JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO / FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ
Mario Palacios, Daniel García Navarrete y Maxime Solera
hacían esta mañana el paseíllo en la localidad francesa de Céret para la
novillada picada del abono. A las once y cuarto, por retraso de García Navarrete, arrancaba la función. Junto a la frescura de Maxime Solera, que destacó con creces en el sexto, el picador Gabin Réhabi se también se llevó la mañana y fue la nota más
destacada, poniendo al tendido en pie tras cuatro excelentes puyazos al sexto
animal del festejo. Destacó también el hambre de García Navarrete, yéndose éste de forma doble a la puerta de chiqueros; entre silencios pasó el festejo Mario Palacios.
A la puerta de chiqueros se fue Maxime Solera a recibir al tercer novillo de la mañana, un animal largo y serio que salió echando las manos por delante. Pepe Aguado se encargó del tercio de varas del animal, en el que dio emoción. Al matador de toros catalán Enrique Guillén fue el brindis, haciendo un guiño a toda la afición catalana que se encontraba en el coso. En el trasteo, el galo supo imprimir valor ante la condición del astado para ganarse la ovación tras pinchar. De nuevo a la puerta de chiqueros se fue Solera a recibir al sexto de la mañana, un animal que se le vino encima y a punto estuvo de arrollarlo, pero resolvió tirándose a la arena el jovencísimo galo. Se revolvió el astado en el primer puyazo, aguantándole bien el picador. Le dio juego a Gabin Réhabi también en los dos siguientes puyazos, clavándolos arriba el picador y poniendo en pie a toda la plaza. También vibrante fue el cuarto puyazo. Al público fue el brindis del joven, que sonsacó la emoción del novillo poniendo en pie al respetable con tandas cuajadas por la mano derecha. Se deslizó hasta el final el novillo, aguantándole los embroques Solera. En un momento de apuro y estando descubierto por la mano izquierda, el novillo lo prendió de forma fea pero sin consecuencias aparentes. La espada le quitó el premio.
Negro era el primero de la mañana, primero del lote de Mario
Palacios, un astado que dio juego en el caballo y ante el que el piquero le
levantó bien la vara. Espectacular fue el par de Fernando Sánchez en faena. Por
la mano diestra intentó Mario Palacios aprovechar las virtudes del de Raso de
Portillo, pero no terminó de confiarse ante un astado para mostrar domeño.
Debió darle técnica para aprovechar esa media altura, incluso viniéndosele por
dentro en una ocasión precisamente por esa falta de mando que hubo de haber
desde el primer momento. Le molestó mucho el viento en el final del trasteo. De
metisaca y estocada mató Palacios, requiriendo el novillo de golpe de
descabello. El viento fue el principal protagonista de la actuación de
Mario Palacios frente al cuarto. El novillero tuvo que hacerle frente a ese
condicionante para sonsacarle algunos compases. Fue silenciado de nuevo.
Mostró mucha falta de fuerza el segundo ya en el capote de
García Navarrete, que no pudo sino justificarse de capa ante la condición
blandona del astado de salida. Le dio cera el picador en el primer puyazo, algo
que protestó la plaza; ya en el segundo encuentro en el peto, también le dio lo
suyo el piquero entre los abucheos constantes del ruedo, con los que se
despidió del ruedo. Ya en faena, dejó un buen inicio el jiennense para
encontrarle la distancia con la mano derecha. Le perdió los pasos necesarios y
consiguió conectar por ese lado Navarrete. Detalles hubo en el final del
trasteo, pero la mala espada le impidió tocar pelo. Fue ovacionado al esfuerzo. Con series cortitas de tres y cuatro muletazos consiguió el
jiennense hacerse con la condición de viaje corto que tenía el de Raso de
Portillo, sufriendo un feísimo susto. Finalmente fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Céret. Segunda de feria. Novillada con
picadores. Lleno.
Seis novillos de Raso
de Portillo.
Mario Palacios, silencio y silencio.
Daniel García
Navarrete, ovación y silencio.
Maxime Solera, ovación y vuelta al ruedo.
FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ