TEXTO: MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ
Pablo Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández y Roberto Armendáriz trenzaban el paseíllo, en la tarde de este sábado 6 de julio, en la corrida de rejones de la Feria del Toro de Pamplona. Se lidiaba para el festejo a caballo un encierro de Capea.
Con Alquimista recibió Pablo al primero muy de frente. Tanto que tuvo un encontronazo con el pupilo de Capea al intentar clavar el primer rejón. Más templado ya con el segundo, con el que consiguió encelar al animal y dejarlo ahormado. Berlín puso el nivel en el ralentí más puro, llegando mucho a la cara para clavar, con serenidad y ritmo para salir después con el toro cosido al estribo. Todo con tremenda facilidad, sin alardes, sin concesiones a la galería. Con Índico dejó el estellés que llegase mucho el de Capea, al que le anduvo alrededor y hasta dejó que llegase bajo los pechos, con mucha superioridad. Alabama protestó un poco más a la hora de ganar la cara para clavar las cortas con el animal muy aplomado ya. Dos pinchazos previos al rejonazo final dejaron el premio en ovación.
Muy enrazada y muy crispada también fue la faena de Leonardo Hernández al segundo, que tuvo mucha calidad y celo para que la rapidez de Leonardo se convirtiese en dos orejas Anduvo cerca de la cara siempre, buscando siempre los frentes y la pureza, pero no encontró la serenidad, el sosiego ni la lentitud que se sitúan en el camino de la profundidad. Espectacular en las cortas al violín con Xarope y el el rejonazo fulminante, terminó consiguiendo desorejar al buen toro de Capea.
Más liviana fue la actuación de Roberto Armendáriz con el tercero, un animal en la misma línea que los otros, pero con el que se le notó la falta de festejos y de ritmo al rejoneador navarro. También recibió un tremendo topetazo al saludar al animal en una actuación que cogió algo de vuelo para tener después momentos de bajón estructural. Mal con el descabello, terminó escuchando silencio.
Nunca es fácil en Pamplona torear en el toro de la merienda, pero Pablo conoce su tierra y saludó al cuarto con Fígaro para ir directamente a Disparate en el tercio de Banderillas. Apretó el de Capea mientras le templaba las hermosinbas, pero le supo acortar los terrenos e incluso invadirle el espacio con limpieza y pulcritud. Puso en el ruedo a Arsenio, el que el propio Pablo nombra como próxima estrella de su cuadra y que dejó piruetas muy ceñidas en la cara. Muy a la defensiva y aplomado estaba el de Capea cuando sacó Pablo a PIrata para el par a dos manos que colocó con mucha solvencia en una faena de gran poso. Pero marró con el rejón de muerte y mermó su premio. Oreja.
Más templado y más relajado salió en el quinto Leonardo, ya con la Puerta Grande asegurada. Realizó un guiño a la afición de Pamplona sacando a Calimotxo, que dejó un espectacular tercio de banderillas, batiendo muy cerca de la cara y metiéndose en los terrenos del de Capea. Volvió a levantar la plaza con la espectacularidad de Xarope y las cuatro cortas al violín, que llegaron mucho al tendido abarrotado. Otro rejonazo fulminante provocó la concesión de otras dos orejas y la vuelta al ruedo al toro.
Armendáriz salió en el sexto con Cristal y con las cosas muy complicadas tras la conexión de Leonardo con el tendido, pero quiso hacer las cosas con sobriedad y buena intención. Fue Diamante el que inauguró el tercio de banderillas, toreando de costado y buscando siempre la cercanía. Mucho más fácil anduvo el navarro en las ejecuciones, menos preciso al clavar. Tampoco Farruco tuvo su tarde y protestó a la hora de irse a la cara en banderillas. Logró centrarlo Roberto finalmente para batir después muy en corto y clavar con más brillo. Martini fue de nuevo el elegido para el último tercio de la tarde, con dos cortas de aseado embroque y una última con cate al caballo incluido. Pero el fallo a espadas dejó sin premio al navarro. Ovación.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Pamplona. Segunda de la feria del Toro. Corrida de rejones. Lleno..
Toros de El Capea. El quinto premiado con la vuelta al ruedo.
Pablo Hermoso de Mendoza, ovación y oreja.
Leonardo Hernández, dos orejas y dos orejas.
Roberto Armendáriz, silencio y ovación.