Un encierro de El Pilar abría, en la tarde de este 13 de mayo, la Feria de San Isidro de Vistalegre. Con él, un cartel plenamente joven compuesto por Alberto López Simón, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín trenzando el paseo a las siete en punto de la tarde.
López Simón, ovacionado tras lidiar al buen primero de El Pilar, que lo volteó
“Renacuajo”, colorado ojo de perdiz, era el primero de la tarde, un animal bajo de estampa al que López Simón saludó por verónicas a pies juntos rematadas por una media en el centro del ruedo. Galleando por chicuelinas llevó al caballo al animal. Tremenda fue la voltereta recibida en la segunda tanda, en la que el toro prendió al madrileño en unos instantes de angustia. Por fortuna, tan sólo fue el golpe de forma aparente, reponiéndose tras unos segundos y volviendo a la cara del toro. Prosiguió toreando por ambas manos sin terminar de llegar arriba de forma rotunda ante las buenas embestidas del de El Pilar. Más encimista en el último tramo de la faena, aprovechó los últimos compases de movimiento del astado. Pinchó en la primera ocasión, enterrando el acero tendido a la segunda, no cuajando la petición.
El descompuesto viaje y la falta de entrega del segundo lastra la disposición de Lorenzo frente a él
Al público fue el brindis de Álvaro Lorenzo en el segundo de la corrida, animal mucho más parado que su hermano anterior y que, cuando embestía, lo hacía de forma explosiva y descomponiéndose. Firme estuvo Lorenzo fernte a él, aguantando paradas y embebiendo siempre su viaje con su concepto templado. La obra no cuajó por ese desigual tranco del animal, también falto de codicia y entrega. En el epílogo, Lorenzo estuvo a punto de ser corneado tras resbalar la espada en el momento de la suerte suprema. El torero se perfiló, hizo la cruz con la muleta y, justo en el momento de hundir el acero, éste se resbaló en el morrillo del toro y éste estuvo a punto de cornear el muslo del toledano. Por fortuna, se salvó de milagro y, tras un nuevo pinchazo, enterró de forma efectiva el acero.
Ginés Marín, silencio tras aviso tras lidiar al deslucido tercero
Ya mostró temple capotero Ginés Marín en el saludo al tercero de la corrida, un animal que brindó a Álvaro Lorenzo, presente en el cartel de su confirmación de alternativa en mayo del año 2017 en Las Ventas. Tenía mejor inicio que final el viaje del de El Pilar, un animal que iba y venía pero sin entregarse a los templados trazos del extremeño. Dejó momentos templados pero aislados ante el deslucido de El Pilar, no acertando espada en mano.
Angustiosa cogida a López Simón por el cuarto
“Alambrisco”, número 64, colorado ojinegro y de 545 kilos fue el cuarto del festejo, un animal que fue desarrollando a peor y que prendió a Alberto López Simón en el ecuador de la faena. La cogida fue realmente angustiosa no sólo por los numerosos segundos que duró, sino por la forma con la que volteó el animal al torero de Barajas. Tras unos minutos reponiéndose, finalmente volvió maltrecho delante de la cara del toro, finiquitando la labor como pudo, siendo ovacionado tras pasaportar con la espada al astado.
Lorenzo, oreja a su buen gusto ante la calidad de un quinto a menos
“Resistillo”, herrado con el número 132, fue el quinto de la corrida, un animal con el que intentó lucirse Álvaro Lorenzo de capote pero que se vino muy abajo tras el fuerte puyazo recibido. Porfía del torero toledano, que lo intentó de todas las formas posibles, intentando tocar las teclas del astado con su artístico concepto. Y llegó arriba en momentos de temple gracias al mandamiento de dosificar mucho las tandas si te encuentras ante un astado así. Muchísimo gusto tuvieron los muletazos de final de tanda. Tras estoquearlo, paseó una oreja.
Marín, oreja del sexto, tras una completa lidia a la calidad del de El Pilar
Aunque salía suelto de inicio el sexto, se quedó quieto como un palo Ginés Marín para recibir a ese cierraplaza, al que luego quitó tras el puyazo llegando con mucha fuerza arriba. Faena de importancia de Marín, que se puso de verdad a torear al serio animal e hizo sonar la música precisamente cuando éste se vino abajo. Se cruzó frente a sus pitones e intentó buscar el toreo a zurdas, tirando del viaje de un animal muy a menos en esa recta final del trasteo. Valor y compromiso del oliventino ante un animal que exigió por los parones que le dio. Una delicia los naturales a pies juntos de final de faena justo cuando sonaba el primer aviso.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Vistalegre, Madrid. Primera de Feria. Corrida de toros. Unas 1.500 personas en los tendidos.
Toros de El Pilar.
Alberto López Simón, ovación y ovación.
Álvaro Lorenzo, silencio tras aviso y oreja.
Ginés Marín, silencio tras aviso y oreja tras aviso.
INCIDENCIAS: Saludaron tras parear a primero y cuarto Mambrú y Jesús Fernández.
FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO