MÁLAGA

La supremacía del temple


lunes 14 agosto, 2017

Se lidiaron toros de Victoriano del Río para Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Roca Rey

Se lidiaron toros de Victoriano del Río para Sebastián Castella, Alejandro Talavante y Roca Rey

PABLO LÓPEZ RIOBOO

Málaga vivía en la tarde de hoy uno de sus cuarteles estrella. Con toros de Victoriano del Río hacían el paseíllo tres toreros con un patrón de toreo que les identifica. Tres toreros que le regalaron a la malagueta una tarde de gran competencia y toreo con mayúsculas. Cierto es que la corrida de Victoriano del Río peco de mansa y de genio, pero no es menos cierto que fue agradecida y mantuvo el interés.

Castella pasó por Málaga haciendo gala de lo que es, una figura del toreo. Sus dos faenas, tan pulcras como bien estructuradas le valieron dos orejas del mejor lote de la divisa madrileña. Talavante destapó el tarro de las esencias en una de sus faenas de la temporada ante un toro nada fácil -con carbón- al que acabó metiendo en la muleta a base de temple. La oreja supo a poco, la espada tuvo la culpa. Su faena al segundo de la tarde tuvo la premisa del buen hacer. Por su parte, Roca Rey rozó la oreja del tercero por una faena sincera y de enorme dominio. El sexto no dio opciones.

Tuvo templanza el de Victoriano de salida, lo que aprovechó Castella para dejar un templado saludo a la verónica. Talavante entró al quite por chicuelinas, la media fue eterna. Replicó Castella con un ajustado quite capote a la espalda ante un toro que embestía templado pero acusando querencia a tablas. Se la jugó Chacón con dos pares de mérito. Estoico fue el inicio de faena de un Castella vertical, intercaló cambiados por la espalda con dos naturales y un de pecho al ralentí. Prosiguió por el izquierdo para dejar tres series de toreo al ralentí, el de Victoriano se abría de mansito, pero sin embargo colocaba la cara, humillaba e iba hasta el final. Acertó el torero francés en tiempos y alturas. Por el derecho no bajó el diapasón de la faena, cierto es que el toro tenía menores finales, pero Castella dejó volar su muleta para dejar derechazos de muy buen trazo. Cerró la faena con doblones por bajo, pero la estocada quedó traserita y algo caída. Se le pidió la oreja, finalmente concedida.

Suaves, pausadas, casi al ralentí fueron las verónicas de Talavante al segundo, se durmió el extremeño en cinco lances que tuvieron la premisa de la calidad y el regusto. Medido fue el quite capote a la espalda de Roca Rey en el centro del anillo, ante un toro que apretó siempre a tablas. Comenzó sin probaturas Talavante por el lado derecho ante un toro que se vino siembre de lejos. A base de temple fue amoldando esa temperamental y geniuda embestida. Le corrigió el defecto de soltar la cara a base de temple y bragueta, pero el momento que cambió el sino de la faena fue un muletazo al natural, el toro se vino recto, Talavante aguantó estoico, ahí el toro se sintió podido y bajó la persiana. Porfió Talavante a derechas en muletazos templados, siempre en el sitio, en una labor para aficionados. Como en tardes anteriores volvió a tener su 'Talón de Aquiles' con la espada. Tras sonar dos avisos fue silenciado. 

El tercero de la tarde fue el toro prototipo de la casa, bajo, chato, recto de viga y burraco de pelo, el cual demostró tanta clase y temple como falta de fuerzas. Suaves y a media alturita lo lanceó Roca Rey, aún tanto fue devuelto. En su lugar esperaba en chiqueros un sobrero de 600 kilos de Benjumea.  Ya lo marcó la tablilla y lo confirmó nada más salir. Muy bastito de hechuras, fue en los trastos lo que cantaba su fenotipo. No se empleó ni en el capote ni en el caballo, para llegar a la muleta engallado y sin definir. Apostó Roca Rey en un inicio de faena en el que quiso marcar los pasos. Siempre la muleta por delante y las zapatillas asentadas en la arena, tiró del bruto animal en derechazo poderosos. Se impuso a base de verdad y temple a un animal que pesó mucho en los trastos. Lo mejor vino en dos series al natural en el centro del platillo, le corrió la mano en pasajes muy templados, llevando siempre cosido a la pañosa al animal. Crujió la malagueta, se entregó el torero ante un animal que nunca quiso romper hacia adelante. Labor seria y de peso del torero peruano. Un pinchazo previo a la estocada dejó todo en una ovación desde el tercio.

Lleva un tiempo Castella dotando su toreo de una estética y una suavidad diferente. Al cuarto le 'sopló' un recibo de capa con la premisa de la suavidad ante un toro que quiso siempre irse detrás de los vuelos. Hubo tres verónicas y una media de cierre de máxima despaciosidad. Sacó carbón el animal ya en el tercio de banderillas, muy torero anduvo Viotti, que se desmonteró tras dos pares de importancia. No era esta una tarde más para el torero galo, y se volvió a ver en una faena de altos vuelos ante el encastado cuarto. Llevó siempre largo al animal en series de toreo ligado, siempre exigiéndole por abajo a un animal que fue agradecido. Muletazos poderosos, siempre por debajo de la pala del pitón, una faena de auténtica figura del toreo. Por el izquierdo el animal tuvo 'guasita', siempre picando por dentro y soltando la cara, le aguantó Castella en dos series de un valor seco. Volvió a la derecha donde nuevamente cuajo al de Victoriano en pasajes destacables. Por ese pitón el toro hacia el avión, pero ese puntito de manso hizo que se quisiera rajar al final del trasteo. Tras pasaportar al animal se le pidieron las dos orejas, otorgándole tan solo una la presidencia.

Se topó Talavante con un quinto toro de agrio y deslucido comportamiento en los primeros tercios, tanto es así que lo mejor vino de la mano de Juan José Trujillo en dos pares que le valieron el reconocimiento de la plaza. Saludó por dos pares marca de la casa ante un toro que siempre apretó hacia los adentros. Fantasía, temple, cadencia… todo se compaginó para ver una obra de toreo genial de Talavante. Su faena al quinto fue de guante de seda. Metió en el canasto al mansito quinto a base de temple y sutilidad en un trasteo basado en la mano derecha de gran regusto y naturales infinitos. Derechazos al ralentí, de mentón en el pecho y muñecas rotas. Se encajó Talavante en una faena para soñadores, esas en la que se acaricia la embestida. La faena mantuvo el nivel con la zurda, los naturales fueron eternos, siempre enroscadoselos en la cintura. Volaron naturales encajados, ritmicos, de una expresión torera, casi al ralentí. Talavante se rompió en un trasteo de cante grande y de toreo profundo. El de Victoriano sacó ese fonde de ganadería buena en la muleta, pero sin duda acrecentadas por una muñeca mágica. La espada le privo del doble trofeo, una estocada trasera dejó todo en un apéndice.

Caía la noche en la malegueta, salió el sexto, un animal que ya marcó su justeza de raza desde los primeros capotazos. Intercaló verónicas con chicuelinas, en un saludo capotero que caló en el respetable. Iba y venía el animal sin demasiada entrega, apretando en banderillas y llegando a la muleta con claros visos de querer rajarse. Le corrió la mano con templanza Roca Rey en una segunda serie de templanza y dominio, pero el toro se rajó de forma descarada y ahí acabó la historia. Pases sueltos con el toro rajado, propiciaron que la faena careciera de estructura. Se atacó en la suerte suprema y fue silenciado tras escuchar un aviso.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de La Malagueta. Tercera de feria. Corrida de toros.

Entrada: Más de tres cuartos de entrada. 

Toros de Victoriano del Río. Mansitos en líneas generales y de juego desigual. Corrida con matices, exigente y de interesante juego en la muleta. 

Sebastian Castella (Azul eléctrico y oro): Oreja en ambos

Alejandro Talavante (Rioja y oro): Silencio tras dos avisos y oreja

Roca Rey (Verde hoja y oro): Saludos y silencio tras aviso