Alejandro Peñaranda y Miguel Andrade y los novilleros sin caballos Eduardo Rodríguez y Tomás Bastos hicieron el paseíllo en la última de Feria de Guadarrama este miércoles con un encierro de López Gibaja.
El novillo que abrió plaza fue un utrero de López Gibaja que abría la cara y fue parado por Alejandro Peñaranda a la verónica. Blandeó el novillo en el templado quite del joven. Tras las banderillas brindó Peñaranda al público. Tardo fue el novillo en la muleta pero Alejandro, que trabajó en ligar los muletazos, cruzándose con el novillo y templando, aumentando la intensidad de la faena con la duración yendo de menos a más. Dejó estocada contraria y falló en varias ocasiones con el descabello perdiendo el posible premio. Silencio.
En segundo lugar se lidió otro utrero de López Gibaja de nombre «Rústico», serio y con kilos el novillo que correspondió al jerezano Miguel Andrade, que lo paró con valentía variado de capote. Se picó el primer puyazo en el caballo que guarda puerta en la querencia y en el segundo se arrancó de largo. Puso banderillas Andrade con exposición pero el novillo ya marcó querencia a toriles en banderillas y ya en la segunda tanda se rajo yéndose a los terrenos de chiqueros y defendiéndose. No tuvo opción a partir de ahí el novillero, que fue prendido sin consecuencias al estoquearlo. Silencio.
En tercer lugar se lidio un eral de la misma ganadería para el novillero sin picadores Eduardo Rodríguez, que estuvo firme con el animal de bonitas hechuras. Larga en exceso fue la faena y ésto enfrió al público. La estacada cayó contraria al primer encuentro, doblando el novillo y concediéndose el primer trofeo de la tarde. Oreja.
El cuarto de la tarde fue otro novillo de López Gibaja que recibió un único puyazo. Alejandro Peñaranda estuvo voluntarioso con el animal, que tuvo clase a lo largo de la faena y trasmisión. Bien estuvo con él el novillero de Cuenca, con momentos brillantes por ambos pitones. El pinchazo previo a la estocada enfrió al público y la petición no fue suficiente para que el presidente concediera la oreja. Vuelta al ruedo y ovación en el arrastre al buen novillo de López Gibaja.
El quinto de la tarde, de López Gibaja de nombre «Mentiroso», fue otro novillo serio y con kilos el salpicado. Volvió a estar variado con el capote Miguel Andrade y puso banderillas sin la brillantez que buscaba. Bueno el novillo en la muleta, con trasmisión y recorrido, no terminó de acoplarse con el novillo el joven jerezano. El novillo pedía mando y obligarlo por abajo y el novillero buscó más llegar a los tendidos por medio de la valentía.
El sexto, un eral de López Gibaja, correspondió a la joven promesa del toreo portuguesa Tomás Bastos, que anduvo bien con el capote y se lució en los pares de banderillas. El tercero, al quiebro pegado a las tablas. Brindó al público el novillero sin caballos y mostró con la muleta su buena actitud, templando al novillo y llevando cosido a la muleta y largo, siempre intentando alargar la embestida del animal. Llamó la atención su toreo clásico. Con la espada emborronó su actuación y el premio quedó en una única oreja. Vuelta al ruedo al buen eral de López Gibaja.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Guadarrama, Madrid. Última de la Feria de novilladas con caballos. Más de tres cuartos de entrada.
Novillos de López Gibaja.
Alejandro Peñaranda, silencio y vuelta.
Miguel Andrades, silencio y oreja.
El novillero sin caballos Eduardo Rodríguez, oreja.
El novillero sin caballos Tomás Bastos, oreja.
