LA CRÓNICA DE MADRID

Las embestidas sin dueño


martes 30 mayo, 2017

Leo Valadez, Diego Carretero y Andy Jounes, no encuentran la forma de meterle mano a una buena novillada de Montealto

Leo Valadez, Diego Carretero y Andy Jounes, no encuentran la forma de meterle mano a una buena novillada de Montealto

MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS
SÁNCHEZ-OLMEDO
 

Tenía
lugar esta tarde en la vigésima de la Feria de San Isidro la segunda novillada picada del abono, en la que se lidiaban
animales de Montealto para Leo Valadez, Diego Carretero y Andy
Younes
. A las siete en punto arrancaba el paseíllo. 

Lavado de cara y cabezón salió el primero de Montealto, humillador pero atolondrado y
distraído de telas.
Un saludo de cordobinas de Valadez y un quite por
chicuelinas fue el bagaje con el capote. Quitó también Carretero por limpias gaoneras y
respondió Leo con fregolinas,
mejor intencionadas que ejecutadas. De
rodillas en los medios esperó la arrancada de un utrero que iba y venía con más
inercia que empleo, pero con movilidad, que fue lo que aprovechó el mexicano en
un principio. Docilón y obediente el
novillo, le pegó mil muletazos Leo, pero la falta de entrega le restó
transmisión
hasta a las manoletinas con que epilogó la faena. Pinchó,
además, y en silencio tras aviso quedó el trasteo.

2º Con una larga cambiada
en el tercio saludó Carretero al segundo,
menos basto pero más novillo, colocado y humillador
en el capote que manejó con soltura
Diego
. Con estatuarios inició faena de muleta, para rematar con una firma y
arrancar la primera ovación. Pero le
costó acoplarse con la arrancada franca que tembló por momentos
y le superó
en otros en una faena de altibajos coronada con un metida a y una estocada y
valorada con el silencio. 

3º Brillante anduvo Andy
Younes con el percal en el saludo a la verónica al bonito tercero,
que se entregó en todo lo que hizo y
empujó con bravura y fijeza en el tercio de varas, donde se llevó un severo
correctivo. Más desentendido al salir del peto, sufrió con los tirones del quite por gaoneras de Leo Valadez. Al
cambiado se quedó en los medios tras el brindis, y fueron varios los que le
sopló el francés, con una trinchera y una firma que recortaron mucho el viaje
del buen burraco. Y lo notó en la serie posterior, en la que ya no viajaba tan
largo. Y así se quedó el resto del trasteo, con el francés pulcro y bienintencionado y el animal adoleciente de la
chispa
que le habían matado. Los doblajes del final de faena lo hicieron
viajar largo y tal vez le hubieran venido mejor en el inicio. Una estocada
contraria y el descabello solo dieron para un silencio.

4º Hubo más facilidad que
brillo en el saludo a la verónica al cuarto que convirtió Valadez en
chicuelinas
cuando
llegó a los medios con el enclasado animal. Por zapopinas quitó el mexicano para calentar al tendido, a lo que
respondió Carretero con chicuelinas de
media altura. Tiene oficio y tiene
asiento Valadez, pero le costó acoplarse con la embestida humillada y codicioso
del de Montealto,
al que le permitió tocar tela más de la cuenta, afean dos
los finales que tenía buenos el utrero. Animoso
y entregado, le faltó sapiencia para gobernar al bravo,
que, como tal, fue
exigente. Y que no se cansó de regalar embestidas sin que le cogiese la
distancia ni el pulso. Mató, además, de una estocada baja, falló con el
descabello y escuchó silencio.

El melocotón quinto se empleó con brusquedad por abajo en el
percal de Diego Carretero y así lo mantuvo en el penco, pese a que metió riñón
en el peto. Con el cartucho del pescao
quiso iniciar en los medios Carretero, pero fue desarmado y a partir de ahí
todo fue querer mucho y poder poco.
Solo una serie con la mano izquierda
parece poco bagaje con un novillo con transmisión que te lo daba si eras capaz
de cogerle el pulso para corregirle los gañafones que dejaba en el final. Terminó con Bernardinas inasistencial y en
una se lo echó el utrero a los lomos.
Volvió a la cara para pegarle las dos
bernadinas que se le habían quedado en el tintero y pinchar lo antes de a
estocada. Ovación.

El sexto, de bella hechura, le echó la cara arriba al picador
en varas, pero se desplazó con largura en las telas hasta llegar a la muleta.
Tal vez por eso quiso desmayarse Younes
antes de tiempo con él y quedó descabezado el trasteo
, porque cuando
intentó gobernarlo el utrero ya estaba acabado. Muy enfrontilado al natural,
después no logró encontrar el pulso ni
ligar las embestidas, quedando todo desangelado.
Perfilero en el final de
faena, sólo logró extraer medios muletazos que no calaron en el tendido. La
estocada no le permitió pasar del silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza
de toros de Las Ventas. Vigésima de la Feria de San Isidro. Novillada con
picadores.

Entrada: Dos tercios

Seis
novillos de Montealto. 1º Soso, docilón pero obediente. 2º Con trasmisión humillada, manejable. 3º de franca humillación y noble embestida. 4º Codicioso, boyante y enclasado. 5º exigente y áspero pero emotivo el jabonero. 6º Noble y obediente pero sin clase.

Leo Valadez, Silencio tras aviso y silencio. 

Diego Carretero, Silencio y ovación. 

Andy Younes, Silencio en ambos.