El Juli, Andrés Roca Rey y Arturo Gilio, que tomaba la alternativa, hacían este domingo el paseíllo en el cierre de Feria en el bicentenario coso de Acho, en Lima, lidiándose astados de El Puerto de San Lorenzo y finalmente San Pedro -después de que muriesen varios ejemplares del hierro charro durante el vuelo-.
Variado anduvo de capote Arturo Gilio con el primero de la tarde, un animal que brindó a su progenitor y al que dejó momentos de hinojos en el prólogo muleteril tras la ceremonia del doctorado. Dejó momentos en los que intentó torear despacio por ambas manos, arrimándose al final por bernadinas tras una obra firme pero que no rubricó con el acero. Palmas tras aviso.
De San Pedro era el segundo, animal que no terminó de romper y con el que, tras la ceremonia de devolución de trastos, Juli dejó detalles poderosos ante un animal dificultoso. Imposible a zurdas, tan sólo por el derecho tenía algún muletazo que pudo rascar, antes de pinchar la obra.
Dejó momentos de toreo caro con el capote Roca Rey ante el tercero de la corrida, un animal que brindó al tendido y con el que se echó de hinojos para prologar obra, cambiándoselo por detrás y por delante y llegando con mucha fuerza al tendido. A pesar de que fue a menos el animal, a más fue la entrega de Roca Rey, que selló instantes de toreo de muchos quilates y de mano baja por ambas manos antes de finalizar obra por circulares y una estocada en todo lo alto. Dos orejas y vuelta al toro.
Al cuarto, con el hierro de La Ventana, lo desorejó Juli en una obra magistral: ya de capote dejó instantes de tacto, de toque sutil y de verónicas de seda. Y una media de cartel. Las chicuelinas siguieron encendiendo al tendido, y tras el brindis a éste, el torero prólogo muleteril precedió a series por ambos lados de poder y de exprimir al buen animal charro. Todo ello conjugado con recursos que encandilaron a la afición peruana. Al natural hubo instantes de mucho gusto antes de un cierre de obra por circulares, la estocada y el doble premio.
El quinto fue otro toro de San Pedro que poco tenía dentro; no obstante, Roca Rey sacó arrestos y dio el paso adelante con él en todo momento y obtuvo otro trofeo del complicado animal, al que consintió y expuso con mucha verdad. Otra estocada le puso el tercer trofeo en su esportón.
Echó arrestos Gilio con el complicado sexto, animal al que le paseó una oreja a la porfía y a la entrega el mexicano.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Acho, Lima, Perú. Última de la Feria del Señor de los Milagros. Corrida de toros. Lleno.
Toros de El Puerto de San Lorenzo -de vuelta el tercero- y San Pedro.
El Juli, silencio y dos orejas.
Andrés Roca Rey, dos orejas y oreja.
Arturo Gilio, que tomaba la alternativa, palmas tras aviso y oreja
FOTOGALERÍA: DIEGO ALAIS
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