Emilio de Justo, Roca Rey y Borja Jiménez hacían el paseíllo, este 7 de junio, en la 25ª de la Feria de San Isidro, en la que se lidiaba un encierro de Victoriano del Río.
Un inicio de poder y buenos derechazos sueltos de De Justo ante la chispa humilladora del primero
Tordillo se llamaba el castaño primero, de 533 kilos, nacido en julio de 2018, que se le quedó cor o al caballo de Emilio de Justo y empujó a media altura en la primera vara. En la segunda puya de Juan Bernal hizo sonar el estribo. Por ajustadas chicuelinas quitó Borja Jiménez, rematadas con una media. Bien embistió a la capa de Antonio Chacón en la lidia, y poderoso fue el inicio por abajo de Emilio, que dejó muletazos de calidad ante la embestida con chispa y por abajo del de Victoriano. Siguió colocando bien la cara el animal, al que exprimió especialmente por la derecha De Justo, que fue construyendo la obra con momentos de calado intermitente. A menos fue el animal, pero seguía colocando la cara abajo, dejando una media agarrada el torero que valió. Palmas tras aviso.
El palco le roba la segunda oreja a Borja Jiménez tras una rotunda faena a ‘Dulce’
Dulce se llamaba el segundo, número 70, de 548 kilos, negro chorreado, al que saludó en la puerta de chiqueros a pesar del viento Borja Jiménez. Se la jugó en una larga cambiada in extremis, y luego varias verónicas de buen trazo entrelazadas con chicuelinas. Metía la cara abajo en la capa y quiso hacerlo bien en el peto de un acertado Juan Francisco Peña. Firmísimo Roca Rey en el quite por gaoneras, a milímetros de los pitones. Correcta la cuadrilla en banderillas, brindó al tendido Borja Jiménez, que se fue a terrenos del 6 a iniciar faena. Una fea voltereta del toro hizo que Borja lo cuidase, e hiló una primera serie por la diestra tras ella de buen trazo. La segunda serie, por el mismo lado, fue de plena dulzura en el trazo hasta la trinchera final casi en redondo. Y la siguiente serie por la derecha, con un cambio de mano soberbio. La plaza en pie. Y el final por naturales en los que crujió al toro con la mano baja. Tremendo Borja Jiménez. Y acabó por abajo una obra que terminó de estocada hasta las cintas, de la que tardó en caer el bravo animal. El palco le robó una segunda oreja pedida de forma rotunda. Dio dos vueltas al ruedo clamorosas.
Roca Rey expone ante la nobleza sin poder del tercero
Soleares se llamaba el negro salpicado tercero, de 620 kilos, que no rompió de salida y que no terminó de entregarse en el peto de José Manuel Quinta. Por gaoneras se echó el capote Andrés y se hizo él mismo un quite salvador cuando se quedó a merced del animal. Momento de angustia que por fortuna acabó bien, ya que remató el quite el peruano. Tras los palos, al tendido fue el brindis de Andrés, que inició obra de forma impactante de rodillas, pasándose por detrás y por delante al animal, al que dejó dos series meritorias y profundas por la mano derecha de inicio. Noble y humillador el animal, pero sin fuerza, al que exprimió también al natural Andrés, dejando una estocada un punto baja. Silencio tras aviso.
De Justo deja dos bellas series de derechazos antes de que el cuarto echase la persiana
Bisonte se llamaba el cuarto, de 555 kilos, protestado de salida porque le faltaba remate por detrás y que embestía con la cara altísima por el lado izquierdo de salida, y luego flojeó en el caballo de Germán González, pero no lo devolvió el palco. De mano baja y hombro hundido fue la primera serie por la derecha, de bello trazo y buen remate de pecho. Le faltaba fuerza y emoción a un toro al que le intentó hacer las cosas despacio y con buen trazo. Un desarme fue como una losa para la faena, porque cuando tomó la zurda después, el toro ya había echado la persiana. Espada en mano, dejó una estocada baja. Silencio tras aviso.
Borja Jiménez logra la segunda puerta grande de su vida tras cortar otra oreja al quinto
Al portón de los sustos se fue Borja Jiménez a saludar al quinto, al que dejó una ajustada cambiada y un ramillete de poderosas verónicas. Galleó por chicuelinas y lo puso en el caballo de Alberto Sandoval, que lo picó en el sitio. Pero fue devuelto por falta de fuerza. También se fue al portón de los sustos a saludar al sobrero de Torrealta, con cuajo y al que cuajó a la verónica después. No se entregó en el peto de Sandoval, e hizo hilo a los de plata en banderillas. A los toreros y novilleros que están en el banquillo brindó Borja, que se fajó en el inicio de faena y dejó dos trincheras de mucho gusto y calado. Con clase por el pitón derecho pero pasador sin más por el zurdo el toro, vio que la derecha era su mano y Borja se lo pasó cerca en las dos primeras series. Y rascó el toreo al natural por un lado izquierdo más áspero, pero cumbre estuvo el torero. Y acabó de un pinchazo y una estocada entera. Oreja que le abría la puerta grande.
Roca Rey se estrella contra un sexto manso de libro
Cóndor se llamaba el feo sexto, de 577 kilos, un toro remiso a embestir de salida, probón y con comportamiento de Atanasio más que de Domecq. No quería entrar a los jacos y al final terminó por dar dos arreones de mansos a los caballos de Sergio Molina y José Manuel Quinta en las dos puntas de la plaza. Y luego fue un manso de libro el animal, al que intentó Roca Rey hacerle faena sin éxito. Fue silenciado tras estoquearlo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas. 25ª de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Lleno de «No hay localidades».
Toros de Victoriano del Río. Con chispa y poder el buen primero; Bravo y humillador el extraordinario segundo; Noble y humillador el tercero, pero sin poder; Con noble viaje hasta que echó la persiana el cuarto; El quinto bis, de Torrealta, tuvo brío y clase por el derecho; Manso de libro el sexto.
Emilio de Justo (azul purísima y oro): Palmas tras aviso y silencio tras aviso
Borja Jiménez (gris perla y oro): Oreja con dos vueltas al ruedo tras fuerte petición de la segunda y oreja
Roca Rey (azul marino y oro): Silencio tras aviso y silencio
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FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO