza abierto de cuerna y al que Fernando Flores le echó rápido el capote a la verónica sin acoplarse por la condición suelta y fría del astado, fiel a su encaste. Quiso cambiarlo con un palo pero no fue posible y el palco exigió otra vara. No fue sometedor el inicio de faena y eso lo acusó un novillo con instinto manso y que tuvo complicaciones. Animal que ya en los últimos tramos del trasteo le dejó  peligrosos momentos antes de tomar el acero. Espada en mano, pinchó en el primer encuentro y a la segunda dejó una media estocada que escupió y requirió de otra más que sí cayó entera y fue ya efectiva. Silencio. 

Burraco era el novillo segundo, animal al que dejó dos excelentes varas Gabin Rehabi, siendo ovacionado por la plaza. José Cobos dejó un gran par. Muleta en mano, Maxim Solera tuvo que hacerle frente a un animal que la seguía con casta pero tirando derrotes, soltando la cara y poniéndose peligroso. Pasó un trago el joven también con la espada, matando con la mano izquierda a la segunda.

Ya predisposición mostró en el saludo capotero al tercero Cristóbal Reyes, un novillo más bajo que sus hermanos anteriores y con otro aire en la faena de muleta del jerezano. Ya quiso hacer el quite el joven antes de que su subalterno Jesús Aguado se desmonterase tras sus dos pares. Muleta en mano, brindó a El Chano el joven  para dejar su impronta en una labor seria, de torero con ganas basada en la mano derecha.  Sometedor fue el comienzo de faena, en el que Reyes dejó compases gustosos hasta llegar arriba. Y fue en redondo y a diestras por donde le sacó lo que tenía el de Dolores Aguirre, que finalmente fue ovacionado junto al novillero tras la faena. Ímpetu de triunfar del novillero, que vio petición en el tendido. Mató defectuoso a la primera y eso quizá le quitó de sus manos el apéndice. 

Alto y largo era el cuarto, segundo del lote de Fernando Flores, al que el joven saludo sin lucimiento a un animal frío de inicio como su encaste acostumbra. Muleta en mano, el novillero y el animal no lograron el acople para llegar arriba. Novillo que tampoco se entregó al joven. No acertó Flores espada en mano, matando de un feo bajonazo recriminado por el tendido. Silencio final. 

Manso también fue el quinto de la novillada, un astado que se le dio lo suyo en varas y se calmó en la muleta del joven. No tuvo acople tampoco con este animal, que no tuvo maldad en su embestida y con el que no logró conectar Solera. Por ambos lados lo pasaportó en terrenos del tercio sin llegar arriba. Pasador sin más fue el de Dolores. A la segunda metió el acero el francés. 

El novillo de la jota fue un animal feo de cuerna y muy de Atanasio en la hechuras que se topó con un novillero con ganas. Le atacó en el final de faena un novillero que se entregó ante un astado que no le ofreció precisamente entrega en su embestida. Y se los pegó por la mano diestra a un astado con el que arruinó su disposición con la espada en numerosos pinchazos. Una auténtica lástima por la disposición mostrada, por el aplomo durante su labor y por su ímpetu con los trastos. 

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Villaseca de la Sagra, Toledo. Primera del Alfarero de Oro. Novillada con picadores. Dos tercios de entrada.

Novillos de Dolores Aguirre.

Fernando Flores, silencio y silencio.

Maxime Solera, silencio y silencio.

Cristóbal Reyes, ovación y palmas.