Emilio de Justo y Clemente hacían el paseíllo, en mano a mano, en la Feria de la Madeleine de Mont de Marsan este 20 de julio frente a un encierro de La Quinta.
Emilio de Justo escucha silencio con el flojo primero de La Quinta
Al primero lo saludó Emilio de Justo con mucho temple y con mucho mimo, bregando de forma estética por delantales con una gran media de remate. Cumplió en varas el de La Quinta, y en los dos quites, ambos por chicuelinas, que ejecutaron Clemente y De Justo, pero no tardó en manifestar una floja condición que fue a más en la faena de muleta. Fueron a penas dos series las que pudo ligar Emilio antes de que el animal se viniese abajo completamente. Fal´´o, además, con la espada y todo quedó en silencio.
Clemente le corta una oreja al bravo segundo de La Quinta
La disposición de Clemente quedó clara desde antes de que saliera el segundo, al que se fue a saludar a portagayola y a dejarle un saludo de lances emotivos y celebrados en el tendido. En dos ocasiones fue el toro a visitar el jaco de José María Díaz, que fue ovacionado. Al igual que Juan José Domínguez, que se desmonteró tras dos buenos pares de banderillas. Este sí fue bravo y tuvo boyantía para embestir en la muleta de un correcto Clemente, que alcanzó momentos de brillantes y una estocada en buen sitio que le propinó una oreja.
De Justo pasea una oreja tras una gran faena al enclasado tercero de La Quinta
El saludo de Emilio de Justo al tercero de La Quinta fue simplemente majestuoso, con un ramillete de verónicas muy encajadas, rematadas con una media de cartel. También a la verónica, pero a pies juntos fue el quite de Clemente tras el paso por el caballo, y fue el propio francés el que recibió el brindis del compañero, que en seguida percibió la gran clase del animal. Y la derramó por la muleta del extremeño, que le dejó series de mucha rotundidad por ambas manos. Una estocada de gran ejecución fue la rúbica para pasear una oreja.
El exigente cuarto pone a prueba a un Clemente que saluda una ovación
Al cuarto también se fue a buscarlo Clemente a portagayola, pero un quiebro del animal en el embroque le quitó el capote y lo puso en un serio compromiso. Toro bravo al que tuvo que someter por su exigencia y al que tuvo que imponerse el francés para cuajar una faena interesante en la que tuvo algún problema para cogerle la distancia. Una estocada tendida no dio para el premio que se solicitaba y todo quedó en ovación.
La gran faena de De Justo al quinto queda emborronada por el acero
Al serio toro que hizo quinto lo recibió Emilio de Justo bregándolo por abajo con mucha inteligencia y frenando el ímpetu con el que salía el animal hasta dejarle una media brillante. Tuvo empuje el toro y los doblones genuflexos del inicio de faena fueron muy bien recibidos. Luego aprovechó con fe el extremeño la buena condición del animal. Los mejores pasajes llegaron por el lado derecho, por donde dejó muletazos extraordinarios, pero un pinchazo y varios descabellos hicieron que sonara un aviso y se enfriase el tendido hasta dejar el premio en palmas.
Clemente escucha silencio con el último toro de La Quinta
El sexto no puso las cosas nada fáciles desde su salida, y Clemente tuvo que emplearse para tomarle la distancia y el pulso al animal. Y sólo en un par de ocasiones lo consiguió en una faena que nunca logró tomar vuelo y que, además, fue muy mal rematada con la espada. Silencio.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Mont-de-Marsan (Francia). Penúltima de Feria. Corrida de toros. Lleno.
Toros de La Quinta. Flojo el primero; bravo el buen segundo; enclasado y bueno el tercero; exigente el cuarto; bravo el quinto; con calidad y empuje el quinto; complicado el sexto.
Emilio de Justo: silencio, oreja y palmas tras aviso.
Clemente: oreja, ovación tras aviso y silencio tras aviso.
FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ