Nuevo cartel de ‘No hay billetes’ en la feria, con la segunda comparecencia de Diego Urdiales, la tercera de Alejandro Talavante -en la temporada de su regreso- y la segunda de un Ángel Téllez que ganó la sustitución de Emilio de Justo con su actuación del pasado día 17, con el encierro de Araúz de Robles. Y en chiqueros, el segundo envío de Victoriano del Río a este San Isidro, en el que el primero no salió como esperaba.
Urdiales hace lo que puede con un desclasado y flojo primero que debió devolverse
De 535 kilos era el abreplaza, que ya en el capote de Urdiales comenzó a defenderse y que mostró falta de fuerza en las varas que le recetó Manuel Burgos. Fue muy protestado y pedido un cambio que no aceptó el palco. Hizo lo que pudo el riojano ante un animal sin vida ni clase al que además pinchó. Silencio.
El segundo se le queda sin viaje a Talavante en la primera serie
Se quiso arrancar emotivo el segundo, un Vampirito bien hecho y con 578 kilos, al caballo de Miguel Ángel Muñoz tras no decir nada en el capote de Talavante. Quitó a la verónica sin más Ángel Téllez. Se fue a terrenos del 6 a hacerle la faena Talavante, dejando un inicio de faena rodilla en tierra con sabor. Aprovechó lo que tenía a diestras el animal en la primera serie, tirando de un tranco a menos del de Victoriano, que no se entregó a la obra del extremeño. Mató de estocada un punto caída y escuchó palmas.
Ángel Téllez y su gran concepto le cortan una oreja al tercero
Quiso hacerlo bien el tercero, un Enamorado II de 550 kilos, en el capote de Ángel Téllez. Y lo hizo bien en el caballo, especialmente en la segunda vara. Impávido se quedó Téllez en la primera arrancada a su proposición por chicuelinas y le aguantó y tragó ante el animal. Ya entró en Madrid. Lo siguió haciendo bien el toro en el capote de Marcial Rodríguez, dejando también buenos pares Aguado y Zayas. Le dio tiempos y eso fue clave para que rompiese un toro al que llevó, por el derecho, largo y embebido. Y ese punto más que le alargaba cada viaje fue clave para llegar arriba. La voltereta llegó en el instante ecuánime para terminar de romper al tendido. Y la izquierda, la de Araúz, pero ahora ya con uno de Victoriano casi apagado. Canela fina algunos por bajo, en los que encontró el toreo más castellano, en los que llevó a cabo por momentos lo que tantas noches había soñado. Eterno fue el desdén de final de faena, para paladear de verdad durante mucho tiempo. La espada cayó un punto baja y tardó en caer el animal, pero la plaza pidió en su mayoría un trofeo concedido.
Urdiales sella derechazos de buen trazo a otro cuarto sin entrega
Enamorado I llevaba por nombre un cuarto de 597 kilos que se arrancó al relance al caballo de Óscar Bernal. Por chicuelinas y una larga fue el quite de Talavante. Directamente por la diestra se puso a torear Urdiales a un animal desentendido y también sin entregarse y a menos. Porfió en el final de obra y dejó una estocada delantera. Silencio.
Talavante y el inválido quinto, deslucido capítulo
Protestado de salida fue el castaño quinto, animal al que intentó quitar por delantales Téllez. Brillaron en banderillas Miguel Murillo y Manuel Izquierdo. Fue un inválido el animal con el que Talavante no dejó nada para recordar. Además tampoco estuvo acertado a espadas. Silencio.
Téllez vuelve a hacer el toreo caro ante el buen sexto y abre la Puerta Grande a pesar de pincharlo
Dos largas varas se llevó el sexto de Toros de Cortés, que se mostró remiso a entrar al capote de Ángel Téllez y luego hizo hilo a los de plata. Y de nuevo puso a Madrid en silencio cuando se echó el capote a la espalda, porque le echó arrestos a cada uno de los lances y bemoles a un tercero que fue canela de valor en la rama de la conexión con el tendido. Enorme el toledano. Y se volcó Alcalá en el brindis al tendido tras el que atemperó y embarcó con su trazo con verdad enamoraron a Madrid por la derecha. Y llegó la zurda, y el dinero brotó en un concepto de toreo subterráneo que fue el que le ofreció a la calidad ya atemperada del de Victoriano. Ese es el toreo. Y el sublime finalde obra, entregando el corazón en cada acción, soñando cada desdén y llevando al cielo de Madrid cada proposición… hasta que un pinchazo hondo previo a la estocada de tardo efecto parecía que iba a truncar todo, pero el palco otorgó la oreja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Las Ventas, Madrid. Décima novena de abono de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. No hay billetes.
Toros de Victoriano del Río, con presencia y cuajo. Muy justo de fuerzas y de embestida desclasada la del primero; a menos el deslucido tranco del segundo, que se acabó en la primera serie; de clase aunque tarda de arrancada la embestida del buen tercero; también falto de entrega y a menos el cuarto; inválido y muy a menos el adolecido quinto; con calidad entregada la del buen sexto.
Diego Urdiales (botella y azabache): silencio y silencio.
Alejandro Talavante (gris perla y oro): palmas y silencio.
Ángel Téllez (blanco y plata): oreja y oreja tras aviso.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO