TEXTO: JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO
Llegaba una de las grandes citas de la Feria de San Isidro en la tarde de este jueves con la presencia de Andrés Roca Rey lidiando el encierro de Adolfo Martín en San Isidro. Manuel Escribano y Román le acompañaban en el cartel.
Al portón de los sustos se fue Manuel Escribano a saludar al primero de la tarde, un animal al que saludó por el pitón derecho con una larga cambiada de rodillas. Tres pares de máxima exposición puso el torero, brindando al Rey su labor y encontrándose con un toro al que le costaba mucho salirse de la muleta. Fue silenciado tras estoquearlo.
Tuvo sus teclas el segundo del festejo, un toro que ya le hizo ademán de cogerlo a Román en el inicio de la faena muleteril. Antes, en el brindis al Rey, su desparpajo volvió a salir a relucir: “Va por usted, por España… ¡y que disfrute la jubilación!”, dijo el torero a Su Majestad. Una ovación se escuchó en el tendido. Ya el animal sabía lo que se dejaba detrás y tuvo que tirar de arrojo el levantino, siendo prendido en la zona trasera en una tarascada que pegó el animal. Ovación al valor tras matarlo de estocada.
Especialmente al natural fue por donde llegó la labor de Roca Rey ante un tercero de Adolfo reponedor, que se quedaba corto y con el que tuvo que tirar de entrega el peruano. En cuanto el animal se vio podido, se rajó. Pinchó y mató de estocada un punto baja el peruano. Silencio.
“Español”, de Adolfo, era el cuarto de la corrida, segundo del lote de Manuel Escribano, al que el sevillano saludó a la verónica con buen gusto. Emocionantísimo fue el tercio de banderillas, especialmente destacando el tercer par al hilo de tablas. Increíble. Ya muleta en mano, se lo pasó por la espalda con el péndulo en el centro del anillo antes de dejar series de buen trazo, temple y exposición ante la casta y movilidad del de Adolfo, que mantuvo la buena condición durante el trasteo. Luego fue prendido en el ecuador del trasteo de forma violenta. Con la cornada ya en el cuerpo, el toro hizo de nuevo por el torero, que yacía en el suelo. Rápidamente fue conducido a la enfermería por miembros de su cuadrilla. Román mató al toro.
El quinto le correspondió a Román y lo brindó a José Luis Ábalos. Profundidad demostró el matador en la serie por la derecha con la que comenzó el toreo en redondo, gustándose por momentos ante un animal que reponía. Además, tragó muchísimo el torero, que mostró una imagen más allá de la raza y de la entrega que en anteriores ocasiones ha demostrado en Madrid. Toreó con mano baja y consiguió una oreja tras una estocada baja.
Al centro del anillo se fue Andrés Roca Rey a brindar el sexto toro del festejo, un animal que comenzó a torear en redondo precisamente en ese lugar. Enorme fue la siguiente serie, tirando del animal con temple y llegando con mucha fuerza arriba; también la siguiente a zurdas logró conectar y tremendo fue el pase de pecho con el que terminó la serie. Lío gordo del peruano, que en la última serie por la mano derecha llevó embebido por abajo el ritmo del buen toro de Adolfo. De pinchazo y estocada tumbó al animal. El palco no le dio la oreja, siendo ovacionado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. Décimo séptima de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Adolfo Martín. Noble, enclavado y con fondo el buen primero. Reponedor y orientado el peligroso segundo. Mentiroso y a la caza el guasón tercero. Humillado, profundo y con mucha clase el gran cuarto. De gran fondo y áspera piel el quinto. Enclasado y con entrega el humillado y gran sexto.
Manuel Escribano, silencio y herido.
Román, ovación, silencio en el que mató por Escribano y oreja.
Roca Rey, silencio y ovación.