Emilio Méndez
Morante de la Puebla, Emilio de Justo y Roca Rey trenzaban este lunes el paseíllo en la última de la Feria de San Julián de Cuenca, un cartel que contaba con una ganadería predilecta en esta plaza, la de José Vázquez.
Morante la forma en el primero: explosión capotera, quite de la cigarrera, faena añeja… y un pinchazo que deja todo en una oreja
Una oreja le cortó al abreplaza Morante, que salió inspirado al ruedo conquense desde que hizo el paseíllo con una sonrisa en la boca. Desde el primer momento en el que se abrió de capa lo bordó el de La Puebla: enjundia en cada una de las verónicas y una soberana media de cartel. Tras ello, se llevó al buen animal de Vázquez por chicuelinas al paso al caballo, rematadas con un torero recorte. Y la sorpresa llegó en el quite: por cigarreras fueron los lances de José Antonio al animal (parecido al Quite de Oro mexicano). Muleta en mano, dejó una faena añeja, llena de pinceladas y duende. Destapó el frasco de las esencias, templando el tranco noble y humillador del de José Vázquez por ambos lados y poniendo en pie al tendido manchego. El pinchazo evitó el segundo premio; aun así, dejó un estoconazo recibiendo al encuentro.
El oficio de De Justo somete al geniudo segundo, siempre con la cara alta
Con verónicas de buen trazo entrelazadas con chicuelinas saludó De Justo al segundo, rematando con una revolera el saludo. La buena intención que parecía que tenía el de Vázquez la transformó en condición geniuda, saliendo del embroque con la cara alta. Tuvo que someterlo Emilio desde el inicio de faena, sometedor y por abajo. Tuvo que tirar de actitud y de oficio para imponerse al animal, que cada embestida la vendía cara. Desafortunadamente, la estocada no tuvo efecto, por lo que tuvo que tirar del decabello. Ovación tras petición.
Los impávidos estatuarios de Roca Rey al tercero, lo mejor de su lidia
El tercero fue un animal que no se definió de salida en las verónicas y capotazos de tanteo de Roca Rey. Apretó en el tercio de varas y quitó el peruano por ceñidas chicuelinas. Inició su obra por impávidos estatuarios, cuajando en redondo luego una faena de mano baja y muletazos buenos, pero sin llegar a redondear. Desafortunadamente, el torero falló con el acero en varias ocasiones, teniendo que recurrir al descabello. Silencio tras aviso.
Morante, momentos aislados con el manso cuarto
Morante le hizo frente a un manso cuarto. Aun con esa condición, acudió al caballo, pero no quería ver nada de capote. Tras el tercio de varas, Morante mostró actitud y lo intentó con muletazos aislados, pero el animal no le ayudó mucho. Estoconazo final y palmas al torero.
De Justo, faena para el recuerdo al buen quinto, al que desoreja
Noble y con calidad fue el quinto, que tuvo como único defecto que le faltó un punto de transmisión. Toreras fueron las verónicas doblándose con las que lo saludó De Justo. Y explosionó su concepto en la faena: cuajó muletazos por ambos lados largos, embebiendo en las telas con profundidad al animal, llevando largo y con trazo humillado al astado… para rematar con unas ajustadas manoletinas y una estocada. Dos orejas.
Roca Rey, dos orejas -la segunda benévola- al flojo cierraplaza
Al cierraplaza le cortó dos orejas benévolas Roca Rey. Fue un animal noblón pero muy escaso de fuerza. Inició con una larga cambiada y verónicas de rodillas la lidia, sin dejarse ganar la pelea, trenzando luego un quite por chicuelinas. Con dos péndulos en los medios inició faena, imponiendo su experiencia en muletazos buenos pero el animal perdía las manos. Tras la estocada final, paseó dos orejas -la segunda benévola-.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cuenca. Última de la feria de San Julián. Lleno en el aforo permitido.
Toros de José Vázquez.
Morante de la Puebla, oreja y palmas.
Emilio de Justo, ovación y dos orejas.
Roca Rey, silencio tras aviso y dos orejas.