Esta tarde se cerraba la feria de junio en el Coliseo de Nimes, con una corrida de toros de Fuente Ymbro que lucía seriedad para una terna de toreros con un atractivo para los aficionados. Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’, Diego Urdiales y Juan Leal tenían la responsabilidad artística en una plaza de primera categoría. Y Leal consiguió dar un nuevo puñetazo en la mesa, cortando tres orejas en total, alcanzando su tercera Puerta de los Cónsules (cuarta salida a hombros, ya que suma otra Puerta Grande) y erigiéndose en la cima del toreo galo.Finito, que escuchó los tres avisos con su primero, perdió los premios del cuarto por la tardanza en caer del animal y el uso del verduguillo, pero la plena personalidad de su faena caló hondo en el Coliseo. Urdiales pechó con el peor lote de un variado encierro de Fuente Ymbro en el que destacaron primero, cuarto y sexto.
El primero de Fuente Ymbro se le va vivo a Finito tras una faena en la que lo pulseó a zurdas
“Soplón”, número 67, era el primer animal de la tarde, un astado agradable de cara al que Finito dejó una excelsa media verónica, lo único lúcido que dejó el de Gallardo para el recibo del cordobés. Desmontado fue el picador en la primera vara y muchos tiempos le dio, minutos más tarde, Finito en la faena al animal. El animal la tomaba con profundidad y Finito ahondó en esa virtud por la mano zurda, pero requería de mucho mimo, de tocar muy suave, de echarle siempre los vuelos a la cara… y eso lo supo hacer en el primer tramo de la faena Juan. A diestras, dejó muletazos sueltos en la tercera serie, pero fue la mano a la zurda la que, de nuevo, dejó carteles de toros aislados pero que calaron arriba. Sonó un aviso antes de entrar a matar y, además, se le puso incómodo para cuadrarse y para ejecutar la suerte el animal, por lo que se alargó el trance entre los pinchazos del veterano diestro. Y, finalmente, le sonaron los tres avisos.
Urdiales, silencio tras lidiar al incierto segundo
De 518 kilos era el segundo, nacido en julio de 2015 y primero del lote de Diego Urdiales. De imponente seriedad era el animal de Fuente Ymbro, al que el riojano recetó verónicas de salida y, tras el puyazo, apabullante fue el quite de Juan Leal por gaoneras. Reponía muy rápido el animal, no quería salirse de los vuelos de la muleta y hacía dificultoso trazar en redondo delante. Se puso a la defensiva en el último tramo de la faena el incierto animal de Gallardo. Ovación para el torero tras estoquearlo.
Impacto Leal: entrega total, volteretón y oreja de mucho peso ante el tercero
También serio era el tercero, animal al que Juan Leal llevó embebido en su capote a la verónica de salida, pero el plato fuerte llegó en la muleta. Escalofriante fue el inicio de faena de Juan Leal: en los medios de la plaza, de rodillas, citó al animal de Gallardo, que se arrancó contra un obús contra él y en la última milésima de segundo le cambió el viaje hacia su espalda. Impactante momento que cantó con fuerza el tendido. Y, a partir de ahí, a torear: por la derecha comenzó a trazar su concepto el galo, aguantando los parones del animal y, en ese instante, llegó el susto: una tremenda voltereta le dio tras un derrote seco, izándolo de feísima forma; tras unos segundos de auténtica angustia, Leal se repuso y toreó en cercanías al animal. Mató de una estocada y cortó una oreja de mucho peso.
Recital de toreo de Finito en el cuarto, que pierde los premios por la tardanza en caer del animal y por el verduguillo
El cuarto embistió con gran profundidad y, aunque buena fue una verónica de inicio de Juan, excelsa fue la primera serie muleteril por la mano diestra: lo genial de un torero diferente, compendiado en el toreo de mano baja y trazo alargado que predica el Fino, con arte incluso para no dar el pase de pecho. Por ese mano prosiguió su labor Juan, aprovechando la codicia humilladora del de Gallardo, que también probó Serrano por la zurda, y aunque en un principio por ahí el toro no se entregaba tanto como por el lado diestro, le sopló con garbo y logró meterlo en el canasto. Recital de toreo del Fino. Una trincherilla de embrujo remató la obra antes del trance con el acero, que ahora sí fue certero, pero tardó en caer el animal… y eso, junto con el uso del verduguillo, frenó la petición de oreja del tendido. Sin embargo, la vuelta al ruedo fue clamorosa.
Diego Urdiales se estrella contra el imposible quinto
Soso y sin decir nada en su viaje fue el quinto, segundo del lote de Diego Urdiales, un animal que no humillaba en la proposición muleteril del riojano y que, lo que más eco tuvo de los dos primeros tercios, fue el quite por saltilleras de Juan Leal. Muleta en mano, Urdiales selló muletazos de mucho sabor por la mano izquierda pero que, sorpresivamente, no llegaron arriba. Silencio.
Leal, dos orejas al sexto, aduana para su tercera Puerta de los Cónsules
De 532 kilos era el sexto, un negro bragado al que fue domeñando Leal. Con la pedresina de hinojos también comenzó labor el galo, que fue acortando terrenos en las siguientes series hasta encunarse por completo entre los pitones, tocando con la banda de la taleguilla las defensas del animal y echándose de rodillas en los últimos compases de la obra. Impactante el epílogo de labor, con un tendido en pie ante el toreo de hinojos de Juan. La estocada fue muy baja, pero paseó finalmente dos orejas y consiguió así su tercera Puerta de los Cónsules.
FICHA DEL FESTEJO
Coliseo de Nimes. Tercera de feria. Corrida de toros. Lleno en el aforo permitido.
Toros de Fuente Ymbro. Destacaron primero, cuarto y sexto.
Juan Serrano ‘Finito de Córdoba’, pitos tras tres avisos y vuelta al ruedo.
Diego Urdiales, ovación y silencio.
Juan Leal, oreja y dos orejas.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ