San Sebastián de los Reyes acogía
la primera de su Feria de agosto en la que una novillada con picadores de El
Cotillo hacía acto de presencia en la localidad madrileña. Álvaro Lorenzo,
Varea y Álvaro García hacían el paseíllo ante la afición siempre atenta de
Sanse.
Con el ralentí al máximo recibió Lorenzo la humillación sin fuerza del primero, desentendido en la tela y con la raza más bien escasa ante la tremenda lentitud de los capotazos del manchego. Muy medido en el caballo, anduvo francamente fácil el toledano con la muleta, en un planteamiento perfecto al que le faltó la transmisión que no puso el novillo. Suave en el inicio genuflexo, sereno y sin urgencias para echarlo para adelante con la diestra en línea, fue al natural cuando exprimió al noble y feble utrero con el trazo templado y sólido. Le hizo guardia la estocada, a pesar de estar arriba, y en ovación quedó el premio.
El segundo repitió más y mejor en el capote con el que se engolosinó Varea pegando verónicas para rematar en el mismo centro con una media al ralentí. Eso y una tanda con la mano derecha, tras el inicio de encaje y compostura, fue todo el bagaje de Varea, que se encontró con un novillo de buena condición pero demasiado aplomo y escasa fuerza. Se echó tras dos pinchazos y escuchó tras aviso silencio el levantino.
El becerrote tercero, carente de trapío, le echó la cara arriba y le embistió pechugón a un verderón Álvaro García, que optó por no estirarse con el percal. Y quiso mostrar voluntad el local y asentarse con un animal que dejaba violentos derrotes en los finales. Se empeñó García en embarcar muy adelante, con lo que el escaso viaje del animal moría antes que el muletazo. Aún así, mostró coraje frente a la aspereza y paseó una oreja.
Con movilidad pero sin ritmo salió el cuarto, díscolo de actitud pero humillando cuando le echó Lorenzo el capote abajo en gran brega, muy torera. Profundo desde el inicio, fueron tres tandas de exigencia, imposición y templada belleza las que le aguantó el animal a Lorenzo, que dijo el toreo alto y claro antes de que se le rajase el animal. Luego tuvovque ser todo al abrigo de las tablas, donde se echó el animal un par de veces, afligido por el manchego. Allí tuvo que cobrar una gran estocada para pasear una oreja.
El quinto se le fue para adelante a Varea en el brillante saludo capotero, meciendo verónicas con gusto y rematando con sabor en media y revolera. Muy buena fue la propuesta del inicio de rodillas, deslucida por el corto viaje del novillo. Una serie con la mano derecha tuvo empaque y largura porque tuvo temple para que se viniera arriba el trasteo. Pero abajo se vino a la vez el empuje del utrero, y entonces quiso mucho Varea, pero pudo menos con la remisa arrancada. La voluntad y una certera estocada le dieron una oreja.
El sexto, de apretada carne y prominente morrillo, salió como un obús para que se le fuera el brío pronto y se parase antes de que se estirarse Álvaro García con el percal. En la muleta tuvo movilidad el novillo, de tres tandas rotundas antes de que se rajase, pero no llegaron. En su lugar apareció el toreo en línea recta que dejaba descolocado al chaval por la largura del utrero. Una vez se lo quiso enroscar, para lograr la serie más sólida de un trasteo que culminó con manoletinas y varios pinchazos que impidieron el premio.
Vídeo Sanse 26-8-2015 por Cultoro
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de San Sebastián
los Reyes, Madrid. Primera de Feria. Novillada con picadores. Un tercio de entrada.
Seis novillos de El Cotillo, noble y feble el primero, de buena condición y escasa salud el enfermo segundo, áspero y violento el tercero, de buen fondo sin raza el rajado cuarto, de poca raza y buen fondo a menos el quinto, con movilidad y transmisión humillada, sin gran clase el sexto.
Álvaro Lorenzo, ovación y oreja.
Varea, silencio tras aviso y oreja.
Álvaro García, oreja y vuelta al ruedo.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO