El fin de la semana santa dio inicio a la
temporada taurina en la capital del Perú, sábado de gloria con un festival privado
en la playa ‘Las Palmas’, y domingo de resurrección en la portátil ‘Torokuna’
ubicada en Villa María del Triunfo, populoso y pujante distrito al sur de Lima.
Se anunciaba un mano a mano entre toreros
banderilleros en ‘Torokuna’, alternando el diestro venezolano César Vanegas
junto al joven Matador peruano Fernando Villavicencio, en una corrida
organizada por residentes de las provincias de Ayacucho (sur del Perú) en Lima,
para lidiar ganado de las dehesas bravas de su zona.
El festejo dio inicio con bastante retraso,
rompiéndose el paseíllo cerca de las 5 de la tarde, con el aforo de la plaza
portátil cubierto en tres cuartos. Venegas lidia en primer lugar un astado de
la ganadería ‘Colorado’, sin hechuras aparentes de un toro de lidia, y por consiguiente,
un comportamiento para nada cercano a la bravura. Probón, desparramando la
vista, reservón, defendiéndose, que se repucha en el
caballo y sin ninguna opción. Ante este marrajo, el diestro venezolano lo
intentó sin éxito, abreviando con una estocada habilidosa, tras pinchar 2
veces, para ser aplaudido por su voluntad. Su segundo fue de ‘Casta y sol’, que
se dejó en líneas generales, aunque arreando y llevando la cabeza alta. Venegas
mostró las armas de su extenso rodaje desde el percal, lidiándolo por piernas
buscando meter en la canasta al burel. Tras un espectacular tercio de
banderillas, con pares de poder a poder y algún apuro al salir de la cara del
morlaco, realizó una faena inteligente, aprovechando al máximo las embestidas y
resolviendo las complicaciones con aseo, brindando momentos lucidos por ambas
manos que fueron agradecidos con las palmas de la concurrencia. Receta un buen
espadazo de rápidos efectos y le es otorgada una oreja.
Fernando Villavicencio tuvo como primer
oponente a un astado de la divisa de ‘Azursa’, terciado, brusco y con una
movilidad engañosa, pues cuando podía pegaba gañafones y tornillazos. Ante este
ejemplar, el peruano sacó a lucir todas sus ganas desde el recibo, con una
larga cambiada de rodillas y verónicas rematadas con una media belmontina. Con
las banderillas el público se vino arriba, tras dos buenos pares del limeño,
que brinda al público para iniciar por bajo con la franela. Una faena breve
pero que caló en la concurrencia, con sus mejores momentos basados en la mano
derecha junto a la entrega del torero, coronada con una estocada entera y
arriba hacen llegar a sus manos una oreja como premio.
Su segundo fue de ‘Colorado’ que salió
desde los toriles entre la penumbra de la noche y la mala iluminación en el
ruedo. Villavicencio lo saluda a la verónica con gusto, buscando lidiarlo en
las zonas donde mejor condición de luz había. El de ‘Colorado’ embiste con
codicia al capote del limeño y da una buena pelea en varas. La faena de muleta
transcurre entre altibajos por los problemas de iluminación, perdiendo a veces
el burel la visión de los engaños y parándose o esperando al no notar la pañosa
que ofrecía Villavicencio. Aun así, el diestro logra momentos muy lucidos
cuando las condiciones lo permitieron, con el ejemplar de la familia Taboada
embistiendo por bajo y largo, relajando la planta el torero y disfrutándolo.
Tras una faena variada y buscando sacar el mejor provecho ante el colaborador
ejemplar que tenía delante, Villavicencio va por la espada, con la que marra constantemente
oyendo los tres recados del palco, retirándose en silencio.
Lima. Plaza portátil Torokuna.
4 astados de ‘Colorado’, ‘Asurza’ y ‘Casta
y sol’
César Venegas (catafalco y oro) palmas y
oreja
Fernando Villavicencio (azul rey y oro)
oreja y silencio tras 3 avisos