SANTIAGO ROMÁN/ FOTOGALERÍA: ALFONSO PLANO
Enrique Ponce, José
María Manzanares y Alberto López Simón cerraban este domingo 6 de marzo la
Feria del toro de Olivenza con una corrida de toros de Zalduendo como materia
prima. El cartelazo, broche dorado al serial, lo acogió de forma excepcional un
público que llenó el coso pacense.
Ponce recibió al primero con verónicas muy en
su estilo, y fue un toro que recibió una vara que se llevó enganchada en el
morrillo en una fea imagen. Apareció el aire en los primeros compases
muleteriles del valenciano, algo que dificultó su labor ante el flojo astado.
Ofreció muletazos sin decir nada en la misma raya de picar ante muy poco
oponente. Un pinchazo y un descabello acabaron con su labor. Silencio al torero
y pitos al toro.
Por verónicas recibió al tercero Manzanares,
abriendo mucho el compás y gustándose aunque enganchando todas ellas. Llegó al
toro al tercio de muleta echando la cara arriba y blandeando, sin emoción ni
transmisión al igual que su hermano anterior. Tras la tercera tanda pidió la
muerte el burel y acortó Manzanares. Pitos al toro y silencio al torero.
Se montó López Simón ante el anovillado
tercero, un astado que tomó el inicio con brío, prontitud y cara abajo el
capote en el saludo por verónicas. Una vara se llevó del caballo que guardaba
la puerta y tres grandes pares de Vicente Fernández y Arruga, siendo volteado
el primero y casi empitonado por el cuello. Salieron a saludar antes de brindar
al público y sellar un comienzo muy torero. Buena fue la primera tanda por la
derecha y mejor la segunda, siguiendo con derechazos muy ligados alternando a
veces con pases por la espalda y circulares. Después de la cuarta serie, se
rajó el astado y Alberto intentó sacar algunos muletazos ya en el tercio y al
hilo de tablas. Costó colocarlo para matarlo teniendo que sacarlo a la raya y dejando
más de media muy tendida llevándose un puntazo en la pierna derecha.
Tanteó sin más Ponce al cuarto, pidiendo el
cambio del astado tras el segundo par sin conseguirlo. Brindó al público y
realizó toda la faena en el tercio, en la que primó la técnica sobre la estética,
el poderío sobre lo artístico, la eficacia sobre la emoción. Todo ello ante un
toro noble y de pocas complicaciones. Cansó un poco el trasteo antes de dejar
una espada defectuosa y tres descabellos.
Era feo el distraído quinto, que no se quedó
fijo en el capote de Manzanares. Recibió dos puyas, una de cada caballo,
mientras que el torero intentó justificar su presencia ante un morlaco que no
le permitió lucirse en momento alguno. Un grito saltó del tendido: «petardo
ganadero», que fue aplaudido por más de la mitad de la plaza. Alargó la
faena intentando lo imposible, dejando finalmente una gran estocada.
Buen saludo capotero a la verónica dejó Simón
en el cierraplaza: el joven puso ganas y empeño con poca recompensa a excepción
de los aplausos del respetable reconociendo su esfuerzo por intentar agradar y
sacar algo positivo. El astado terminó por acabar algunas tandas gracias a la
insistencia del torero. Al final reventó de pases al burel mostrando una gran
profesionalidad. Gran estocada recibiendo.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Olivenza. Quinta de la Feria del toro. Corrida de toros.
Seis toros de Zalduendo.
Enrique Ponce, silencio y ovación.
José María Manzanares, silencio y ovación.
Alberto López Simón, oreja y oreja.