EMILIO MÉNDEZ
A las seis en punto de
la tarde de hoy arrancaba el gran compromiso de Enrique Ponce en esta temporada
2016: su encerrona con seis toros en Istres. Con sones de una banda sinfónica
tenía lugar la gran cita en la que se lidiaban tres toros de Juan Pedro Domecq
y otros tres de Núñez del Cuvillo.
Le cuajó una faena
importante al primero, un buen toro de Juan Pedro Domecq que tuvo nobleza y
transmisión .Por ambos lados lo intentó, no pudiendo lucir de capa debido al
viento. Ya muleta en mano, y con mucha paciencia, pudo realizarle un trasteo
completo. Al final, dejó un buen espadazo, y aunque tardó en caer, le cortó la
primera oreja de la tarde.
Le cortó otra oreja al
segundo, un toro de Cuvillo que salió manseando de inicio, por lo que poco pudo
hacerle de capote. Salió también huyendo del castigo del jaco. Muleta en mano,
logró cuajarle una faena de poder, por encima del astado. Finalmente metió la
espada en el segundo intento y le fue otorgado el segundo apéndice de la tarde.
Cuajó Ponce una faena
importantísima en el tercero para cortar las dos orejas y el rabo. Profundidad
y máxima entrega fueron las armas del valenciano para lucirse de capa, hacer un
quite por tafalleras, brindar al empresario Bernard Marsella para,
posteriormente, cuajar por ambas manos una auténtica obra de arte. Se vació
Enrique profundísimo ante un ejemplar de Juan Pedro Domecq premiado con la
vuelta al ruedo en el arrastre. Hubo muletazos de todo tipo, con el sello todos
de Ponce, manejando los vuelos al natural de éxtasis. Acompañó la ópera el
faenón del valenciano. Mató de estocada para pasear los máximos trofeos.
Al cuarto lo indultó,
un grandioso toro de Núñez del Cuvillo, número 20, que tuvo bravura, calidad y
transmisión. La faena fue muy completa, ya desde el recibo capotero y en el
quite. Le brindó al empresario de Mont de Marsan, y el trasteo fue a más, sobre
todo luciéndose mucho en el final con las poncinas. El toreo en redondo por
ambos lados con ese sello de su característico toreo. Extasiado estuvo el
público en ese emotivo momento.
Tras el indulto, Ponce
fue a cambiarse para salir ataviado de un smoking elegante, siendo recibido con
una ovación por la plaza ante su elegancia. Salió un toro de Juan Pedro Domecq
al que le hizo también una faena completa al natural, con muletazos profundos y
templados. Metió la espada en buen sitio para cortar otra oreja.
El sexto de la tarde
llevaba el hierro de Cuvillo, tuvo calidad aunque le faltó transmisión. Lo
toreó bien de capa Ponce, estando poderoso con la muleta. Fue una labor que
tuvo sus matices, para meterle la espada la final. Tardó en caer el toro,
teniendo que usar Enrique el descabello.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de
Istres, Francia. Quinta y última de Feria. Corrida de toros.
Tres toros de Juan Pedro Domecq y otros tres de Núñez del Cuvillo.
Enrique Ponce, en solitario, oreja, oreja, dos orejas y rabo, dos orejas y rabo simbólicos, oreja y oerja.
FOTOGALERÍA: EMILIO
MÉNDEZ